Juan Canalejo, la memoria histórica roja.
Por
Jakim Boar.
23/07/2008.
Que demencia la de los descendientes de criminales de la guerra civil, que ahora quieren borrar los crímenes de sus antepasados o los que ellos mismos cometieron a través de decretos. Y este es el caso del Hospital Juan Canalejo de La Coruña, probablemente el hospital con más solera de Galicia.
Hospital inaugurado en
tiempos del Generalísimo y que su nombre viene en homenaje y recuerdo de un
teniente de intendencia retirado y falangista amigo personal de José Antonio
Primo de Rivera. El delito de D. Juan Canalejo fue ser falangista y ser amigo de
José Antonio, fue detenido mucho antes del comienzo de la Guerra Civil por la
policía republicana sin poderle atribuir más delito que los mencionados
anteriormente, ya que el juez no encontró otros. Por lo que su detención fue
ilegal y además por motivos políticos, y nada tuvo que ver con la Guerra Civil
y menos aún con el alzamiento.
Unos meses más tarde, en plena Guerra Civil, un 6 de Noviembre de 1936
Juan Canalejo sería asesinado sin juicio previo por las fuerzas republicanas en
la primera saca de la Cárcel Modelo de Madrid hacia Paracuellos. Su muerte fue
como la de los demás inocentes que la recibieron; un fusilamiento masivo sobre
una fosa común y enterrado sin nombre, al más estilo genocida de Stalin bajo
orden y supervisión de Santiago Carrillo.
Curiosamente el 18 de Julio de 2008 la Xunta aprueba cambiar el nombre del Hospital Juan Canalejo para cumplir la Ley de Memoria Histórica. No es de extrañar que estos miserables escojan la conmemoración el día del alzamiento para cometer sus fechorías, ya que su enfermedad mental de rencor y el genocidio que llevan por sus venas y en sus genes, no podría permitirles escoger otra fecha para sus venganzas cobardes. Ahora en plena crisis pagamos los caprichos de estos trasnochados todos los ciudadanos con nuestros impuestos, incluso los descendientes del asesinado.
Cambian el nombre de un hospital, porque en 1936 un hombre inocente fue vilmente asesinado por motivos políticos sin juicio previo y junto a millares de inocentes. Asesinado por un poder antidemocrático que ejecutaba a los presos a su antojo. Asesinado por asesinos rojos, rojos por la sangre de inocentes con las que embadurnaron sus sucias y genocidas manos.
Esta
es la memoria histórica de los descendientes de los genocidas, que además de
aplaudir los desmanes de sus antepasados ahora ellos actúan con la misma cobardía
al usar las leyes democráticas en contra de la democracia y a favor de sus
caprichos, retorciendo la legalidad y tratando de criminales a los mártires de
sus crímenes.
Y esta es la izquierda del nieto del Capitán Lozano, la izquierda que asesinó
a miles de inocentes y ahora por decreto intentan borrar su asesina y roja
historia, y pretenden dar la vuelta a todos sus crímenes. Quizás la
benevolencia de Franco fue excesiva con esta chusma, ya que darles trabajo,
honra y bienestar les hizo ahora adueñarse de nuestras leyes y de nuestra Nación.
Veremos cuanto les dura, porque nuestra memoria no se borra con simples leyes de
memez y mentira histórica.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com