Por
Rafael Moreno. Jefatura Local de FE La Falange, Brunete.
Viendo las terribles
fotos que existen del asedio al Cuartel de la Montaña, por las
hordas rojas, no puedo por menos de estremecerme, al contemplar el
heroico sacrificio, pleno de valor y de entrega, de los que murieron
defendiendo la suprema verdad de la Patria, el Heroísmo y el Honor.
Uno mira sus cuerpos
inertes, caídos en el suelo en diferentes y dolorosas posturas, con
la muerte vidriosa en los ojos, y no paro de pensar, lo que
sentirían aquellos hombres, que sabiendo lo que les esperaba, no
dudaron ni un momento en ocupar su puesto, y defender, con arrojo y
valentía, un reducto, del que sabían que pocas horas después,
serían arrasados y desalojados.
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¿Qué enorme Fe y
devoción les mantenía en su defensa?.¿Cuál era el pensamiento en
aquellos últimos y lúgubres momentos, donde la espada de Damocles,
no solo pendía y se balanceaba sobre sus cabezas, sino que avanzaba
en caída vertiginosa sobre ellos?.
Debieron ser
momentos, de horror, de orgullo patrio, de dolor, de cánticos
enérgicos y patriotas, de entrega, de oraciones y rezos, de
despedidas y abrazos, de cierto miedo ,no mucho miedo, no sé.
Uno mira sus cuerpos
tendidos, ofrecidos en aras de una España mejor, más Grande, más
Libre, más Única, más Hermosa.....
Uno mira el observar
de los canallas asesinos que sin pudor, ni respeto, cotillean
y miran entre sus cuerpos gloriosos Caídos, y siento profundo
dolor, y profundo asco, a aquellos criminales que les
asesinaron.
Los nuestros, eran
hombres valientes y arriesgados, que no dudaron en entregar su vida
por amor a su Patria.
Militares y
paisanos. Falangistas, hermanos y camaradas, que se encerraban sin
saber el acontecer que sucedería después. Aún las columnas
de Mola estaban lejos. Pero ellos a la voz de su conciencia,
acudieron raudos a empuñar el máuser, y defender con su vida el
Honor mancillado.
Cada vez que paso
por el parque dónde se ubicaba el Cuartel, rezo una Oración por
ellos, y no puedo dejar de admirarme ante la grandiosa gesta.
El día 19 de Julio,
acudiremos a Honrar una vez más, a los que murieron entre sus
muros.
Y rezo por sus
familias, hijos, padres hermanos, que quedaron deudos de la gran
gesta.
Y ese día, con
inenarrable emoción, me visto el uniforme Falangista. El uniforme
que juraron defender. Como una amapola floreciente, contemplo el
Yugo y las Flechas de mi camisa azul mahón.
Como una amapola
floreciente, la sangre de nuestros camaradas, brotó fruto de las
ruines balas, de los enemigos de Dios, de España, y del
Cristianismo.
¡¡Honor y Gloria,
a los que dieron su vida por Dios y por España!!
Ese día estaremos
formados en íntima unión espiritual con ellos. Desde algún lugar
de los luceros, ellos bajarán a acompañarnos en invisible
presencia.
Y entonaremos el
cántico de lucha, de honor, vida y de gloria, con el que sellamos
nuestra promesa los verdaderos Falangistas: El "Cara al
Sol".
Unidos en fraternal
camaradería.
Dios, Patria,
Justicia y Pan.
Por lo que ellos
dieron su vida. En su memoria, en su recuerdo, gritemos con
emoción:¡¡ CAMARADAS CAÍDOS DEL CUARTEL DE LA MONTAÑA, ARRIBA
ESPAÑA!!
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