Por
Antonio Iglesias.
No entiendo el
modelo de monarquía en el cual el rey reina pero no gobierna. No
soy monárquico de este tipo de monarquía pero quizás hubiera
podido verla con un punto de simpatía en su versión española si
el comportamiento del monarca hubiese sido otro.
No soy partidario de
este modelo de monarquía y, desde luego, en ningún caso soy
juancarlista. Declaro de entrada mi rechazo a la figura de un rey
que ha incumplido sus juramentos , esos que le permitieron ceñirse
la corona de España y que, por acción y omisión combinadas, viene
allanando el camino a los enemigos de la Patria desde el primer día
de su elevación a la Jefatura del Estado.
Declaro mi
escepticismo, que no mi indiferencia, hacia lo que puedan aportar al
bien de España la mayoría de los miembros de la Familia Real, de
quienes sólo he escuchado declaraciones convencionales mientras que
siempre he venido esperando- en vano- algún gesto rotundo, acorde
con aquella declaración de principios de Don Juan Carlos en que
afirmó que consideraba al hombre como portador de valores
eternos – conocida expresión de José Antonio - el día en
que aceptó la sucesión de Franco, 22 de julio de 1968.
En cuanto al monarca
no he percibido en los ya largos años de su reinado sino
movimientos y gestos contrarios al espíritu de su juramento de
fidelidad a los ideales del 18 de Julio cuya legitimidad exaltó
expresamente el citado día en que aceptó ser el sucesor de Franco.
Entre ellos me limitaré a citar algunos de los que ha prodigado
procurando hacerse el simpático a separatistas convictos y
confesos: “Tranquilo Jordi, tranquilo”a Pujol o “hablando se
entiende la gente” a otro cuyo nombre no recuerdo; “merece la
pena intentarlo”, refiriéndose a la conveniencia, en su criterio,
de mantener negociaciones con la ETA abrazos efusivos a Ibarreche;
arrumacos con un asesino como Carrillo, etc, etc, etc.
Gestos ajenos también,
por supuesto, a esa su concepción del hombre como portador de
valores eternos, cuando se avino a sancionar la ley del aborto
pudiendo haber abdicado, aunque hubiese sido temporalmente, como lo
hizo el Rey Balduino de Bélgica. Omisiones clamorosas como viene
siendo su inhibición ante el avance del separatismo en flagrante
incumplimiento de la Constitución que él mismo ha sancionado.
Ante tanta decepción,
que no sorpresa, por la actuación del monarca, las declaraciones de
la Reina a Pilar Urbano destacan hoy como un gesto de valentía, de
honradez y de coherencia con valores que ella ve atacados y
vilipendiados desde que se instauró esto que llaman democracia;
ataques y vilipendios que se han agravado con creciente e
intolerable virulencia en estos años infaustos de la tiranía hipócrita
de Zapatero. Suponen el gesto que, creo que todos los que
compartimos aquellos valores, veníamos esperando por parte de algun
miembro de la Familia Real. Surgen como aquel “Cabezazo de Zidane”
que, como comentaba en mi artículo del 18 de julio de 2006, echaba
en falta por parte de la clase política y de la sociedad. Pues ,
mira por donde, el “Cabezazo” lo ha tenido que propinar, cómo
no, una Dama y además con Corona, sin que ésta la estorbara, que
la valentía de la reina ha sido frecuente en la Historia de España.
Y Añadiré que lo ha hecho con Torería, aunque no sea precisamente
taurina. Los lectores taurinos entenderán perfectamente esta
expresión. Para los no taurinos aclararé que significa, valga la
expresión, un modo de ser y
estilo, un actuar en la vida con valentía, y un sencillo
desprecio del peligro-sin darle importancia- acompañado de una
natural elegancia.
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Las opiniones de la
Reina han suscitado las reacciones que cabía esperar de la prensa
del progresimo, coherentes al fin y al cabo con su dogmático credo
anmoral.
Lo que no se puede
entender es la estúpida e incoherente afirmación del portavoz del
Partido Popular – sus votantes comulgan con los principios de Doña
Sofía - alegando que la Reina ha ofendido a once millones de españoles.
