Setenta
años han pasado ya desde la rebelión en 1936 del pueblo
español contra el comunismo y socialismo revolucionario
internacional. Hoy conocemos que ha sido de los pueblos que
aceptaron y se doblegaron ante el poder rojo. Tenemos a
Rusia, Polonia, Checoslovaquia, y los países del este,
todos caídos en la desgracia y en la penuria del
hambre, de la explotación de su pueblo y del terror
dictatorial.
Pero España fue diferente a
todos estos países, nuestra nación se reveló al poder
soviético en una contrarrevolución, con la fortuna de
tener a un gran líder para dirigirla, al Generalísimo
Francisco Franco. Pero esta rebelión no fue la de Franco,
no. Fue la rebelión del pueblo que se negaba a sucumbir
ante el poder comunista, destructor de las tradiciones, de
la familia, de la religión, de la cultura y de la libertad.
Franco fue el líder de esta sublevación, pero nada tuvo
que ver con un golpe militar fascista.
Un golpe militar fascista es
aquel que por la fuerza y sin contar con el pueblo se aferra
al poder y expulsa al legalmente constituido. Pero la República
no estuvo legalmente constituida, ya que nunca hubo unas
elecciones para constituirla. Al Rey Alfonso XIII se le
expulsó de España amenazado de muerte y en contra de un
pueblo mayoritariamente monárquico como demostraron los
resultados de las elecciones municipales de 1931. Por tanto,
la República se impuso en contra de la voluntad mayoritaria
del pueblo dirigida bajo el terror de las turbas
delincuentes. No estaba legalmente constituida.
La República tampoco se
encontraba en ningún tipo de legalidad vigente, ya que las
leyes se pisoteaban y ninguna se cumplía. José Antonio
Primo de Rivera se encontraba detenido por el gobierno
ilegalmente y en contra de las ordenes judiciales que decían
que había sido una detención ilegal. El gobierno del
Frente Popular planeó el asesinato de José María Gil
Robles y de José Calvo Sotelo, ambos líderes de la derecha
española junto con Primo de Rivera. No olvidemos que Calvo
Sotelo fue asesinado en un furgón policial de la
supuestamente “legal” guardia de asalto. No está
legalmente constituido un poder que tiene el privilegio para
atentar contra la vida de sus opositores usando la policía
del estado. Por tanto, el Frente Popular tampoco estaba
legalmente constituido.
El alzamiento del 18 de Julio
tampoco fue un golpe militar fascista porque contó con el
apoyo de una gran parte mayoritaria del pueblo español que
se rebelaba a ser gobernada por la delincuencia. Jamás los
militares sublevados hubieran podido alcanzar una victoria
si no hubiese sido por el apoyo de la población, por las
decenas de miles de voluntarios que se alistaron y por la
ayuda constante de la población civil.
Y por último podemos
comprender lo ilegal que era el gobierno republicano con la
reacción que tuvo el 18 de Julio ante el alzamiento de las
tropas de África. La respuesta del gobierno republicano de
la extrema izquierda fue apoyar el asalto de iglesias y
asesinato de religiosos y personas desafectas al régimen.
Pero siendo esto sumamente grave, fue aún más el sacar de
la cárcel a todos los delincuentes comunes (violadores,
asesinos, psicópatas, etc) y repartirles armas para que el
terror se adueñase de las calles y la revolución
sangrienta comunista saliese victoriosa con la excusa del
golpe militar. Vemos así que el gobierno republicano no era
legal ni quería mantener ningún tipo de legalidad. Era
simplemente un poder a la espera de dar su definitivo golpe
revolucionario para entregar a España al comunismo soviético.
Tras la rebelión del pueblo
español del 18 de Julio llegaron cuarenta años de larga
paz bajo el gobierno del general Francisco Franco. Después
llegó la democracia, porque así lo quiso Franco, y con el
gobierno socialista de Felipe González llegó de nuevo el
hambre, el retraso, el paro y la corrupción a nuestro país.
