Muy bien por la Reina.


Por Antonio Iglesias. 06/11/2008.  


No entiendo el modelo de monarquía en el cual el rey reina pero no gobierna. No soy monárquico de este tipo de monarquía pero quizás hubiera podido verla con un punto de simpatía en su versión española si el comportamiento del monarca hubiese sido otro.

No soy partidario de este modelo de monarquía y, desde luego, en ningún caso soy juancarlista. Declaro de entrada mi rechazo a la figura de un rey que ha incumplido sus juramentos , esos que le permitieron ceñirse la corona de España y que, por acción y omisión combinadas, viene allanando el camino a los enemigos de la Patria desde el primer día de su elevación a la Jefatura del Estado.

Declaro mi escepticismo, que no mi indiferencia, hacia lo que puedan aportar al bien de España la mayoría de los miembros de la Familia Real, de quienes sólo he escuchado declaraciones convencionales mientras que siempre he venido esperando- en vano- algún gesto rotundo, acorde con aquella declaración de principios de Don Juan Carlos en que afirmó que consideraba al hombre como portador de valores eternos – conocida expresión de José Antonio - el día en que aceptó la sucesión de Franco, 22 de julio de 1968.

En cuanto al monarca no he percibido en los ya largos años de su reinado sino movimientos y gestos contrarios al espíritu de su juramento de fidelidad a los ideales del 18 de Julio cuya legitimidad exaltó expresamente el citado día en que aceptó ser el sucesor de Franco. Entre ellos me limitaré a citar algunos de los que ha prodigado procurando hacerse el simpático a separatistas convictos y confesos: “Tranquilo Jordi, tranquilo”a Pujol o “hablando se entiende la gente” a otro cuyo nombre no recuerdo; “merece la pena intentarlo”, refiriéndose a la conveniencia, en su criterio, de mantener negociaciones con la ETA abrazos efusivos a Ibarreche; arrumacos con un asesino como Carrillo, etc, etc, etc.

Gestos ajenos también, por supuesto, a esa su concepción del hombre como portador de valores eternos, cuando se avino a sancionar la ley del aborto pudiendo haber abdicado, aunque hubiese sido temporalmente, como lo hizo el Rey Balduino de Bélgica. Omisiones clamorosas como viene siendo su inhibición ante el avance del separatismo en flagrante incumplimiento de la Constitución que él mismo ha sancionado.

Ante tanta decepción, que no sorpresa, por la actuación del monarca, las declaraciones de la Reina a Pilar Urbano destacan hoy como un gesto de valentía, de honradez y de coherencia con valores que ella ve atacados y vilipendiados desde que se instauró esto que llaman democracia; ataques y vilipendios que se han agravado con creciente e intolerable virulencia en estos años infaustos de la tiranía hipócrita de Zapatero. Suponen el gesto que, creo que todos los que compartimos aquellos valores, veníamos esperando por parte de algun miembro de la Familia Real. Surgen como aquel “Cabezazo de Zidane” que, como comentaba en mi artículo del 18 de julio de 2006, echaba en falta por parte de la clase política y de la sociedad. Pues , mira por donde, el “Cabezazo” lo ha tenido que propinar, cómo no, una Dama y además con Corona, sin que ésta la estorbara, que la valentía de la reina ha sido frecuente en la Historia de España. Y Añadiré que lo ha hecho con Torería, aunque no sea precisamente taurina. Los lectores taurinos entenderán perfectamente esta expresión. Para los no taurinos aclararé que significa, valga la expresión, un modo de ser y estilo, un actuar en la vida con valentía, y un sencillo desprecio del peligro-sin darle importancia- acompañado de una natural elegancia.

Las opiniones de la Reina han suscitado las reacciones que cabía esperar de la prensa del progresimo, coherentes al fin y al cabo con su dogmático credo anmoral.

Lo que no se puede entender es la estúpida e incoherente afirmación del portavoz del Partido Popular – sus votantes comulgan con los principios de Doña Sofía - alegando que la Reina ha ofendido a once millones de españoles.

