París está que arde,
morito. César España.
Pues sí, nuestros respetadísimos moritos, los amados y
subvencionados del gobierno del talante sin talento están haciendo
de las suyas en la refinada y laica France de la France. Pagan a las
naciones que les da vivienda, trabajo y dinero estatal que niega a
los propios franceses (como ocurre en España) para los moros, y
ellos, bien agradecidos, hijos de inmigrantes por no decir de otra
cosa, a quemar Iglesias (mezquitas ni una, oiga), cabinas, tiendas,
y coches, muchos autos, cientos de ellos. La poli -como en la España
de ZP el sonriente- ni tocarles un pelo. Y cada noche, antes de la
hora de la Cenicienta, apoderándose de la patria que los adopta y
da de comer, en plan batasuno kaleborrokiano, como en la misma
bendita Vasconia española, ¡pum!, fuego a todo. Chirac, el presi
francés, con tanto talante como el español, políticamente
correcto, que van a actuar, que se tomarán medidas (no sé a qué,
¿a sus pantalones realizados en la sastrería?), y noche a noche,
los francesas, acobardados en sus casas, y los moros, dueños y señores
de la vía pública. En ésta España que una vez fue Una, Grande y
Libre, cuando la justicia hacía honor a su nombre, era dura con
delincuentes y criminales, la escena mundial izquierdista llamó
asesino al que defendía, como Generalísimo a su pueblo, al que
amaba, no a los sangrientos asesinos etarras que fueron
ajusticiados.
En Francia, la voz de Le Pen está censurada, es "extrema
derecha". Nadie habla de inmigrantes moros que no se integran y
chupan del bote del erario de todos los trabajadores. Aquí las
ofensas son para los católicos, los patriotas, los que van a ir el
día 11-N contra la LOE, los del PP y todo lo que "huela a España
o catolicismo" que con tanto énfasis combate Zapatero y sus
"boys".
De un gobierno, como el de ZetaPé que ganó unas elecciones
aprovechándose y mintiendo con musulmanes inmolados en los trenes
como fue el 11-M y la jornada que Prisa y sus niñitos rojos
hicieron el día de reflexión, qué podemos esperar, pues la
dictadura gay, la del cine ultrasubvencionado del PSOE y la
inquisición mora. Qué nos quedará por ver, Señor...
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