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Actualizada: 30 de Mayo de 2.006.  

 
 
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  Opinión

Patria.

Jesús Iberia.

Continuando con mi propósito expositivo de desentrañar y profundizar en los conceptos teóricos básicos que sintetizan nuestros Ideales, en esta ocasión intentaré transmitir lo mejor posible qué entendemos por PATRIA; por una parte, en su espíritu Metafísico, y de otra, en su expresión tangible y sensible concretándose en nuestra España.

A) Concepto de Patria en su sentido Metafísico:

> La Patria es, sobre todo, un Valor Espiritual. No es que tenga una naturaleza revelada y redentora, que le daría en consecuencia un cariz pseudoreligioso - que al fin y al cabo no sería sino una forma de paganismo - , pero sí es un Concepto de Derecho Natural que, a diferencia de expresiones materiales, concretas y pasajeras como puede ser la administrativa “Estado” o la geográfica “País”, hunde sus raíces más profundas en una razón de ser evidentemente trascendental y permanente que no puede ser cambiada ni transformada en modo alguno: Patria, vocablo proveniente del latín “Pater, patris”, es la Tierra de nuestros padres, de nuestros ancestros, ante la cual sentimos una implícita, espontánea y natural inclinación de pertenencia, ya que aquellos la edificaron en el cumplimiento de un quehacer cotidiano y que en un momento dado nosotros heredaremos para continuarlo. 

> En segundo lugar, la consciencia existencial de la Patria es una Realidad Histórica, asumida y reconocida en el acervo cultural de antiguas civilizaciones que han conformado el “genio” de lo que hoy entendemos como “lo Occidental”, y mencionada consecuentemente tanto en escritos sagrados como puede ser la Santa Biblia:

- “El Señor dijo a Abrahám: `Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré´”. (Génesis 12, 1)

- “Al morir Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: `Levántate, toma al niño y a su madre, y vuelve a la tierra de tus padres´”. (Evangelio de S. Mateo 2, 19-20)

- “Id y predicad el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones” (Evangelio de S. Lucas 24, 47)

- “Después de esto vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación y condición…” (Apocalipsis de S. Juan 7, 9)

Como en escritos y textos clásicos de raíz grecolatina:  

- “Dulce et decorum est pro Patria mori”  (“Es dulce y decoroso morir por la Patria”) HORACIO, Odas, III, 2, 13

> En tercer lugar, el Amor a la Patria es un Mandamiento de la Ley de Dios, que está recogido dentro del Cuarto mandato del Decálogo, que al establecer “Honrarás a tu Padre y a tu Madre” viene a encerrar una enseñanza y una obligación que no sólo se limita a nuestros padres naturales y biológicos, sino también una sujeción y un deber para con nuestra familia comunitaria, que es la Patria.

> Y en cuarto lugar, el Amor a la Patria forma parte del Magisterio Tradicional de la Santa Madre Iglesia Católica, expresada tanto en escritos piadosos y teológicos como las “CONFESIONES” de San Agustín, Padre y Doctor del que ya hablamos en nuestro primer artículo, quién dejó escrito:  

Ama a tu prójimo; más que a tu prójimo, a tus padres; más que a tus padres, a tu Patria; y solamente más que a tu Patria, ama a Dios”.

Como en las enseñanzas plasmadas, a modo explicativo de nuestra Fe, en el Catecismo, en donde se afirma en su punto 2239.2: “El amor y el servicio a la Patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad

Como también en pequeños manuales sencillos dirigidos a los más pequeños que inician su catequesis, semejantes a aquél Librito de Oraciones y Resumen de Vida Cristiana que conservo como un tesoro desde que hice mi Primera Comunión, y que en el apartado “Deberes del Cristiano”, venía a proclamar categóricamente: 

` Deberes para con la Patria: “Amarla, defenderla, cumplir sus leyes legítimas y contribuir al bien común”. ´

Ahora bien, quisiera concretar un aspecto importante referido a lo que venimos afirmando del Amor Patrio.

