El Ayuntamiento de Bilbao recuerda y
homenajea desde el lunes 21 de enero a Dolores Ibarrurri, conocida
como “La Pasionaria”, con la colocación de un busto en su honor
en un parterre a la entrada del Parque Amezola, en la calle que
lleva su nombre desde 1999. Al acto han asistido personalidades como
el Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, la
diputada foral de Cultura, Josune Ariztondo y diversos concejales
del Ayuntamiento de Bilbao.
Durante su disertación, Azkuna ha
afirmado que “Bilbao conoció los grandes discursos” de Dolores
Ibarruri. “En Bilbao sufrió persecución y cárcel y en Bilbao
fue elegida en marzo de 1930 miembro del comité central del Partido
Comunista de España”.
El alcalde de Bilbao, el mismo que
mandó retirar una bandera española durante el homenaje ciudadano a
los dos guardias civiles asesinados en Francia, parece olvidar quien
fue realmente ‘La Pasionaria’ aunque ya la define en su
discurso.
Ibarruri fue, junto a Santiago
Carrillo, una de las figuras clave en la persecución, tortura y
asesinato de cientos de miles de españoles durante la fraticida y
desgraciada guerra civil española.
Cabe recordar que fue la mano de
Stalin en España, que como todo el mundo sabe era un demócrata de
toda la vida. Pasionaria también era demócrata: por eso luchó
durante la guerra civil para instaurar la dictadura del proletariado
en España bajo el manto de Moscú.
Uno de los ejemplos clarificadores de
su tolerancia y fe democrática, vió la luz en el parlamento
cuando, tras un discurso de Calvo
Sotelo, la demócrata Dolores le gritó: “Este es tu último
discurso.” Y así fue. Efectivamente, como es bien sabido, Calvo
Sotelo fue asesinado el 13 de julio de 1936 por policías de la
republica de un tiro en una furgoneta policial (ya en la sesión del
15/4/36 cuando el comunista Díaz amenazó a Calvo
Sotelo de que no iba a morir con los zapatos puestos, ella
siguiendo la macabra amenaza afirmó que “si os molesta le
quitaremos los zapatos y le pondremos las botas”).
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