Han pasado 70 años desde aquel 18
de julio en el que unos españoles de bien se hartaron de la
anarquía, corrupción y demagogia imperante. Con su sangre
y esfuerzo consiguieron poner orden en España impidiendo
que se convirtiera en un país ateo, materialista y satélite
de la URSS, con todas las consecuencias que esa maldición
nos hubiera traído.
El sacrificio que
realizaron estos valerosos héroes para que las generaciones
venideras pudieran vivir en paz y trabajo, en la actualidad
se está viendo truncado de una manera descarada por parte
de los que, por un lado, sólo saben vivir de la venganza y
los peores instintos de la anti-España más ruin y arcaica
y, por otro, de los que han consentido el que se llegue a
esta situación por su cobardía, apostasía y traición,
disfrazado todo ello en lo que se ha venido en llamar
“oportunidad política”, “conformismo” o
“complejo”. Este estado de cosas que estamos viviendo
es, sin lugar a dudas, muy grave y se parece mucho a la
situación de 1936.
Los jóvenes de
edad y de espíritu, que aún tenemos presentes y estamos
agradecidos a estas generaciones que quisieron
legarnos una Patria Unida, Grande y Libre y por la cual
lucharon a costa de su sacrificio tanto en la guerra como en
los años posteriores, tenemos el deber de no olvidarlos, de
defender su memoria y su obra, frente a los despropósitos
de los revanchistas, cuyo odio demoníaco sólo sabe
inventar, borrar y cambiar a su antojo los verdaderos hechos
acontecidos antes del Alzamiento Nacional, en la
Cruzada de Liberación y en los años posteriores de
desarrollo y modernidad.
Estamos en unos días
aciagos en donde los servidores del diablo se han
envalentonado, pues se han dado cuenta de que el
aborregamiento está en su cúspide, la sociedad de consumo,
de egoísmo y de libertinaje es lo que impera y los valores
espirituales, morales, patrióticos y de Justicia Social se
arrinconan, como si no debieran existir.
Todas estas
personas que se sacrificaron y lo dieron todo por el bien de
la Patria, deben estar tristísimos viendo como los que se
supone tendrían que velar por todo lo que ellos lucharon y
consiguieron y conservarlo, son los primeros vendidos,
que miran hacia otro lado, son los primeros que se unen a
ese silencio de los tibios, que es en lo que se ha
convertido la mayoría del pueblo español.
Estoy segura que
desde los luceros nos iluminarán y ayudarán para ser
merecedores del legado que nos dieron con su sangre todos
los Caídos. Aunque seamos sólo unos pocos los que
defendamos la Verdad, tenemos que prepararnos para ser
“inasequibles al desaliento”. Se lo debemos a nuestros
antepasados, a las generaciones venideras, y sobre todo a
España, que es inmortal y está consagrada a Cristo,
quieran o no los tiranos decadentes que la quieren hacer
desaparecer.
|
|
Frente
a la revancha, justicia..., por Pituca.
|
|
Los
puentes hacia la libertad, por Almirante.
|
|
Franco,
escudo de demócratas, por Ricardo Pardo
Zancada.
|
|
18
de Julio de 2006, por Jakim Boar.
|
|
18
Julio, 70 años después, por Jaime Pérez.
|
|
El
Alzamiento en Málaga, por Eduardo.
|
|
Setenta
años después, por Rafael.
|
|
Gracias,
por J. Esteban.
|
|
La
necesidad y justificación de aquel día, por
Miquel Ángel.
|
|
Cruzada
espiritual de Occidente, por Pelayo.
|
|
Alzamiento
Nacional, por Quique.
|
|
El
eco de un pueblo, por Pedro.
|
|
El
18 de Julio y el cabezazo de Zidane, por
Antonio.
|
|
Caminos
a lomos de Gigantes, por Rafael. |
Especial
18 de Julio de 1936.
|
|