¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?


 
 
Por Laura Vázquez.
 

Es un día lluvioso y he decidido ir al Valle de los Caídos. Voy conduciendo despacio, llenándome de la tranquilidad que da este lugar. Sintiendo a cada metro, alegría y paz.

Aparco y me dirijo a la explanada subiendo lentamente las escaleras. Cuando me encuentro en la base de la Cruz, miro hacia arriba: Por Dios y por España, pienso. De repente una energía extraña recorre mis venas. Es el orgullo de ser española, de amar a Dios y a España. La satisfacción de haber tenido a dos personas: José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco que nos dejaron sus palabras y estas mismas ahora retumban en mi alma: “Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordia civiles. Ojalá encontrara ya el Pueblo Español tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria el Pan y la Justicia."

Ojalá sea la última bomba que pongan en el Valle, pienso.

Me adentro y cruzo la reja que da paso a la gran nave de la Cripta. Me sitúo ante el Altar Mayor. Mis ojos se pierden en la escultura de Cristo. Su rostro está sereno. Le pido que me dé fuerzas, ya no solo por mi ideología y lo que tenemos encima, si no por algo más simple: que me ayude a luchar contra injusticias que a diario vivimos.

¿Qué nos está pasando? Ya no hablo de derecha ni izquierda. Es más simple. Cada vez estamos más desquiciados: asesinatos gratuitos (entre bandas o no), pedofilia, niños abandonados en cubos de basura, discriminaciones sin ton ni son, piques sin sentido, burlas, malos tratos, odio exasperado, divorcios, eutanasias y abortos… esto se desmorona a una velocidad de vértigo. Aún así, no tengo miedo… tengo confianza.

¿Dónde están esas normas básicas de educación? ¿Y ese amor por la vida? ¿Dónde quedó ese sentimiento humano de amar al prójimo o de tener más paciencia con los que nos rodean? ¿Por qué tiene más valor el dinero, que los buenos sentimientos? No hay respeto. Algún desalmado, lo define como libertad o democracia e incluso, talante.

Miro la tumba de José Antonio e imagino que está preocupado en el Cielo, que nos mira e intenta proporcionarnos firmeza. 

Me dirijo a Franco y siento sus palabras que hoy significan mucho: “¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? ¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria, con proceder cobarde y traidor, entregándola sin lucha y sin resistencia?” Siento que me mira como lo hacía mi abuelo y que tiende su mano en un gesto de consuelo. “Ojalá estuvieras aquí”, pienso.

Vuelvo sobre mis pasos y salgo a fuera. La lluvia me está empapando. Se mezcla con mis lágrimas de rabia y de alegría. Me siento en uno de los escalones. Mis pensamientos se difuminan en el paisaje.

Necesitaba cargar pilas y desde aquí, este rinconcito del ciberespacio, os digo a los que moristeis por Dios y Por España: No os fallaremos.

 ¡¡¡Arriba España!!!

 ¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

 

30 de Mayo de 2.005.-

 

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