Todo este fracaso socialista el pueblo lo volcó en las
urnas y ganaron las elecciones la derecha de José María
Aznar. España volvió a recuperar casi milagrosamente su
poder económico y alcanzó lo que años antes se había
conseguido en los años sesenta, unos altos beneficios
sociales y una tranquilidad económica para el pueblo.
Pero España a partir del 11
de Marzo de 2004 ha dado un vuelco total y radical. Un
atentado terrorista planeado para dar el poder a los
socialistas ha transformado a esa España de paz. Se han
practicado las primeras detenciones ilegales de la
democracia, y el poder socialista intenta hundir la
Constitución Española refrendada por todos los españoles.
Los asesinos terroristas han entrado en los planes de
gobierno y los socialistas aferrados al poder fomentan los
separatismos y crean estatutos inconstitucionales. España
ha entrado nuevamente en ese estado legalmente ilegal que la
Segunda República estableció en España. Y esa ilegalidad
ha venido de la mano de los socialistas y aquellos que
planearon el atentado masivo del 11M.
A todo esto unimos ese
revanchismo sectario y babeante que tiene el presidente del
gobierno, que demuestra sus ansias de confrontar a los españoles
y de crear nuevamente las dos ‘españas’. Sus medidas
son todas en ese sentido, desde el ataque continuado a las
instituciones católicas y a los pilares de la religión
hasta a la retirada trasnochada y psicopatológica de símbolos
de la etapa de Franco. El nieto del masón Capitán Lozano
quiere retirar calles, estatuas, cruces, símbolos, cadáveres,
y todo aquello que recuerde a Franco. Un odio enfermizo y
emborrachado de poder que sobrepasa cualquier tipo de
legalidad, al igual que el que tuvo Azaña en la Segunda República
contra la Iglesia Católica. Complejos y odios personales
que se transforman en leyes para todos.
Precisamente, hoy 18 de Julio
de 2006, Zapatero nos presenta un plan para la Recuperación
de la Memoria Histórica. Un plan para satisfacer sus odios
personales y aliviar su mente enferma y retorcida. Quiere
eliminar el último símbolo de reconciliación que queda en
España, el Valle de los Caídos, donde descansan en paz
eterna muertos de ambos bandos bajo la cruz de la muerte y
la salvación. Una única cruz para él es simbología
fascista y rencorosa, por eso, le da igual remover muertos
hasta de su propia ideología. Zapatero quiere borrar el último
recuerdo de la unión de esas dos españas, en la que se
casaron hijos de rojos con hijos de derechistas. Quiere
arruinar ese plan de paz y su último cohete es destruir el
Valle de los Caídos.
Los
españoles debemos ya frenar este abuso, Zapatero se está
instalando en el poder creyendo que España es suya y que
puede hacer lo que le de la gana con ella. Se está
convirtiendo en un dictador de tres al cuarto más propio de
encerrarle en un psiquiátrico que en la Moncloa. Tomando el
espíritu del 18 de Julio los españoles debemos sublevarnos
ya frente a este abuso de poder. Al igual que los
socialistas asaltaron las sedes del Partido Popular para
aferrarse al poder el 11 de Marzo, los españoles que nos
resistimos a que nos borren la memoria debemos asaltar ya a
la dictadura antiespañola.
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Frente
a la revancha, justicia..., por Pituca.
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Los
puentes hacia la libertad, por Almirante.
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Franco,
escudo de demócratas, por Ricardo Pardo
Zancada.
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18
de Julio de 2006, por Jakim Boar.
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18
Julio, 70 años después, por Jaime Pérez.
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El
Alzamiento en Málaga, por Eduardo.
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Setenta
años después, por Rafael.
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Gracias,
por J. Esteban.
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La
necesidad y justificación de aquel día, por
Miquel Ángel.
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Cruzada
espiritual de Occidente, por Pelayo.
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Alzamiento
Nacional, por Quique.
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El
eco de un pueblo, por Pedro.
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El
18 de Julio y el cabezazo de Zidane, por
Antonio.
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Caminos
a lomos de Gigantes, por Rafael. |
Especial
18 de Julio de 1936.
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