Un calor bochornoso, plúmbeo, aplana
los campos, pueblos y ciudades de España; aplana también
los ánimos de un pueblo que en su apatía vegetal sólo
late a la espera de la tregua de las vacaciones de verano.
La derecha duerme y la izquierda reivindica su falaz
“memoria histórica”
diseñada a su medida dentro de una magistral
estrategia de subversión. Algunos ciudadanos, de a pie o
motorizados, de vez en cuando se exaltan por cuestiones
triviales mientras casi todos tragan lo que haya que tragar
con tal de que su proyecto vegetativo no se vea perturbado
por inoportunas inquietudes.
Estamos otro año en las vísperas
del 18 de Julio.
Hace unos días contemplé en este
atascado ,y no obstante querido Madrid, una escena que
me atrevo a calificar de sainete circulatorio. Ocurre
que en la calle de Guzmán El Bueno, esquina a Antonio
Palomino , un automovilista “A” comete alguna torpeza
que, por lo visto y oído, causa grave molestia y vivo enojo
a otro conductor, “B”; tanto que este último con
grandes aspavientos insulta gravemente a “A”,
mentándole a su señora madre con ofensivo calificativo de
cuatro letras. Entonces “A”,muy gallardo y altanero,
sale del coche y le dice a “B”: “ ¡ Eso no me lo
vuelves a repetir! - “B”, saliendo a su vez del coche le
espeta: “¡Cómo que no, mira ....!” y aquí rehúso por
respeto a esta página a transcribir los insultos
proferidos: uno, el anterior epíteto corregido y aumentado
reiterado a la ausente señora, más un verbo escatológico
empleado en forma reflexiva dedicado a los difuntos del
insultado, quien, muy digno y sin pronunciar palabra, se
mete de nuevo en su coche y arranca echando chispas,
alejándose veloz del escenario y desahogando su supuesta
furia con el acelerador y el tubo de escape. ( “Caló
el chapeo, requirió la espada,/ miró al soslayo, fuese y
no hubo nada”).
Esta escena me produjo vergüenza
ajena, profundo bochorno y lamenté que hubiese sido
protagonizada por compatriotas míos. Ambos acababan de
hacer una exhibición de dos de los vicios más patentes de
la sociedad española de hoy: la zafiedad chulesca y la
cobardía. He pensado mucho en ello y lo he venido dando
vueltas en la cabeza.
En esto estábamos cuando llegó el
Campeonato Mundial de Fútbol y la soñada final: partido
Italia – Francia, televisado, como es sabido, “urbi et
orbi”. De sobra es conocida la escena que se produce al
final de la prórroga: un defensa italiano, Materazzi que ha
venido moliendo a patadas al astro francés, Zidane, que se
retira en este partido del fútbol, culmina su provocación
con insultos que sin duda fueron muy graves y Zidane, da
media vuelta, se le arranca y le propina tremendo cabezazo
en el pecho que lleva al suelo al fornido defensa italiano.
A la vista de esta escena me ha
venido a la memoria la del sainete circulatorio al que me he
referido al principio y me ha resultado inevitable comparar
la actitud del ciudadano “A”, con la del futbolista
Zidane; como de la comparación se sigue el juicio y de
éste finalmente la elección, juzgo que la actitud del
futbolista francés-dando por hecho que media insulto grave
del italiano, seguro- me parece, ante todo y por encima de
cualquier otra consideración, legítima y viril . Y por
ello, por viril sobre todo, ¡Ay! políticamente incorrecta
. Puestos a elegir, me quedo con la viril reacción del
futbolista que tuvo algo de épico y repudio la cobarde
huída del ofendido ciudadano “A”, eso sí,
correctísimo el hombre y de una tolerancia que corre
parejas con su “madurez” cívica: perfecto arquetipo de
ciudadano “light”.
Permítaseme concluir esta
exposición de hechos con una pregunta para sacar
conclusiones prácticas del modo en que el Divino Maestro,
con afán didáctico, solía terminar las parábolas del
Evangelio; esta es mi pregunta: “¿Cuál de los dos
representa al español medio de nuestros días, el ciudadano
“A” o Zidane el futbolista”?. La respuesta es que, por
desgracia, el español medio está más cerca del ciudadano
“A” que de Zidane el futbolista. Y digo esto porque nada
más terminar el partido los medios de comunicación
españoles, denostaron al francés, el ofendido: que aquí
la culpa es siempre del ofendido cuando, harto de aguantar,
una y mil veces, llega un día en que por fin se harta, le
sale la casta y se arranca al contumaz ofensor. No creo que
los medios de comunicación galos vayan a cebarse en la
reacción de su jugador estrella: es más, no me
extrañaría que lo nombraran Caballero de la Legión de
Honor.