Este Amor, puede tener dos manifestaciones o vertientes diferentes: afectiva y efectiva.

Aunque cada una de ellas, bien complementadas a un tiempo, pueden ser perfectamente legítimas, es sin embargo mucho más profunda, sincera y auténtica la segunda manifestación que la primera.

El Amor afectivo es un sentimiento emocional y sensual, primario e instantáneo, y por su propia naturaleza efímero y pasajero. Es aquél que puede mostrarnos al hombre que, en actitud heroica, entrega su vida en un momento de emotividad sublime, pretendiendo entroncar así con aquellas glorias del Pasado que toma como ejemplo para justificar su actitud.

Por el contrario, el Amor efectivo, que no excluye la poesía y la emoción, descansa en la inteligencia, en la libre y  consciente voluntad de adhesión personal, convirtiéndose así en una categoría permanente de Razón, que no falla aunque la sensibilidad no le acompañe, sino que, antes al contrario, pone de relieve una conducta irreprochable y coherente al servicio del bien común en el monótono transcurrir de todos los días, en un ambiente incluso muchas veces hostil y persecutorio.

A diferencia del afectivo, este es un Amor crítico, pero no crítico con espíritu demoledor y destructivo, sino más bien constructivo y entregado, que explora sus posibilidades de compromiso transformador ante una realidad circundante que no gusta y duele, y que pretende cambiar enderezando su rumbo.

Este es el Amor que, en definitiva, se merece para su desarrollo un escenario concreto, escenario en el que nos movemos y ante el cual debe proyectarse. Ese escenario es ESPAÑA, NUESTRA PATRIA.

Es aquí donde abordamos el 

B) Concepto de Patria como expresión tangible y sensible

Como ya he dicho, la expresión real, concreta y política que por los designios y Voluntad de la Divina Providencia nos corresponde en nuestro caso respecto al concepto de Patria, es la de haber nacido y formar parte de una Patria llamada ESPAÑA, con todo lo que ello conlleva. Ser españoles como un timbre de honor y de gloria que, como afirmara José Antonio, “Es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el Mundo”.

Por lo tanto, nuestra visión o nuestro posicionamiento ante la Patria española no puede ser otro que el de la Unidad. Una Unidad que posee dos manos con las que actuar en la realidad: la Formal y la Material.

- Unidad Formal de España.

Esta unidad formal, es decir, la que ha dado figura y molde a lo que hoy conocemos como ESPAÑA, y que debemos tener siembre presente como enseñanza, estímulo y rumbo, se asienta sobre tres premisas fundamentales en el orden temporal:

1ª- La Tradición histórica: la cual viene a confirmar que por sus características geográficas particulares, la península Ibérica siempre ha constituido un todo territorial fácilmente reconocible; que la primera realidad de unidad administrativa de la Península fue el convertirse en la provincia romana de HISPANIA, en la cual, independientemente de las razas, costumbres o tradiciones ancestrales y respetables anteriores a la romanización, se asentó una sola lengua, una sola ciudadanía y un solo Derecho; que esa unidad administrativa se convertiría en unidad política independiente con la constitución del Reino Visigodo de Toledo; que esa unidad política vendría a ser confirmada y fortalecida con la unidad religiosa, como factor de cohesión social, tras la conversión del rey Recaredo al Catolicismo en el III Concilio toledano del año 589; y que esa unidad religiosa trascendería a una unidad espiritual con el ímpetu y en temple de la Reconquista, a través de la cual los llamados “Reges Hispaniae”, con todo su pueblo detrás, tendrían como meta y obligación moral - a lo largo de 8 siglos - recuperar a un tiempo y para siempre el Reino perdido a manos del Islam, y que sólo se vería culminado con la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1.492 y la incorporación final de Navarra a la Corona en 1.512.

