Por
Pablo Gasco de la Rocha.
A tenor de lo que dispone el Código Penal y
sobre la aplicación de la legislación penitenciaria, ¿cuántos días
le quedarían de permanecer en la cárcel a De Juana Chaos desde su
última sentencia por amenazas, sin necesidad de tanto escándalo?...
Sorprende, pues, todo lo que concierne a tal terrorista, que sin
duda a estas horas podría estar disfrutando de una situación de
libertad condicional completa o atenuada, paso previo para su
definitiva excarcelación. Por eso, a tenor de tal situación,
conviene hacer una reflexión, pues sin duda que encontraremos algo
que se nos escapa.
|
|
Frente a la teoría
de la osadía, practica utilizado por los terroristas de ETA
sabedores de cómo se las gasta el Reino de España: "El
día que los terroristas dejen de matar, la democracia sabrá ser
muy generosa con ellos", frase que han utilizado todos
los Gobiernos del Rey que se han sucedido y que entiendo debería
constar en el escudo monárquico de nuestra bandera, la actitud del
terrorista De Juana Chaos se me antoja que se escapa a esta
consideración, pues no es explicable desde ningún punto de vista,
y mucho menos desde el más común de los sentidos, la persistencia
en una actitud que nada bueno le depara. Todo lo contrario.
Desde esta consideración, lo primero que deberíamos contemplar es que
el caso del terrorista De Juana Chaos no es diferente al de muchos
otros que ya están en la calle. Me refiero fundamentalmente a
Soares Gamboa, otro asesino "en serie" que fue excarcelado
por el Gobierno de Aznar, sin que consten las razones expresas de
tal decisión, salvo la de que se había cansado de matar. Es decir,
que De Juana Chaos podría igualmente haber estar ya fuera de la cárcel
sin necesidad de echarse la tierra encima como lo está haciendo.
Actitud que no se comprende, salvo que la intencionalidad del
terrorista sea otra. La de reunirse con sus padres, ya fallecidos.
¿Qué puede estar buscando De Juana Chaos? Pues posiblemente su propia
muerte a través del acto de algún familiar de sus múltiples víctimas.
Y no para provocar una reacción en su mundo criminal, sino para
descansar de una vez y de alguna forma expiar con su vida sus múltiples
crímenes. De ahí que muchas veces la pena de muerte tan denostada
y criticada sea para el asesino una expiación. Y en muchos casos,
hasta la única. Por eso, y a la espera de que tal acto
pueda producirse, el terrorista no hace más que provocar. Una
provocación, tiempo al tiempo, que el terrorista continuara tanto
desde su situación penitenciaria actual, como cuando finalmente sea
excarcelado y perdonado de todos sus crímenes como Soares Gamboa, "la
hiena".
Y ¡ojo! No se trata de salir en defensa del terrorista, pero frente a
la osadía de tantos, sin olvidar a los conversos de todo pelaje, de
cuya lista podríamos hacer innumerables rollos de papel higiénico,
convendría tener en cuenta esta nueva actitud que de alguna forma
imprime a quien la sostiene, y a todas luces así parece, una cierta
coherencia de comportamiento.
INICIO
|