Y voy más lejos, como luego se
verá: el español medio de nuestros días está más cerca
incluso del ciudadano “B” o del defensa italiano
Materazzi.
Saco a colación estos hechos
anecdóticos porque a menudo las anécdotas miden el pulso
de la sociedad y porque, en este caso, considero que
presentan un claro paralelismo con las actitudes del
ciudadano frente a la situación política de la España de
hoy.
Los contrasentidos, como el
ocultismo con que se ha llevado a cabo el proceso del 11-M
donde se observa , cada vez con mayor claridad, el interés
del Gobierno en exonerar a la ETA de toda sombra de sospecha
en este atentado con características de ataque bélico del
que han salido beneficiados todos los separatistas y el
propio Gobierno socialista ; los abusos, como el
claro intervensionismo del gobierno en el campo de la
Justicia; las imposiciones sectarias como la Ley de
Educación para la ciudadanía, lavado de cerebro que
erradicará de la mente y el corazón de nuestros niños lo
poco que les va quedando del espíritu nacional que les ha
sido transmitido, en la época actual, la mayor parte de las
veces por padres y abuelos ; la legislación contra
natura que permite y exalta las uniones de homosexuales
catalogándolas, de manera aberrante, como matrimonio,
escatimando por otra parte las subvenciones a la familia
(familia sustantivo, sin adjetivos como “tradicional”,
pues en este caso el sustantivo no necesita adjetivaciones
superfluas) ; los desmanes, como el desprecio farruco
a las víctimas del terrorismo; la traición a la Patria
que supone la cobarde y sucia rendición del gobierno de la
Nación ante el separatismo, tanto por estar asumiendo de
hecho la ideología básica de partidos como el PNV, así
como por legitimar la praxis de los ejecutores de tales
ideas, Batasuna y la ETA, pues los dos aspectos, ideología
y praxis no es que sean líneas paralelas, independientes
que no se tocan; en realidad son dos líneas que
parten del mismo origen, Sabino Arana, hacen como que se
separan, con frecuencia se entrelazan mediante conexiones y
al final se juntan porque convergen en un punto que no es
otro que la secesión– Pues bien, toda esta vileza es
compartida y apoyada en las urnas, mientras no se demuestre
lo contrario, por 12
millones de votantes representados por el ciudadano “B”
y lamentada, aunque en definitiva tolerada con mansedumbre
pastueña, por otros 11 millones que corresponden al
ciudadano”A”. Aquellos votaron e Zapatero en algunos
casos de buena fe; en no pocos por despecho hacia Aznar
propiciado por la insidiosa campaña dirigida por Rubalcaba
; en otros por engaño; en bastantes por sectarismo. Hoy,
todos estos votantes, si persisten en su apoyo al nefasto
Zapatero, serán cómplices de la desmembración de España,
como cómplices son también todos aquellos pancistas que
“ pasan de política “ y
dicen: “ que les pongan un muro y les den ya la
independencia para que de una vez nos dejen
tranquilos”.Esta especie separadora es tan letal como la
separatista. No saben estos Sanchos lo que nos esperaría a
todos, a ellos también por supuesto, en el caso de que tal
posibilidad llegase a cobrar realidad. Y vamos camino de
ello.
Hoy nos encontramos por estas
razones, con un nuevo y reiterado fracaso del sistema de
partidos políticos, el enésimo desde las Cortes de Cádiz,
y con el fiasco que ha resultados ser el llamado Estado de
las Autonomías, pues éste ha supuesto el caldo de cultivo
ideal para el crecimiento de los separatismos. Todo ello,
azuzado por el revanchismo sectario que ha traído Zapatero,
nos ha conducido ya a una
situación tanto o más grave que la que suscitó el
Alzamiento Nacional del 18 de Julio de 1936 .
Sin ánimo de ser exhaustivo, entonces tras un largo
período de quema de conventos, atentados, huelgas,
pronunciamientos separatistas, desgobierno en suma, el
desencadenante final resulta ser el asesinato del Jefe de la
Oposición, José Calvo Sotelo ordenado por el Gobierno.