2ª- La Convivencia Social: que tiene sus propios fines que cumplir en el Presente que nos ha tocado vivir; defendiéndola de sus enemigos externos e internos; castigando al mal y protegiendo al débil; corrigiendo los fallos estructurales que puedan surgir como inherentes a toda obra humana; dando a cada uno lo que en Justicia le corresponde en función de su capacidad y mérito; y procurando un nivel de vida digno y aceptable conforme a derechos y obligaciones imprescriptibles. 

3ª- El Destino común: Enfocado hacia el Futuro, trabajando por un legado que dejar a las futuras generaciones que nos sucedan; entregándoles una Patria mejor de la que recibimos; como el resultado de una gran tarea común y colectiva que realizar, con una Misión concreta que cumplir no sólo para sus propios y legítimos fines nacionales, sino también respecto a la Historia y en el concierto de la Civilización.

Como afirmara el gran filósofo José Ortega y Gasset en Junio de 1.912: “Por la mañana, cuando nos levantemos, repasemos brevemente la serie de ocupaciones más elevadas en que vamos a emplear el día. Para mí, eso es Patria.”

- Unidad Material de España.

Esta unidad se concibe como herramienta, como terapia, como acción, como programa, en base a la política de los HECHOS, y a través de la cual, actuando correctamente, se podrá garantizar satisfactoriamente la Unidad Formal de España explicada anteriormente; y que también se asienta sobre tres premisas fundamentales en el orden temporal:

1ª- La Cohesión Territorial: a través de la cual ninguna región podrá obtener, por favoritismos de ningún tipo, más competencias administrativas o más ventajas económicas que otra; que la promoción de las identidades regionales no se utilizarán como arma arrojadiza contra el Proyecto común de la Patria, sino que servirán para exaltar la diversidad y riqueza cultural de las diferentes provincias como un tesoro que sea la base de la fortaleza de la Unidad; que de efectuarse una descentralización tendrá como fin primordial acercar los poderes y gestiones públicas al ciudadano y no aumentar la insolidaridad y el gasto desmedido.

2ª - La Armonía Política: que las legítimas opciones y programas políticos tendrán como objetivo central el servicio a España y a los españoles; que nunca se podrán confundir o fusionar los intereses privados con los intereses públicos; que se tendrán que promocionar otros cauces sociales de participación ciudadana al margen de los partidos; que los métodos de elección serán objetivamente libres, directos y representativos; que el interés político particular tendrá que ser sometido siempre al interés general; que las actuaciones públicas de los llamados a ejercer responsabilidades tendrán que rendir cuentas de lo realizado al finalizar su mandato; que las diferencias ideológicas nunca se usarán como arma arrojadiza para azuzar a unos españoles contra otros.   

3ª – El Bienestar Social: en el cual, defendiendo la propiedad y la iniciativa privadas, el Estado cumpla una función correctora y subsidiraria allá donde la iniciativa personal no pueda llegar por sí misma o se vea con dificultades para cumplir sus metas; que toda la riqueza generada cumpla una función de servicio y superación satisfactoria de las desigualdades adquisitivas de los ciudadanos más desfavorecidos respecto a los menos; que se dignifique el Trabajo no como una competición insolidaria de simple promoción personal, sino como un honor y una estímulo para aportar a los demás los propios talentos y capacidades; que se otorgue un salario justo en conformidad con el esfuerzo invertido la tarea realizada; que sé de prioridad en los puestos de trabajo a los españoles antes que a los extranjeros, en unas condiciones laborales dignas.

Todo esto, es Patria. Es la Patria. La Patria no es simplemente la bandera o el himno, la emoción o lo simbólico. La Patria es saberse parte de ella, en el sacrificio y en el compromiso, y siendo leal a sus raíces, proyectarla hacia el mañana con el mejor espíritu de servicio.

La verdadera Patria, la auténtica España, es, en definitiva, tener la capacidad dentro de uno mismo - y saber usarla en consecuencia y correctamente - para cambiar el presente, y construir un futuro con lo bueno del pasado. Porque quién profesa amar a la Patria, sólo demuestra dicho amor mediante el sacrificio y el riesgo que por ella está dispuesto asumir.

VIVA POR SIEMPRE ESPAÑA


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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