Por
Pablo Gasco de la Rocha.
Tengo para mí que a
Su Majestad el Rey don Juan Carlos, dos veces consecutivas Borbón,
nadie lo ha entendido ni le entiende. Y así, por ejemplo, si unos
creyeron que era franquista, otros, por ende, creen que ahora es
socialista, aunque todavía no tenga el carnet del partido de Largo
Caballero, el "Lenin español". Pero el Rey, que
está por encima de todos, sabe serlo de todos a partes iguales,
aunque ninguno lo vea como plenamente suyo. Y es que, de alguna
forma, todos quisiéramos que fuera de unos y de otros no, para lo
cual tendríamos que pasarnos a la República, que es una opción
legítima, y en estos momentos patriótica.
Las declaraciones de
Su Majestad el Rey para definir a su jefe de Ejecutivo no hubieran
levantado la expectativa que han levantado si realmente fuéramos un
pueblo culto, capaz de leer entre líneas. Y aquí no trato de
defender tanto la coherencia del Rey, que a lo peor no la tiene,
como de demostrar el grado de incultura manifiesta del pueblo español
y, sobre todo, de sus políticos. Y es que, Su Majestad no ha hecho
otra cosa que adelantarse a las declaraciones que se dirán de
Zapatero el día en que deje la presidencia, o si de repente se
muriese sin confesión.
Por otra parte no
debe olvidarse, como no lo hace Su Majestad el Rey, que Zapatero no
está en el cargo por impulso real o arte de magia, sino porque la
mayoría de los españoles lo han querido así. Por lo que, los que
defienden tal sistema, deberían tener mucho cuidado en no darnos más
motivos o argumentos a los que lo defenestramos. Porque puede darse
el día en que no haga falta un golpe de Estado para destruirlo. "Un
hombre honesto,..."... el Rey está defendiendo la
Corona, que no sólo su persona, la única institución valorada del
Estado, la única que sigue cohesionando, mal que puede, la
maltrecha unidad de España.
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Si el pueblo no se
equivoca nunca, como dicen los que defienden el sistema, Zapatero,
como los anteriores y los que venga, serán quienes mejor sepan
dirigir los destinos de España. Pues de otra forma estaríamos en
la máxima contradicción. Esto es, el pueblo no se equivoca, pero
el jefe del Gobierno que han elegido libre y voluntariamente es el
hombre más incapaz del Reino... No es posible. Y así lo ha
entendido Su Majestad el Rey Juan Carlos de Borbón, y otra vez
Borbón, saliendo en defensa de Zapatero, como en su día lo
hizo Ansón respecto a González. Todo, pues, cuestión de tácticas
y estrategias.
Además hay algo que
no debería escapársenos, y es que el Rey depende no tanto de tener
contentos a todos, como de tener contenta a la izquierda. Incluso a
la radical anti-española y anti-cristiana. Y así, si hoy le
tributa tales calificativos a Bambi, otro día le vemos dándole un
fraternar abrazo a Ibarretche. Todo ello a mayor beneficio de los
chicos, Felipe y Leticia, a los que anda como loco poder colocar en
el mismo puesto que él ha ocupado durante treinta años. ¡Lo que
son los padres!
Y todo lo dicho, por
no mencionar el miedo que Su Majestad le pueda tener a Zapatero,
porque como el mismo Rey ha dicho, Zapatero ".. no divaga
y sabe muy bien hacia qué dirección va".
¡Por la República
Nacional al servicio de la unidad, la grandeza y la libertad de España!
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