Ahora, y en estos días se cumple el noveno aniversario del
asesinato de Miguel
Ángel Blanco, nos damos cuenta de que se repite la historia
porque quien asesina a este joven político, la ETA se ha
convertido en socio del Partido Socialista por iniciativa de
Zapatero.
Por culpa de este mal gobernante,
generador de odios y de rencores, nos encontramos otra vez
con las dos Españas enfrentadas con tal fuerza como no lo
habían vuelto a estar desde la Guerra.
En 1936 había un pueblo con casta
que se adhirió al levantamiento de unos militares
entrenados que dieron prioridad al Honor sobre la disciplina
cuando se dieron cuenta de que por encima de una obediencia
al Gobierno estaba el deber de salvar a la Patria.
¿De quién podemos esperar hoy un
“Cabezazo de Zidane” frente a los atentados permanentes
a la unidad de la Patria que, si en sentido metafísico,
espiritual, es la unidad de destino en lo universal, en
sentido físico, próximo, somos los ciudadanos con nuestros
intereses materiales, amenazados ya con la incidencia que el
Nuevo Estatuto de Cataluña va e tener para el conjunto de
la economía nacional ( ¡ Enteraos, “pancistas”! ) y
por las pretensiones secesionistas
de los separatistas vascos que aspiran además a
anexionarse Navarra ?. Navarros, ¿ lo vais a consentir como
consentís que en el estadio del Osasuna sólo se vea ondear
la ikurriña? Por cierto quisiera ver a los mozos
pamplonicas corriendo detrás de etarras y peneuvistas mejor
que delante de los toros.
¿De quién podemos esperar la
reacción?
No de los partidos políticos, que ya estamos viendo
todo lo que dan de sí: el PSOE, a pesar de algunas voces
discordantes en momentos no vinculantes, enmudecidas a la
hora de la verdad ,
se ha convertido en un agente colaborador de la ETA,
después de haber puesto en bandeja al separatismo catalán
la independencia.
No de una oposición tibia, el PP,
donde su líder, Mariano Rajoy se limita a dar todos los
días, pacientemente, con exquisita educación, un parte de
todos los agravios que se infligen a la Patria. Un PP, en
que una de sus más bravas hembras, María San Gil, quiere
ahora hacer guiños, no sabemos bien a quién ni por qué,
al comparar hace
pocos días la foto de dos miserables como Pachi López y el
tal Otegui, con la de Franco y Hitler en Hendaya en 1941.
Respetada señora, como usted no ignora, Franco tuvo la
gallardía de enfrentarse en aquella ocasión
al hombre que tenía sometida y humillada a sus pies
a más de media Europa, librando a España de entrar en una
nueva guerra, haciendo así prevalecer el interés de
nuestra nación. Nada tiene que ver aquella foto con la de
marras, porque Franco defendió el interés de España ante
el Führer con una tenacidad tal, que éste vino a decir
que” prefería que le sacasen una muela antes
que volver a discutir con ese hombre( Por Franco)”. No
parece que Pachi López haya exhibido ante Otegui semejante
tenacidad en la defensa de España, como bien apostillaba
César Vidal en su luminosa “Linterna “ hace pocos
días. Por lo tanto, le repito: no compare, señora.
Nada podemos esperar de una justicia
politizada, intervenida por el Gobierno en gran parte de sus
puestos clave, y por ello carente de la independencia de que
debe gozar esta institución en un estado de derecho.
Nada podemos esperar de un Ejército,
desvinculado del pueblo con la supresión del servicio
militar obligatorio, por obra y desgracia del señor Aznar,
gran admirador de Azaña que destrozó al ejército en la
República; nada de un Ejército al que el valor se le
supone pero que está amordazado, porque en cuanto alguno de
sus jefes u oficiales levanta la voz, simplemente para
recordar los deberes que la Constitución impone a la
institución castrense , es arrestado y puesto fuera de
circulación con el más despótico estilo
del peor de los Gulag que caracteriza al ejecutivo de
Zapatero.
