Los españoles
tendemos por naturaleza a ser olvidadizos con nuestros políticos y
sus fechorías, en la actualidad estamos obcecados con el indigente
intelectual que nos desGobierna, del cual se ha dicho de todo, que
es masón, que antes de su presidencia llevaba a sus niñas a un
colegio religioso y ahora por ser el mayor ateo; las lleva a otro
centro, que la navidad sólo la celebra poniendo motivos navideños;
sin poner el Belén o símbolos religiosos, se ha enfrentado a la
Iglesia en todas sus leyes para minorías, se ha denominado
“rojo”, etc....
Pero no nos
acordamos de las fechorías que realizó el Sr. Felipe González
durante sus pésimos años de desGobierno.
El Sr. González
acabó con la fiesta del Corpus Christi; la cual se celebraba
en jueves, primero prohibiendo a los militares formar parte de
dichas procesiones, las cuales eran secundadas por millones de españoles,
y luego quitándolo del calendario como día festivo. Momento en el
que la Iglesia la tuvo que trasladar al domingo más próximo.
El Sr. González
acabó con la fiesta del Jueves Santo; convirtiéndola en día
laboral, en algunas autonomías es fiesta por el tema procesional y
de Semana Santa.
El Sr. González
acabó con el día del Patrón de España, Santiago Apóstol,
el 25 de agosto, convirtiéndose en una simple fiesta cambiante, según
el año y para determinadas autonomías todavía permanece como
fiesta.
El Sr. González
acabó con la fiesta del padre, el día de San José, el 19
de marzo, reduciéndose a otra fiesta cambiante, según el año.
Estas son algunas de
las tropelías que el Sr. González realizó impunemente contra la
cultura cristiana en España, pero gracias a la reacción popular no
pudo realizar otras tantas, como por ejemplo cambiar la Fiesta
Nacional del 12 de octubre, al día 6 de diciembre ¿Por qué no
pudo? Porque el 12 de octubre
nació para festejar a la Virgen del Pilar, primera patrona de la
hispanidad.
También intento acabar con el día 6 de enero, día de los Reyes
Magos, pero aquí se le echaron encima las grandes
multinacionales del juguete y como alma que lleva el diablo se echó
para atrás.
Y por último, intento quitar la fiesta del 8 de diciembre, la Inmaculada
Concepción de María, argumentando: “por su proximidad a la
fiesta de la Constitución”. De este modo quitando ésta fiesta,
el carácter religioso del pueblo Español quedaría tocado para
hundirse poco a poco. Pero el pueblo Español reaccionó del modo
menos previsto por este sectario Presidente del Gobierno y miles de
personas se echaron a la calle para recoger firmas por todas las
tierras de España, demostrando su devoción a la Madre de Dios,
cuya celebración en España ya se realizaba 500 años antes de que
este dogma se proclamara por el Papa Pío IX en el año 1.854.
Fruto de esta recogida de firmas -más de cinco millones-, el Sr. González,
como cuando el diablo ve la cruz de Cristo en su camino, por miedo a
perder miles de votos, se echó a tras en sus intenciones, y dejó
dicha fiesta como está. Ésta es la batalla que perdió el Sr. González
en sus años de política anti-cristiana y atea.
La Inmaculada Concepción es el dogma español por antonomasia, dónde el
pueblo español ha demostrado a su Madre el amor que la tiene, hasta
el punto de decir el Papa Juan Pablo II: “España tierra de María”.
Este amor recio y apasionado no lo consiguió borrar el Sr. Felipe
González, y no lo conseguirá borrar nadie.
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