Que demencia la de
los descendientes de criminales de la guerra civil, que ahora
quieren borrar los crímenes de sus antepasados o los que ellos
mismos cometieron a través de decretos. Y este es el caso del
Hospital Juan Canalejo de La Coruña, probablemente el hospital con
más solera de Galicia.
Hospital inaugurado en tiempos del Generalísimo
y que su nombre viene en homenaje y recuerdo de un teniente de
intendencia retirado y falangista amigo personal de José Antonio
Primo de Rivera. El delito de D. Juan Canalejo fue ser falangista y
ser amigo de José Antonio, fue detenido mucho antes del comienzo de
la Guerra Civil por la policía republicana sin poderle atribuir más
delito que los mencionados anteriormente, ya que el juez no encontró
otros. Por lo que su detención fue ilegal y además por motivos políticos,
y nada tuvo que ver con la Guerra Civil y menos aún con el
alzamiento.
Unos meses más tarde, en plena Guerra Civil, un 6 de
Noviembre de 1936 Juan Canalejo sería asesinado sin juicio previo
por las fuerzas republicanas en la primera saca de la Cárcel Modelo
de Madrid hacia Paracuellos. Su muerte fue como la de los demás
inocentes que la recibieron; un fusilamiento masivo sobre una fosa
común y enterrado sin nombre, al más estilo genocida de Stalin
bajo orden y supervisión de Santiago Carrillo.
Curiosamente el 18 de Julio de 2008 la Xunta
aprueba cambiar el nombre del Hospital Juan Canalejo para cumplir la
Ley de Memoria Histórica. No es de extrañar que estos miserables
escojan la conmemoración el día del alzamiento para cometer sus
fechorías, ya que su enfermedad mental de rencor y el genocidio que
llevan por sus venas y en sus genes, no podría permitirles escoger
otra fecha para sus venganzas cobardes. Ahora en plena crisis
pagamos los caprichos de estos trasnochados todos los ciudadanos con
nuestros impuestos, incluso los descendientes del asesinado.
Cambian el nombre de un hospital, porque en
1936 un hombre inocente fue vilmente asesinado por motivos políticos
sin juicio previo y junto a millares de inocentes. Asesinado por un
poder antidemocrático que ejecutaba a los presos a su antojo.
Asesinado por asesinos rojos, rojos por la sangre de inocentes con
las que embadurnaron sus sucias y genocidas manos.
Esta es la memoria
histórica de los descendientes de los genocidas, que además de
aplaudir los desmanes de sus antepasados ahora ellos actúan con la
misma cobardía al usar las leyes democráticas en contra de la
democracia y a favor de sus caprichos, retorciendo la legalidad y
tratando de criminales a los mártires de sus crímenes.
Y esta es la izquierda del nieto del Capitán Lozano, la izquierda
que asesinó a miles de inocentes y ahora por decreto intentan
borrar su asesina y roja historia, y pretenden dar la vuelta a todos
sus crímenes. Quizás la benevolencia de Franco fue excesiva con
esta chusma, ya que darles trabajo, honra y bienestar les hizo ahora
adueñarse de nuestras leyes y de nuestra Nación. Veremos cuanto
les dura, porque nuestra memoria no se borra con simples leyes de
memez y mentira histórica.
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