A partir de hoy la Iglesia española tiene
498 mártires entre sus beatos, personas que han dado su vida en
defensa de su Fe y que han sido asesinadas por intentar vivir el
Evangelio de Jesucristo.
Ante esta
beatificación han surgido los “padres de la igualdad, democracia,
supuesta república, etc...”, insultando a la Iglesia Católica,
manifestándose en contra de esta beatificación y escupiendo otras
muchas lindezas, en resumidas cuentas, porque a ellos estas
beatificaciones les escandaliza, como a algunos que se consideran
católicos, les escandaliza ver personas coherentes con sus
convicciones, personas que han vivido y dado la vida por el
Evangelio, personas que han hecho realidad el amor de Dios en medio
del mundo, estas personas sin ideología, sin banderas, sin política,
sin colores ... han dado su vida por el Evangelio, a diferencia de
otros que han dado su vida por la supuesta “república”, por una
bandera, por una ideología política, esto escandaliza en el mundo
de hoy y en el siglo XXI.
Pero la vida y el
testimonio de los mártires nos recuerda una vez más que el
Evangelio se puede vivir y que el amor a Dios llena el corazón del
ser humano y da verdadero sentido a la vida, pero en una sociedad
cambiante, dominada por las modas, por el relativismo, por el todo
vale, hasta los católicos de hoy en día; les da igual ir a Misa,
que no ir; les da igual defender la vida, que el aborto; les da
igual la educación católica de sus hijos, que otras educaciones;
les da igual el sacramento del matrimonio de un hombre y una mujer,
que un rejunte de dos individuos del mismo sexo o un matrimonio
civil; les da igual rezar, que no rezar; les da igual la doctrina de
la Iglesia, que las doctrinas reinantes por las modas; y un largo
etc... Ante esta situación la vida y el
testimonio de los mártires están denunciando la actitud y
la vida de los cristianos en el siglo XXI, ellos nos están diciendo
que vivir el Evangelio en momentos de adversidad se puede, que
cuando dejamos al amor de Dios reinar en nuestros corazones, El nos
da la fuerza necesaria para dar la vida, diciendo “¡Viva Cristo
Rey!”, es decir, Cristo es el Rey de nuestros corazones y del
mundo, Cristo ha resucitado y es mí Dios, Cristo es el que da
sentido a mí vida, Cristo a pesar de la maldad del hombre, es la
fuente de la felicidad y de la alegría.
Pero ya sabemos que
los mártires siempre han sido causa de escándalo, para sus
verdugos y para los propios católicos, aunque para la Iglesia “la
sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos” y es
testimonio de vida para todos.
|
|