Lameculismo.
Por
Fernando González de Canales.
20/02/2008.
Hace poco leí la noticia de
que el Alcalde de Santander, persona que no considero ni amiga, ni patriota, ni
agradecida, por lo que no me he molestado en buscar ni su nombre, ha dicho que a
partir del mes de Mayo de 2008, la última estatua ecuestre que queda en la península
de Francisco Franco, va a ser retirada definitivamente aprovechando unas obras
que se van a realizar en el mismo emplazamiento santanderino.
Hasta
aquí los hechos. Y yo digo una cosa: ¿en qué se basa este tipejo maricomplejín
para tomar tal tamaña (y traidora) decisión? Este individuo parece que ha sido
elegido consecutivamente con mayorías absolutas por parte de unos ciudadanos
que seguro que no comparten para nada sus planteamientos. Pero claro, estamos en
la época de la “memoria histérica”, en época de elecciones, y por tanto
la “ley” ilegítima hay que aplicarla. También tiene que contentar a esa
masa izquierdista y revanchista, que le escuece aún y todavía, que el Generalísimo
(q.e.p.d.) ganara una guerra, “Cruzada de Liberación” para los
“facciosos”, “integristas” y “reaccionarios” como yo , y que se
mantuviese al frente de la jefatura de la Nación durante 39 años, llevando a
España al desarrollismo en años de progreso, orden y bienestar. Eso es lo que
quieren borrar la izquierda española, que a diferencia de la europea (eso del
“eurocomunismo” es una farsa desde el principio), se mantiene todavía
anclada en los planteamientos por los que le hizo plantear un genocidio en
los preludios de la contienda civil. El individuo que ocupa la alcaldía en el
Sardinero, qué para colmo es del PP, ha decidido sumarse al carro del
revanchismo que de alguna manera persiguió a sus “antepasados” en el 36 (y
segurísimo que a muchos de los familiares de sus votantes que los rojos despeñaban
en el Cabo Mayor de Santander) y ha decidido tomar esa medida tan desagradecida
con quien proporcionó a España de una paz y de un desarrollo económico
envidiable.
España
no ha sido agradecida con Franco, no señor. Desde que el gobierno socialista
decidiese retirar la estatua ecuestre del Caudillo de Madrid aquella lluviosa
noche antes de Semana Santa, con nocturnidad y alevosía como de costumbre, como
cuando mataron a Calvo Sotelo, la ola revanchista no se ha tomado un respiro.
Los españoles, en su mayoría, han asistido, entre la indiferencia total y la
aprobación al ultraje cometido contra la Historia. España. Está visto, no han
sabido estar a la altura de las circunstancias y ha preferido callar ante el
insulto cometido por el personaje que habita en La Moncloa, para mayor gloria de
su putativo abuelo. Francisco Franco asistirá también, desde los Luceros,
indiferente ante estas muestras de desagradecimiento ya que él ya recibió
todas las muestras de afecto y de agradecimiento en vida y mandato y creo que le
importará más bien poco que ahora le quiten de las alcaldías honoríficas de
pueblos paletos y miserables, o le quiten los “Horroris Causa” de las
universidades que antes le “lamían el culo” para conseguir financiación.
La verdad es que mejor así porque viendo a que tipo de calaña de gente se lo
dan ahora mejor que se lo quiten, no están a su altura ni mucho menos.
Pues eso , lameculismo liberal en definitiva es lo que se huele por los pasillos del Ayuntamiento de Santander. ¡DESAGRADECIDOS!
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com