Primero fue el
brandy..., se acuerdan de aquello: "Soberano es cosa de
hombres", pues hace tiempo que dejó de serlo para convertirse
en cosa de mujeres, o mejor dicho, de niñas, una moda esta de colocarse
con todo tipo de sustancias psicotrópicas y etílicas que se ha
exportado desde la capital a todos los rincones de España, y que es
hoy uno de nuestros reclamos turísticos más evidentes para el
resto de la juventud europeo. Una irracionalidad de proporciones
tales, que no se pude entender a no ser que existe alguna razón
oculta, como intentar suplir a nuestra juventud por la hambrienta y
desesperada de África. Ese continente al que algunos ya no miramos
con simpatía, y que ha demostrado, a racistas y no racistas, la
incapacidad congénita de sus gentes para salir adelante solos.
Seguidamente fueron
los toros, la lidia, el toreo. Porque si bien es cierto que en épocas
más antiguas hubo alguna descerebrada que lo practicó, según
nos refieren algunas crónicas, la cuestión se quedó en pura anécdota.
No así en la actualidad, donde Cristina Sánchez ha quedado como
referente de la capacidad femenina para calzarse un pantalón aunque
no luzca paquete.
Referente al fútbol,
el opio del pueblo español, jamás hubo tanta afición a este
deporte, cuyos clubes más parecen combinados extranjeros que
equipos de la ciudad, el pueblo o la provincia a la que dicen
representan. Y así, a medida que han crecido los Florentinos,
los Fefes y demás ralea, así también ha crecido tanto el
gamberrismo como la afición de las féminas por el espectáculo.
Todo un alarde de igualitarismo. Toda una defensa de los derechos de
la mujer trabajadora a la que no se deja que se quede embarazada,
pero a la que sí se permite, y se jalea, que enseñe las tetas
en el espectáculo.
Finalmente ha sido
el ejército el que ha dejado de ser cosa de hombres, pues cada vez
es mayor el número de mujeres, y de mujeres extranjeras, en las
Fuerzas Armadas. Hasta el punto, que las soldadas ya representan el
12,3% de los militares. De ahí, pues, que sea natural que la
ministra, la ex anarquista Carmen Chacón –esa jugada que Zapatero
le tenía reservada al Ejército- diga, y con toda razón, que
"el Ejército español es pacifista". Algo que viene
demostrando sobradamente en sus misiones de comparsa internacional,
y que ha terminado por definir en toda su amplitud omitiendo el
deber de socorro a un barco de pesca español.
A tenor de lo
expuesto, y teniendo en cuenta el cada vez peor esperma del varón
español, es natural que cada vez se empleen más varones españoles
en las cocinas, mientras ellas igual trepan a un cañón, que se
calan unas bragas de camuflaje.
¡Viva la mujer
trabajadora! ¡Muerte al macho!
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