Con tristeza conmemoramos un nuevo aniversario del vil asesinato de
José Antonio, fusilado en la cárcel de Alicante, tras un
juicio que fue cualquier cosa menos el ejercicio de la noble virtud
de la Justicia y del fallecimiento de Francisco Franco, nuestro
Caudillo en la Guerra y en la Paz.
En este último año, mucho ha cambiado para peor, la situación
en España.
Vemos con asombro no exento de indignación la actuación prevaricadora
de un tal Baltasar Garzón, mal Juez y peor persona, que ejerce
su potestad jurisdiccional de forma abusiva y torticera. Porque
pretender a estas alturas de la Historia, sentar en el banquillo a
nuestro Caudillo y a los restantes altos mandos políticos y militares
que con su actuación en 1936, hicieron posible que España fuera
Una, Grande y Libre, es más propio de un sectario revanchista que
de un Juez independiente y cabal. Y como colofón, este siniestro
personajillo, se nos descuelga con el argumento de que como Franco
ha muerto, está extinguida su responsabilidad penal. Cuando lo
cierto es que en España los Jefes del Estado gozan del privilegio
de inmunidad.
En base al engendro legal de la Memoria Histórica”,
que no es tal, sino un nuevo intento de reescribir la Historia
basada en los sentimientos negativos de rencor y revanchismo por
parte de los herederos políticos del Frente Popular, causante de la
mayor persecución política y religiosa, producidas en la
primera mitad del siglo XX en España, se quiere suprimir todo
vestigio y recuerdo no sólo del Régimen de Franco, sino de todos
aquellos que lo hicieron posible con su apoyo directo o indirecto.
En definitiva, ya que no pueden cambiar la Historia, pretenden eliminar
todos aquellos monumentos, calles y símbolos que recuerden que
durante casi cuarenta años, Franco gobernó en nuestra
Patria, con una eficacia y una honradez que para sí quisieran los
actuales gobernantes. Por ello, el sectarismo antidemocrático de la
izquierda gobernante al alimón con una derecha acomplejada,
timorata y cobarde, quieren impedir cualquier tipo de acto o
celebración en recuerdo de José Antonio y Francisco Franco,
especialmente en el Valle de los Caídos.
Y lo que es aún más grave. Se está sembrando de nuevo el odio y el
enfrentamiento entre españoles, que a nada bueno pueden conducir.
Uno de los grandes logros del Caudillo fue sentar las bases para que
no volviese a producirse una cruenta y cruel Guerra entre españoles
como la sufrida en el periodo 1936-39. Lo consiguió, pero un
insensato Presidente , al alimón con los "pesebreros"
de turno, que aplauden hasta con las orejas, se ha empeñado en lo
contrario. No podemos consentir tanta ignominia. Hay que hacer
todo lo humanamente posible para despertar a muchos españoles de
este estado de "letargo" en que se encuentran. Ardua es la
tarea, pero es nuestro deber y responsabilidad.
Y para ello elevemos nuestras oraciones a la Santísima Virgen, para
que por su intercesión, España se vea libre de sus
enemigos, esos mismos que Franco derrotó y que ahora vuelven al
ataque con más odio y revanchismo que entonces.
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