VIOLENCIA JUVENIL


 
 
Por Laura Vázquez.
 

Por desgracia es un tema de actualidad ya que cada vez emergen más grupitos que operan al margen de la ley, o bien, a pesar de vivir en una época donde hay libertad, muchos adolescentes se sienten agredidos física o psicológicamente por estos violentos.

Los psiquiatras entre otros los factores que ellos consideran de riesgo, se encuentra el abuso de drogas como la marihuana y alcohol, falta de control o supervisión por parte de los padres o débiles lazos afectivos; amigos y escuela…

Una vez más y después de haber aguantado al “mejor” alcalde de Madrid, Sr. el (por llamarle de alguna forma) Tierno Galván, lo que para ellos era un billete hacia la libertad, se ha convertido en un pozo: “hay que colocarse” decía nuestro insigne alcalde.

La batalla contra las familias, contra el control paterno, está dando sus frutos. “Dale al niño lo que quiera, pero que no moleste”. Esto no es fascismo, de verdad, tener un hijo es algo muy serio, no solo para salir en la foto y sacarle el parecido a los orgullosos padres.

Esta violencia se evitaría si los padres hablasen con sus hijos, les diese esa confianza que necesitan, tratasen sus problemas con firmeza… no hablo de maltratar a niños, si no de quererles, educarles y mostrarles que unos padres siempre estarán ahí para ayudarles.

También está el padre cuyo hijo es un violento, y que para descolocarnos aún más, defiende a su hijo, aunque este haya pegado al compañero, a la profesora o a quien sea. Esto es defender lo indefendible. Para un padre es duro enterarse que tiene un hijo problemático… en vez de enfadarse con el agredido, debería hablar seriamente con su hijo aunque, como ya perdimos los valores de toda la vida, pues eso es cosa del fascismo exacerbado de los franquistas bla bla bla, ahora nos encontramos tal vez, con lo que Felipe González denominaba “flecos”.

Efectivamente, estos flecos ya han llegado y nos asombramos. Es lo normal, los padres, por falta de interés o por motivos laborales, no prestan el tiempo suficiente a sus hijos y estos (o sus compañeros) deciden qué camino seguir: drogas, violencia… Y todo para poder integrarse y ser aceptados en el grupo que consideran su referencia, concretando: para llenar esa falta de cariño que tienen pues al final es algo tan simple y a la vez tan complejo, como sentirse queridos.

Si no es así… ¿Por qué la primera borrachera, estadísticamente, es a partir de los 10 años? ¿Por qué tontean con drogas? ¿Por qué quieren pertenecer a estos grupos? ¿Por mimética?

Se debería prestar más atención a los hijos y se evitarían muchos disgustos.

 
 

24 de Junio de 2.005.-

 

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