Para
conmemorar el LXXII aniversario de la Liberación de Oviedo por las
Columnas Gallegas, hemos de destacar los actos de fe. Los defensores
de Oviedo demostraron, sin duda alguna, un elevado y sublime
patriotismo que encendía su entusiasmo, y en el patriotismo en el
que se alimentaba, en la raíz más profunda, los nombres de
España y la fe religiosa.
En
nuestra Nación la Fe religiosa y el sentimiento de Patria, están
estrechamente unidos, íntimamente enlazados, por una tradición
histórica de siglos, en que la vida nacional se nutre del
cristianismo.
Por
ello, el levantamiento patriótico de Oviedo, como el del resto de
España, fue una resurrección de nuestra religiosidad.
La
gloriosa Gesta de Oviedo no hubiera tenido lugar sin la Fe. La Fe
religiosa, la Fe con virtudes teologales, la Fe en los gloriosos
destinos de España, la Fe en la unidad, la Fe en nuestros mandos y
la Fe en nosotros mismos.
La
característica de la defensa de Oviedo es la Fe absoluta,
desde el primer momento, enérgica y risueña durante los dos
primeros meses de constante lucha. Tenaz, trágica y resuelta a
todo, en los terribles días finales, sin dudas ni titubeos, en el
provenir glorioso de La nueva España.
Y
cuando para conmemorar el aniversario de la Revolución Socialista
de Octubre de 1934, nuestros enemigos desencadenaron la furiosa
tormenta de sus ataques sobre las líneas defensivas de nuestro
Oviedo inexpugnable. Cuando por todos los sectores el de manera
ciega y rabiosa, el General Mola envió al General Aranda, para que
lo hiciera llegar a los defensores de Oviedo, aquella locución que
decía:
"Vuestro
heroísmo es apreciado por toda España. En nombre del Ejercito os
envío con su admiración, la felicitación más entusiasta por la
defensa palmo a palmo, de esa Ciudad. Realizada con tanto heroísmo
que se la equiparará a las grandes epopeyas de la Historia.
Sostened vuestra Fe, y que cada edificio sea un recinto en el que el
enemigo pierda sus efectivos. Las fuerzas de Galicia se apresuran en
vuestro auxilio. Y ante vuestro heroísmo, un fuerte abrazo, con el
más grande ¡Viva España!"
Y
los enemigos de España no pudieron tomar café en el Peñalba.
Al
cumplirse el LXXII aniversario de la liberación de Oviedo, os pido
que sigáis con la misma Fe en los designios de España, pidiendo a
Dios Todopoderoso, os proteja y sigáis con vuestro esfuerzo y ayuda
haciendo que esta Hermandad siga en pie.
(Saluda,
Fermín Alonso. Presidente de la Hermandad de Defensores de Oviedo)
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