Nada podemos esperar de esta
institución monárquica a la que se atribuye una vaga
función de arbitraje, que da la impresión de tener miedo a
ejercerla ante situaciones en las que ya no cabe el
silencio, mientras el pueblo espera en vano un arbitraje
real con amonestación enérgica a quienes pisotean las
reglas del juego. Majestad,¡ Que se os está yendo el
partido de las manos ! ; institución que, por otra parte ,incurre en llamativa
contradicción en sus actuaciones, porque el Rey que,
intervino enérgicamente para frenar el llamado golpe del
23- F, aunque ahora lo soslaye el frente rojo-separatista,
permanece en cambio impasible, inoperante, ante el avance
imparable de la desmembración de España, y encima no se le
ocurre otra cosa que animar a los enemigos de España con
aquellas palabras ambiguas, de “hablando se entiende la
gente”, dirigidas al separatista catalán a quien tenía
que haber puesto firme con energía. Aquí la energía sólo
se utiliza para poner
firmes a los únicos que se sabe que van a obedecer, los
militares, por ese sentido, por esa virtud tan arraigada en
ellos como es la disciplina.
Pero cuidado, señores, la disciplina
es un medio pero no un fin en sí mismo y puede darse el
caso, y de hecho se ha dado en la Historia en ocasiones como
el 18 de Julio de 1936, en que por encima de la disciplina
están el honor y la salvación de la Patria, no vaya a ser
que por creer que todo es disciplina nos quedemos sin Patria
a la que servir. ¿Creen los mandos militares que este
Gobierno socialista antiespañol ordenaría al Ejército, “llegado
el momento” , llevar a cabo el cumplimiento del
artículo 8.1 de la Constitución, al que está obligado
para “[....] defender
su integridad
territorial( de España ) y el ordenamiento constitucional.”
¿Y no creen que ese momento ya ha llegado, y se ha
sobrepasado con creces, cuando se ha llevado a cabo en
Cataluña un referéndum anticonstitucional convocado por el gobierno
regional sin que nadie haya movido un dedo y cuando en
Vascongadas los dirigentes de un partido ilegal, Batasuna,
que es la ETA, se permite hablar sin rodeos de
autodeterminación?
A este respecto, recuerdo que estaba
yo en Italia a mediados de los noventa cuando una tarde de
mayo, Humberto Bossi, dirigente de la Liga Norte, amagó,
sólo amagó, sin la contundencia con que aquí
se expresan nuestros separatistas, con crear un país
independiente, la Padania desgajando de Italia un conjunto
de provincias del norte. Pues bien, le faltó tiempo al
entonces Presidente de la República, Jefe del Estado de
Italia para poner firme al separatista lombardo advirtiéndole que
si persistía en sus pretensiones se encontraría
inmediatamente frente al Ejército italiano. Allí se
acabaron las amenazas de Bossi. Por su parte el Papa, Juan
Pablo II, inmediatamente condenó de forma expresa y sin
ambigüedades al separatismo aduciendo que “la unidad de
Italia es sagrada “ y exhortó al separatista a deponer su
actitud. Contrasta esta actitud con la beligerancia mostrada
por Setién a favor del separatismo y de los terroristas y
con la tibieza con que ahora se manifiesta el otrora, en
palabras de Arzállus, “un tal Blázquez”.Gracias a
Dios, actitudes de condena explícita al separatismo y al
terrorismo, como las de Rouco Varela y Cañizares vienen a
confortarnos.
Cuando el panorama de las
Instituciones es éste, la reacción sólo puede esperarse
del ímpetu y la bravura de ese puñado de patriotas de
Falange que son los únicos capaces de dejar por unas horas
trabajo y familia para ir a plantar cara en la puerta de la
Audiencia a los enemigos de España. Ojalá el pueblo en
masa, en vez de llamarles exaltados y extremistas de
derecha, se galvanice y, secundando su ejemplo, después de
molestarse en conocer su ideario, abandone su poltrona ,se
decida, salte y
gane la calle a la izquierda.
Sólo de estos Patriotas , capaces de reaccionar ante el insulto que
supone la ruptura de la Patria y el permanente escarnio que
el gobierno hace de nuestros valores, sólo de éstos,
podemos esperar “el cabezazo de Zidane “ moviendo al
pueblo en las vísperas del 18 de Julio a exigir la
dimisión de Zapatero.
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Frente
a la revancha, justicia..., por Pituca.
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Los
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de Julio de 2006, por Jakim Boar.
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Cruzada
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El
18 de Julio y el cabezazo de Zidane, por
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Caminos
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18 de Julio de 1936.
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