Por
Pablo Gasco de la Rocha.
El pasado 15 de
junio el Congreso de los Diputados celebró el 30 aniversario de las
primeras elecciones generales tras el Régimen del 18 de Julio. Con
motivo de tan feliz acontecimiento, el rey Juan Carlos
pronunció un discurso en el que destacó "el gran país que
hemos hecho". Lo que me hace considerar que el Rey no está
enterado de lo que ocurre, aunque digan los monárquicos, los
socialistas y la Duquesa de Alba que el Rey está perfectamente
informado de todo lo que ocurre en España, y que ejerciendo su
poder moderador insta al entendimiento y a la solución de los
problemas para que no se enquisten en la sociedad española.
¿Sabe Su
Majestad lo qué ocurre en el Reino?
En cuyo cumpleaños,
que ya son muchos, nos encontramos que el principal problema, el
terrorismo de ETA, sigue sin resolverse, pues no se ha sido capaz de
erradicarlo. Un país que arrancó hace 30 años con salida de
caballo alazán y que es hoy un burro cansado con las alforjas
repletas de corrupción económica y degradación moral y política...
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Sabe Su Majestad que
somos el único país de Europa que no ha solucionado todavía el
problema del terrorismo. Sabe Su Majestad que somos el primer país
de Europa, y en lo que afecta a nuestra juventud, en consumo de
drogas y alcohol, muertes en carretera, fracaso escolar y embarazos
no deseados. Sabe Su Majestad que somos el primer país de Europa en
número de abortos, rupturas matrimoniales y violencia de género.
Sabe Su Majestad que sufrimos una invasión inmigratoria de toda
etnia, cultura y religión que nos sitúa a la cabeza de Europa,
hasta un 200% respecto al año pasado. Sabe Su Majestad que somos la
base de operaciones de todo tipo de mafias. Sabe Su
Majestad que somos, en concreto Cataluña, el más importante centro
de reclutamiento del islamismo terrorista de Europa. Sabe Su
Majestad que nuestro déficit productivo y de investigación nos
pone a la cola de la UE. Sabe Su Majestad que nuestra precarizad
laboral es la más alta de la Unión Europea, con el salario mínimo
más bajo sólo por detrás de Portugal y más de la
mitad del empleo creado, retribuido por debajo del salario mínimo.
Sabe Su Majestad que el 50% de los españoles jubilados tienen que
sobrevivir con una pensión de 600 euros al mes. Sabe Su Majestad
que mientras se estanca o retrocede el nivel de ingresos de los
sectores necesitados de población, aumentan en proporción geométrica
los beneficios del gran capital, a su cabeza los de las entidades
bancarias, las cinco primeras de la cuales ganaran el año pasado más
de 17.000 millones de euros. Sabe Su Majestad que somos el único país
de Europa que no tiene sus leyes adaptas a luchar contra la corrupción.
Sabe Su Majestad que somos el país de Europa con la vivienda más
cara. Sabe Su Majestad que nuestro nivel de endeudamiento familiar
preocupa enormemente en las altas esferas internacionales. Sabe Su
Majestad que la desertización del país es un fantasma que empieza
a envolver el territorio español como consecuencia de políticas
equivocadas y partidistas.
¿Qué sabe realmente el Rey?
En las antípodas de la ignorancia más absoluta o de la simulación más
audaz, hasta el punto de decir "el gran país que
hemos hecho", tan mala es la situación que padecemos, que
diferentes países como Canadá, Japón, Inglaterra, Alemania e
Italia entre otros, advierten en sus Embajadas y centros de turismo
que "se tenga mucha precaución y máxima seguridad personal
todo el tiempo y en todos los lugares cuando visiten España".
Pues los informes advierten de que "en Madrid los crímenes y
los robos son evidentes", y que "Barcelona tiene la tasa
de criminalidad más alta de Europa después de Moscú".
Recomendaciones que no son aisladas respecto a la seguridad, pues
aluden también al terrorismo de ETA. Algo que nos disgustó
sobremanera cuando el Príncipe Alberto de Mónaco lo puso de
manifiesto como una realidad evidente de nuestro país.
Y tan evidente es la
preocupación, que en dichos documentos se agrega todo tipo de
detalles, como es el caso de aludir directamente a determinadas
zonas tanto de la capital de España como de Barcelona. Por ejemplo:
Puerta del Sol y aledaños, plaza Mayor, Parque del Retiro, Lavapiés,
plaza de Santa Ana, Las Ramblas, el Barrio Gótico, etcétera.
Situación real, no imaginada, que no sólo arruina nuestra mayor
fuente de ingresos, el turismo, sino que da idea de la imagen que se
tiene de nosotros fuera del Parlamento: un país de bárbaros, cuyo
estado del bienestar se ha ido yendo por el sumidero de una
democracia demediada que tiene un diferencial negativo con la Europa
de los 15.
¿Para qué sirve el Rey?...
Cuestión
fundamental y al margen del viejo discurso ya finiquitado entre la
Monarquía que "quiso Franco" y la República
"roja" impuesta tras el golpe de Estado de "los
concejales", pues de lo que se trata, y hay que plantear, es la
instauración de una República presidencialista, con unidad de
poder y al servicio de la unidad y la grandeza de España. Justo lo
que existe en nuestro entorno europeo y mundial.
Y ello, no tanto por
cargarse un sistema político que no funciona, como trasluce la
realidad, cuanto de combatir el estado endémico de la Patria, con
dinastía o sin ella.
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