Mire usted, señor González Pons, la Reina, que se ha manifestado con tanta claridad como exquisita prudencia, no ha ofendido a nadie y, además, la mayoría de esos once millones de españoles, que han traído a Zapatero aprovechando los engaños del 11-M , pasan de Su Majestad, de los valores que proclama, de la bandera y odia a los otros once millones que defendemos estos valores, y a esa bandera que para nosotros no permanece muda, como usted afirma , sino vivamente elocuente en su hermoso ondear de la Plaza de Colón recordándonos cada día el momento de nuestra Jura. Muda lo estará para usted. No me extraña.

La inmensa mayoría de esos once millones de españoles, según usted ofendidos por la Reina, odian a los otros once que compartimos los valores de la egregia Señora, como lo demuestran en los medios de comunicación afines a su pensamiento mediante el rencor, el revanchismo, la sucia calumnia que a diario, vomitan en sus bodrios televisivos, como en la interminable serie de “Amar en tiempos revueltos”, y en la insoportable, reiterativa, embustera, sectaria y cursi “Cuéntame”, catequesis laicista, roja, anticristiana y antiespañola.

Todo ello jaleado por memos como usted que nunca han tenido la valentía y la honradez de denunciar la ofensa que soportamos a diario- muchas veces al día- los once millones de españoles cuyos principios se identifican con los que la Reina ha tenido la honradez y la valentía de proclamar.

Tampoco se puede creer - o sí - la patética matización de la Casa Real a las manifestaciones de Doña Sofía. Ante esta incongruencia cabe formularse varias preguntas:

¿Qué miembro de la Casa Real ha considerado oportuno realizar a posteriori tales matizaciones?. ¿Cómo es que si estas matizaciones eran procedentes no se hicieron antes de que el libro fuera publicado?. ¿Cómo es que, para una vez que un miembro de la Casa Real se manifiesta con valentía, ésta corre a desvirtuar sus manifestaciones? ¿Hubiera habido matizaciones en el caso hipotético de que las declaraciones de la Reina hubieran satisfecho a la progresía?

¿Tan torpes son que no se dan cuenta de que ponen en entredicho a la Reina y a Pilar Urbano?. ¿Tanta influencia tiene Aza como para desmentir a la propia Reina y tan poca la Familia Real para evitarlo?. ¿Por qué no han reaccionado de igual modo ante desacertadas intervenciones de Don Juan Carlos, como la ya aludida de “hablando se entiende la gente...”.¿O es que ha partido la idea del propio monarca, muy dado a poner firmes sólo a aquellos que sabe que le van a obedecer por imperativo institucional como a los militares en el 23-F ?. ¿Creen de veras que la Monarquía se puede seguir manteniendo con esa inoperancia e  inhibición que viene mostrando ante los problemas reales de esta sociedad?, problemas, por cierto, ajenos al juego de los partidos políticos.

Cualquiera que sea la respuesta a estos interrogantes nos resulta harto inquietante.

 Pero en fin, normal, cosas que ocurren en un país en el que once millones votaron a un tipo como Zapatero merced a la habilidad de Rubalcaba en la manipulación del 11-M - tragedia que, como contrapunto a la comedia de Luigi Pirandello, “Seis personajes en busca de autor” se puede titular “Una matanza en busca de autor”, autor intelectual, o autores, que nadie en la clase política parece demasiado preocupado en encontrar-; once millones que en su sectarismo lo toleran a pesar de la ruina; y que, me atrevo a asegurar que una grandísima parte de ellos, desarraigados, estarán bailando a estas horas danzas macabras en esa fiesta extraña, plagiada y hortera, que es Halloween.

Danzantes aborregados: ¿Os habéis sentido ofendidos por la declaración de valores que ha manifestado la Reina?

Felicidades, Majestad , en su cumpleaños y por el magisterio que dimana de su saber y gobierno. Y gracias, porque puede ser que SM encarne ese buen Señor que necesita el buen vasallo. No deje que la amordacen.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com