Las
fosas de Valencia.
José Gabriel.
Hartos de encontrar huesos de
cabra, la gentuza revisionista ha dirigido sus "tiros"
hacia un objetivo más seguro: los cementerios. Tendría su mérito
no encontrar restos humanos en tan localizado lugar. En Valencia, en
medio de un despropósito proporcional al que vivimos en lo que
queda de España, nos hemos encontrado sin comerlo ni beberlo con un
nuevo dislate. Lo han protagonizado estos sujetos de la supuesta
memoria histórica, que carecen de juicio, vergüenza y el más mínimo
sentido de la realidad histórica.
El problema se ve incrementado
por la actitud de nuestra Alcaldesa, esta mujer tan poco femenina
que sufrimos en la capital del
Turia. Unas obras en el cementerio, han puesto al descubierto unos
restos humanos; restos de los que no se saben con certeza su filiación
política ni las causas de su muerte, ya que son de una fosa común.
Pero la asexuada mandataria, ha aparecido con la vena hinchada,
henchida de preocupación ante el desaguisado que ella misma ha
provocado. No resulta muy agradable para la vista la aparición de
huesos, calaveras y demás restos óseos desperdigados sin ningún
respeto por las canteras.
|
|
Los estúpidos rojillos,
llevaba días tratando de apropiarse de los difuntos; mientras
nuestra viril alcaldesa, aceleraba las obras y trasladaba con
nocturnidad los restos mortales a una cantera de Sagunto, perdón
Sagunt, no sea que me riñan las autoridades del Partido Popular.
Entre los restos aparecidos se
han encontrado crucifijos, lo que hace que dude un poco más de la
filiación política de los aparecidos involuntarios. Conviene
recordar que con las que
hemos tenido en esta Patria nuestra, no puede estar claro de
entrada, si los restos encontrados lo son
de las Guerras de Sucesión,
Independencia o Carlistas.
Nos encontramos por todo ante
un doble disparate: Por un lado la canalla roja que trata de
apropiarse sin ningún respeto, de todo resto humano aparecido; por
otro, la chulería habitual unida a la falta de sensibilidad, también
habitual, que demuestra la derecha cacique y pesetera que tan bien
representa la susodicha y peculiar Alcaldesa.
La barbarie roja ha elegido
para esta nueva muestra de odio a Valencia, tierra en la que la República
prohibió la Misa, la Navidad y la Semana Santa; tierra en la que
los sacerdotes se tuvieron que esconder durante años para no sufrir
las iras de los "defensores de la libertad”; tierra en las
que las monjas fueron violadas, torturadas y asesinadas, víctimas
de atrocidades que el estilo literario prohíbe describir; tierra en
la que la mismísima Patrona, La Virgen de los Desamparados, sufrió
la ira Deicida de los hijos de Satanás. En esta tierra española,
que lo sigue siendo a pesar de la política nacionalista del PP, la
hez marxista ha clavado sus dentelladas.
La advenediza alcaldesa mira
ahora para otro lado y pretende investigar lo que ella misma ha
propiciado.
Los muertos se merecen un
descanso y respeto, aunque sólo sea porque están eso: muertos. Conviene por ello no recordar en algunos casos
por qué murieron, no sea que pierdan el descanso y el respeto.
Pero la izquierda, que por
suerte para ella no tiene memoria, parece haber lanzado un órdago a
la historia. Para ello moviliza todos sus medios, incluso, vuelve a
encontrar viejos aliados como la ETA
para que la acompañen en su suicida intentona. Mientras el
perjuro, participa en
tan descabellado despropósito y guarda silencio mientras las calles
de España se llenan de banderas republicanas; incluso, participa en
orgías separatistas como la soportada celebración del título
europeo del Barcelona.
Por desgracia para España
ellos siguen avanzando y nosotros tanteando.
INICIO
|