¿Fútbol Club
Barcelona?. José Gabriel.
Siempre
se ha dicho que el F.C.Barcelona es algo más que un Club. Este fin
de semana hemos comprobado que es cierto: es un partido político,
independentista, imperialista y carente de respeto hacia los demás.
Los
equipos de fútbol pueden tener y tienen, aficiones con diferentes
sensibilidades; pero que el Club sea el que maneja esas
sensibilidades directamente, es intolerable.
El
pasado Sábado, vimos una provocación con la participación de cien
mil personas aplaudiendo, en un acto político en el campo del F.C.
Barcelona aprovechando la celebración de un simple partido de fútbol;
la excusa, una supuestamente inocente promoción de la
lengua catalana.
En
pleno centro del campo Joel Joan, un fracasado actor que sobrevive
en Barcelona gracias a su catalanismo, gritaba sin ningún pudor:
"visca la llengua i la cultura catalana. Visca els països
catalans lliures!". Acompañaba esta histriónica memez un
inmenso mapa de los susodichos países. Todo en medio de una orgía
estúpida, más propia de un circo romano.
La
Comunidad Valenciana y la de Baleares, llevan años soportando el
imperialismo catalanista. La invasión de esta gentuza alcanza las
televisiones, radios y prensa gracias a las aportaciones económicas
de la Generalidad de Cataluña. Las mentiras y sandeces que se
proclaman mediante la TV3 y el Canal 33 son sencillamente
insufribles, y responden a una deliberada ignorancia histórica que
alcanza la paranoia. También es cierto que la respuesta de la
televisión autonómica valenciana no es precisamente la adecuada,
sobre todo en su segundo canal, en el cual se dedican a criticar el
franquismo de manera constante, a la vez que hacen el juego
con sus habituales complejos, a un cada vez menos disimulado
catalanismo.
Lo
sucedido en el campo del Barcelona es algo que por descontado
politiza el deporte de manera peligrosísima. El trato de las
televisiones "estatales" a dicha provocación ha sido ridículo,
minimizando y pasando por encima del asunto como si se tratara de un
error sin importancia.
Algunos
alegaran que son cosas del fútbol y que por lo tanto carecen de
trascendencia; pero lo sucedido es un fiel reflejo de todo lo que se
está moviendo en Cataluña desde sus traidoras instituciones. La
influencia que ejerce el deporte sobre los hábitos de conducta en
una juventud sin ideales, sólo la pueden infravalorar los incautos.
Esto
ocurre, en una semana en la cual esta sociedad deportiva ha
presentado un libro en el que relata lo mal que lo pasaron con el
Caudillo. Rebatir semejante simpleza no merece la pena, ya que ahí
están las estadísticas, en ellas puede verse que el Barcelona ha
ganado con Franco lo mismo que sin él. Además dudo que el libro
repase la nómina de presidentes afines al Régimen que tuvo el Club,
la recalificación del campo de Les Corts, los títulos conseguidos
a pesar de la sufrida represión o las medallas concedidas al
Caudillo; aunque quizá sí lo haga, tergiversando y manipulando
de la manera habitual.
Pero
el colmo ha sido el espectáculo de ver como un miembro de la
directiva, cuñado del presidente Juan la Puerta, ha tenido que
dimitir por pertenecer a la Fundación Nacional Francisco Franco ¡Qué
mala suerte chato! Escuchar las excusas del necio presidente y su
cobarde cuñado, es muy recomendable para la lucha contra el estreñimiento.
El
catalanista cuñado de franquista que preside el Barcelona, no se
tendrá que sorprender si a partir de ahora su Club es recibido con
hostilidad, sobre todo, en los territorios de ese disparate histórico
que son los países catalanes.
No
es la primera vez que un equipo deportivo hace política. En plena
transición el Ath. Bilbao, paseó la ilegal ikurriña por el césped
de su campo, mientras que posteriormente y de manera reiterada, se
han negado siempre a guardar un minuto de silencio por las víctimas
causadas por ETA.
Esta
campaña, forma parte de la estrategia del nacionalismo Vasco
y Catalán. Saben muy bien la influencia que tiene el deporte en la
sociedad y no renuncian, como hacen otros, a este campo de lucha que
les es muy propicio dada la cultura del rebaño a manejar.
Estos
actos, atentan contra la Constitución y contra los Estatutos; pero
lo más peligroso es que suponen un insulto y un llamamiento a la
violencia ¿Qué piensan hacer los comités deportivos? ¿A qué
tipo de victimismo recurrirá el Barcelona y sus acólitos
catalanistas, cuándo tengan la respuesta que merecen? ¿Qué
harían si el acto en cuestión, tuviera un signo político
distinto? No son pocas las ocasiones en las que los medios afines al
actual gobierno, han intentado prohibir la exhibición de banderas
españolas en los campos de fútbol; esgrimiendo como argumento una
inexistente anticonstitucionalidad de determinados escudos ¿Hay
comparación posible? ¿No es más grave promover directamente desde
un equipo, la ruptura de España y el secuestro de sus regiones?
Este
acto no puede quedar sin sanción ni respuesta; de lo contrario,
cada palo tendrá que aguantar su vela, cuando suceda lo que
terminará sucediendo.
INICIO |