Por
Laura Vázquez.
Otra
vez de elecciones (por si alguien no lo había notado) “vótame a
mi, que soy el mejor” “vótame a mi que soy mejor que el
otro”… indignante. Una vez nos prometen el oro y el moro, bueno
más moro que oro y el caso es que no entiendo como los políticos
nos cuentan que piensan en nosotros, los sufridos ciudadanos, que
nos van a arreglar los problemas, que nosotros somos la prioridad
y… señores politicuchos, yo les pregunto ¿Cómo van a arreglar
el problema del precio de la vivienda? Porque entre, el Florentino,
los Borbones, Blesa y un largo etc, que mueven las constructoras e
inmobiliarias más fuertes de nuestra España, se reparten la
tarta.
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El
dinero manda, señores peperos y rojetes y más cuando son amiguetes
suyos, pues si ellos no les untan, entonces se irán a otros
partidos ¿no? Y no os interesa que os fastidien el negocio, los que
realmente tienen una política social sólida.
¿Cómo
se supone que van a subir los salarios a la gente? Porque sin
empresas, siendo un país de servicios, poco dinero hay para elevar
nuestros sueldos.
Y
critican a Franco. Tal vez por envidia, por rabia de saber que hubo
una persona, una gran persona, que con Fe y trabajo, sacó adelante
a nuestra Patria. Estamos viviendo de lo que el nos dejó.
Ahora
es cuando el clásico pepero o rojete de turno se reirá. Sus
carcajadas me dan la razón, pues no hay nada peor que los
ignorantes, los mentirosos, que van de listillos.
Las
elecciones no sirven de nada, si no se arregla el principal
problema; la muerte de España. Mientras sigamos con el voto útil,
lo único que conseguiremos, será ver cómo nuestra España
agoniza. Hay que votar con el corazón… con lo que nuestra nación
nos pide. No hay que votar para que no salgan los rojos.
Vergüenza
me da, cuando veo a Simancas (alias Rasputín), a Aguirre y esa
panda de payasos, pidiendo el voto. No señores, no pidamos el voto
por los ciudadanos… pidámoslo por el renacer de España, por
verla sonreír, por ver que se llena de fuerza.
El
voto útil, es el voto inútil si queremos ver a España resurgir de
las cenizas.
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