Mire usted, señor
González Pons, la Reina, que se ha manifestado con tanta claridad
como exquisita prudencia, no ha ofendido a nadie y, además, la
mayoría de esos once millones de españoles, que han traído a
Zapatero aprovechando los engaños del 11-M , pasan
de Su Majestad, de los valores que proclama, de la bandera y odia a
los otros once millones que defendemos estos valores, y a esa
bandera que para nosotros no permanece muda, como usted afirma ,
sino vivamente elocuente en su hermoso ondear de la Plaza de Colón
recordándonos cada día el momento de nuestra Jura. Muda lo estará
para usted. No me extraña.
La inmensa mayoría
de esos once millones de españoles, según usted ofendidos por la
Reina, odian a los otros once que compartimos los valores de la
egregia Señora, como lo demuestran en los medios de comunicación
afines a su pensamiento mediante el rencor, el revanchismo, la sucia
calumnia que a diario, vomitan en sus bodrios televisivos, como en
la interminable serie de “Amar en tiempos revueltos”, y en la
insoportable, reiterativa, embustera, sectaria y cursi “Cuéntame”,
catequesis laicista, roja, anticristiana y antiespañola.
Todo ello jaleado
por memos como usted que nunca han tenido la valentía y la honradez
de denunciar la ofensa que soportamos a diario- muchas veces al día-
los once millones de españoles cuyos principios se identifican con
los que la Reina ha tenido la honradez y la valentía de proclamar.
Tampoco se puede
creer - o sí - la patética matización de la Casa Real a las
manifestaciones de Doña Sofía. Ante esta incongruencia cabe
formularse varias preguntas:
¿Qué miembro de la
Casa Real ha considerado oportuno realizar a posteriori tales
matizaciones?. ¿Cómo es que si estas matizaciones eran procedentes
no se hicieron antes de que el libro fuera publicado?. ¿Cómo es
que, para una vez que un miembro de la Casa Real se manifiesta con
valentía, ésta corre a desvirtuar sus manifestaciones? ¿Hubiera
habido matizaciones en el caso hipotético de que las declaraciones
de la Reina hubieran satisfecho a la progresía?
¿Tan torpes son que
no se dan cuenta de que ponen en entredicho a la Reina y a Pilar
Urbano?. ¿Tanta influencia tiene Aza como para desmentir a la
propia Reina y tan poca la Familia Real para evitarlo?. ¿Por qué
no han reaccionado de igual modo ante desacertadas intervenciones de
Don Juan Carlos, como la ya aludida de “hablando se entiende la
gente...”.¿O es que ha partido la idea del propio monarca, muy
dado a poner firmes sólo a aquellos que sabe que le van a obedecer
por imperativo institucional como a los militares en el 23-F ?. ¿Creen
de veras que la Monarquía se puede seguir manteniendo con esa
inoperancia e inhibición
que viene mostrando ante los problemas reales
de esta sociedad?, problemas, por cierto, ajenos al juego de los
partidos políticos.
Cualquiera que sea
la respuesta a estos interrogantes nos resulta harto inquietante.
Pero en fin, normal,
cosas que ocurren en un país en el que once millones votaron a un
tipo como Zapatero merced a la habilidad de Rubalcaba en la
manipulación del 11-M - tragedia que, como contrapunto a la comedia
de Luigi Pirandello, “Seis personajes en busca de autor” se
puede titular “Una matanza en busca de autor”, autor
intelectual, o autores, que nadie en la clase política parece
demasiado preocupado en encontrar-; once millones que en su
sectarismo lo toleran a pesar de la ruina; y que, me atrevo a
asegurar que una grandísima parte de ellos, desarraigados, estarán
bailando a estas horas danzas macabras en esa fiesta extraña,
plagiada y hortera, que es Halloween.
Danzantes
aborregados: ¿Os habéis sentido ofendidos por la declaración de
valores que ha manifestado la Reina?
Felicidades,
Majestad , en su cumpleaños y por el magisterio que dimana de su
saber y gobierno. Y gracias, porque puede ser que SM encarne ese
buen Señor que necesita el buen vasallo. No deje que la amordacen.
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