El Congreso ha
rechazado una proposición no de ley del PP y UPN, en la que
solicitaban la eliminación de los nombres en las calles y plazas así
como de los nombramientos de hijos adoptivos que tienen en la
actualidad miembros de la banda terrorista ETA.
Que el órgano que
representa a todos los españoles cometa tal indecencia, sólo por
llevar la contraria al PP en el caso del PSOE, y no nos atrevemos a
aventurar las razones de otros grupos, nacionalistas o comunistas,
pero que pueden ustedes suponer, nos indica bien a las claras el
nivel de degradación moral que ha sufrido nuestra clase política
en los últimos años.
Llama poderosamente
la atención que aquellos que más se rasgan las vestiduras por la
represión franquista de hace 80 años, pasen como si tal cosa sobre
la brutalidad terrorista de hoy en día.
Y es que para
aquellos que aún duden de cual es la verdadera intencionalidad de
la Ley de memoria histórica, no tienen más que examinar el
comportamiento de los grupos que han impulsado la misma. Exactamente
los mismos que tanto se han llenado la boca con la necesidad
de hacer desaparecer todo recuerdo del callejero español de
los miembros de uno de los bandos de la guerra civil, son los mismos
que no quieren quitar de las calles del País Vasco el homenaje a
los terroristas etarras.
Evidentemente si en
algún momento su intencionalidad hubiera sido la de reivindicar los
derechos humanos y la memoria de las víctimas de cualquier proceso
represivo, habrían sin duda apoyado la moción del PP, pero de lo
que se trata no es de mandar el mensaje a la sociedad española de
que no se pueden repetir experiencias que cercenen las libertades o
nos arrojen a unos españoles contra otros, sino de que realmente se
trata es de que los vencidos de ayer se tomen la revancha hoy. Poco
importa lo que hiciera o dejará de hacer Franco, a la vista de lo
poco que importa al PSOE y sus socios lo que hacen los etarras, lo
importante es que Franco era de derechas y venció a sus
abuelos de izquierda, y esto es lo que les resulta intolerable históricamente,
no la violación de derechos humanos.
Por que si de verdad
les importasen esos derechos humanos que tanto les gusta sacar a
paseo, tendrían una oportunidad inmejorable hoy de hacer algo por
evitar que se pisoteen en el País Vasco, en vez de demostrar que sólo
les interesa un pasado ya irremediable, al que se acercan con la
mirada tuerta del sectarismo.
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