Por
Fernando González de Canales.
Hace poco leí la noticia de que el Alcalde de
Santander, persona que no considero ni amiga, ni patriota, ni
agradecida, por lo que no me he molestado en buscar ni su nombre, ha
dicho que a partir del mes de Mayo de 2008, la última estatua
ecuestre que queda en la península de Francisco Franco, va a ser
retirada definitivamente aprovechando unas obras que se van a
realizar en el mismo emplazamiento santanderino.
Hasta aquí los
hechos. Y yo digo una cosa: ¿en qué se basa este tipejo
maricomplejín para tomar tal tamaña (y traidora) decisión? Este
individuo parece que ha sido elegido consecutivamente con mayorías
absolutas por parte de unos ciudadanos que seguro que no comparten
para nada sus planteamientos. Pero claro, estamos en la época de la
“memoria histérica”, en época de elecciones, y por tanto la
“ley” ilegítima hay que aplicarla. También tiene que contentar
a esa masa izquierdista y revanchista, que le escuece aún y
todavía, que el Generalísimo (q.e.p.d.) ganara una guerra,
“Cruzada de Liberación” para los “facciosos”,
“integristas” y “reaccionarios” como yo , y que se
mantuviese al frente de la jefatura de la Nación durante 39 años,
llevando a España al desarrollismo en años de progreso, orden y
bienestar. Eso es lo que quieren borrar la izquierda española, que
a diferencia de la europea (eso del “eurocomunismo” es una farsa
desde el principio), se mantiene todavía anclada en los
planteamientos por los que le hizo plantear un genocidio en
los preludios de la contienda civil. El individuo que ocupa la
alcaldía en el Sardinero, qué para colmo es del PP, ha decidido
sumarse al carro del revanchismo que de alguna manera persiguió a
sus “antepasados” en el 36 (y segurísimo que a muchos de los
familiares de sus votantes que los rojos despeñaban en el Cabo
Mayor de Santander) y ha decidido tomar esa medida tan desagradecida
con quien proporcionó a España de una paz y de un desarrollo
económico envidiable.
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España no ha sido
agradecida con Franco, no señor. Desde que el gobierno socialista
decidiese retirar la estatua ecuestre del Caudillo de Madrid aquélla
lluviosa noche antes de Semana Santa, con nocturnidad y alevosía
como de costumbre, como cuando mataron a Calvo Sotelo, la ola
revanchista no se ha tomado un respiro. Los españoles, en su
mayoría, han asistido, entre la indiferencia total y la aprobación
al ultraje cometido contra la Historia. España. Está visto, no han
sabido estar a la altura de las circunstancias y ha preferido callar
ante el insulto cometido por el personaje que habita en La Moncloa,
para mayor gloria de su putativo abuelo. Francisco Franco asistirá
también, desde los Luceros, indiferente ante estas muestras de
desagradecimiento ya que él ya recibió todas las muestras de
afecto y de agradecimiento en vida y mandato y creo que le
importará más bien poco que ahora le quiten de las alcaldías
honoríficas de pueblos paletos y miserables, o le quiten los
“Horroris Causa” de las universidades que antes le “lamían el
culo” para conseguir financiación. La verdad es que mejor así
porque viendo a que tipo de calaña de gente se lo dan ahora mejor
que se lo quiten, no están a su altura ni mucho menos.
Pues eso,
lameculismo liberal en definitiva es lo que se huele por los
pasillos del Ayuntamiento de Santander. ¡DESAGRADECIDOS!
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