Ni siquiera en lo que parecíamos más seguros y estábamos en
cabeza puede irnos peor. Pues, ahora también, los cocinillas,
que tanta fama internacional tienen, andan echándose los trastos a
la cabeza tras una denuncia por fraude y contaminación alimenticia
a base de aditivos, edulcorantes y demás sustancias nocivas y
lesivas para la salud. Lo que pone en entredicho nuestra capacidad
incluso para cocinar. Que ya es decir. Un fiasco de proporciones tan
graves en cuanto a prestigio internacional, que hasta ha sido
portada del periódico La Razón (25/5/08). Pues, esto de la
"nueva cocina" era un nuevo argumento para desprestigiar más,
si cabe, a la oprobiosa dictadura de Franco, cuyos cocineros y amas
de casa jamás osaron condimentar una fabada asturiana adornada con
piedras y flores. Quintaesencia de nuestro indomable espíritu de
rebeldía democrática.
Santi Santamaría,
que acaba de ganar el primer Premio Hoy de ensayo por "La
cocina al desnudo" defendiendo los hábitos de la cocina
tradicional y la dieta mediterránea, denuncia públicamente y con
argumentos irrefutables a todos esos majaderos de la "nueva
cocina", cuyo mayor representante es el tal Adrià, de haberse
vendido al dinero y de que con la excusa de la innovación alimentaría
se abandone la comida natural. Así como el empleo en este tipo de
cocina de sustancias nocivas para la salud como el "aspartano",
que todos los referidos majaderos utilizan, y que según
investigaciones al especto estará prohibido en poco tiempo por
estar vinculado al alzehimer y a la esclerosis múltiple. Que a lo
mejor era por lo que en la época de la oprobiosa dictadura no existía
esta clase de cocina ni de cocineros. Y es que, como todo era tan
simple y natural, las judías estaban en los platos y las piedras y
las flores en el campo.
Defenestrados también
los cocineros, ahora sólo nos queda que nos digan que Alonso es en
realidad un robot. Tiempo al tiempo.
Que viva España, la
gente canta con ardor... ¡España es la mejor!
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