Paco!, te juro que la lucha que tenemos los
españoles con las nefandas pandillas de politicastros que nos
desgobiernan, a cuya cabeza tenemos al ZP, es superior a lo que tuvo
que luchar el Cabo Suceso Terreros López en el blocao Dar Hamed
–llamado el Malo- en la falda del monte Gurugú, Marruecos. ¡Pon
atención!:
Excelentísimo Señor:
Durante mucho tiempo he pensado enviarle un escrito
de protesta por lo que está sucediendo en España desde que llegó
usted al poder. Y como todo tiene un límite, y en vista de que el
día 29 de este mes cumplo 75 años –cumpleaños de platino-, he
decidido celebrarlo desembuchando lo que tengo que decirle, antes
de reventar.
Soy un contribuyente de los que pagan impuestos para
que todos los políticos –usted es uno de ellos- zampen a dos
carrillos, se construyan piscinas con nuestro dinero para
disfrutarlas en compañía de los familiares más queridos y atesoren
pasta en cantidad para vivir como Dios, tras haber dejado a la
nación hecha unos zorros. Al borde de un conflicto como el que usted
está provocando
Por ello, aun respetando el cargo de Presidente del
Gobierno, me voy a referir a sus demenciales y desastrosas gestiones
políticas, así como a los abusos y a la colosal mentira en la que
vive su gobierno; gobierno que está llevando al país, además de a la
risión mundial –somos el hazme reír-, a la situación del año 1934
cuando sus antiguos colegas se rebelaron contra la república
forzando el levantamiento militar.
Que fue cuando su abuelo -Capitán Lozano,
revolucionario marxista que no creía ni creyó nunca en la República-
escribió una carta ofreciéndose al director del diario "El
socialista", para escribir artículos de temática militar y hacer
proselitismo en los cuarteles a través del susodicho panfleto
revolucionario, con el objeto de ganar adeptos en los estamentos
militares a favor de la Revolución.
Por lo que fue ajusticiado, no asesinado como
pregona usted. Según consta en un archivo, a tenor de lo publicado.
Expediente que desaparecerá, si no ha desaparecido ya, en cuanto le
eche el guante el ministro de defensa. Ese que prefiere que lo maten
antes que matar. ¡Vaya ministro de defensa que nos ha traído,
señor! Menudo regalo. Es de Gila.
Aunque para ser justos no es menos cierto que
algunas de sus manifestaciones dejan a las del ministro de defensa a
la altura del betún. En Nueva York, vino usted a decir –según hemos
leído- que al Sr. Bush le gusta que sea el ejército el que defienda
a los ciudadanos.
¡Será posible! ¿Para qué está entonces el ejército?
¿Cómo se defiende a los ciudadanos? ¿Recurriendo a la Alianza de
Civilizaciones; estupidez supina por imposible e ideada no por
usted, sino por un personaje afgano? Ni Abundio diría algo así.
También nos iluminó con el despropósito de que
“nuestro ejército está en Afganistán en son de paz con el fin de
traer la libertad y la democracia”. Vayamos por partes, Señor.
Primero. Cuando se va a un sitio en son de paz no se
llevan armas. Cualquier ciudadano que viaje a un país extranjero no
va armado hasta los dientes, porque no están esperando que llegue
para cepillárselo. Ahora, si nuestros soldados son atacados por los
afganos que no quieren intrusos, tendrán que defenderse utilizando
las armas que llevan; es decir, matando. So pena de que todos se
dejaran matar como lo haría el ministro de defensa que le acompaña,
D. José Bono. Ese mártir; ese santo; ese tocinito de cielo.
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Por tanto hay que dejarse de macanas, paparruchadas,
camelos, patrañas, enredos, embustes y hablarle a los ciudadanos con
la verdad, diciendo: estamos en Afganistán para imponer la paz por
las armas. Si pace frui volumus, bellum gerendum est. (Si
queremos gozar de la paz, debemos hacer la guerra). Si bellum
omittimus, pace numquan fruemur. (Si deponemos las armas, nunca
gozaremos de paz) ¿No le enseñaron estas máximas cuando estudió
Derecho? ¡Vaya tela Mikaela!
Segundo. ¿Qué libertad necesitan los afganos? ¿La
que han traído los políticos a España? ¿La que sólo los protege a
ellos de la corrupción la mentira y el robo –fondos reservados-,
pongo por caso? ¿La que no impide que los políticos se llenen los
bolsillos sin dar explicaciones? ¿La que consiente partidos
políticos y sindicatos de estructura piramidal y, por ende,
antidemocráticos, que son los verdaderos enemigos del pueblo? ¿La
que entierra a Montesquieu, politiza, fuerza y manipula al poder
judicial? ¿Es esa la libertad que quiere usted llevar a ese
paupérrimo y sufrido pueblo?
Tercero. ¿Que democracia desea llevarlea esas
criaturas? ¿Semejante a la española, quizá? ¿Una democracia que
tiene de presidente de gobierno a un político –usted, Señor- que se
pasó los trece años de corrupción felipista sentado en un escaño del
Parlamento sin decir ni pío; de silente interesado? ¿La que tiene a
un ministro –Señor Caldera- que falsificó un documento y mintió en
el Parlamento, lugar donde se legislan las leyes que han de cumplir
todos los ciudadanos españoles? ¿La misma en la que la oposición
-otros que tal bailan- tiene la poca vergüenza de entrar y sentarse
en ese Parlamento en vez de negarse a ello mientras no seáis
expulsados de esa casa -voz del pueblo-, exigiendo igualmente
vuestra separación de la vida pública ad aeternum?
No creo, señor, que haya en todo el mundo una
democracia más indigna y de baja ralea que la que tenemos
actualmente en España, bajo su gobierno.
Sus pactos con la gentuza que le mantiene en el
poder aun sabiendo que desean la destrucción de España son las
evidentes muestras del camino que nos podría llevar otra vez al
matadero para que nuestros hijos y nietos sufran las mismas
desventuras que sufrimos los que quedamos todavía para contarlo.
Menos mal que no sucederá, ya que los descamisaos de “Arfonso”,
sus coleguillas de fechorías, digo, hoy son la nueva progresía
millonaria -cuasi multi- a costa de lo que le han afanado y vienen
afanándole a los confiados y paganos ciudadanos españoles, desde que
llegó la democracia con el cuento de tó par pueblo.
Por cierto, hablando del rollo patatero progresista:
¿conoce usted a alguien que no quiera progresar en la vida? ¿Existe
algún ser humano que deseche el progreso y los beneficios inherentes
al mismo? Señor, los ciudadanos españoles estamos hasta el gorro de
las paridas políticas que salen de las mentirosas bocas de los
nefandos políticos que tenemos en el país. Lo peor de cada casa
–salvo contadas excepciones- es lo que hay en la política española
actual. ¡Insoportable! ¡Un asco! ¡A qué vomito!
Y no se puede hablar de su relación internacional
sin llorar a moco tendido. Es de pena verle en la ONU –refugio de
Ali Baba y los demás- reunido con la flor y nata de la política
mundial, y me refiero a los importantísimos ministros de Turquía,
Argentina y al Secretario General Kofi Annan, bajo cuyo mandato la
institución ha llegado a las cloacas más inmundas, por el mangueo
establecido y su decadencia moral, al permanecer pasiva o realmente
colaboradora ante guerras de agresión, limpieza étnica y genocidio
económico.
Por supuesto, la charla versó sobre la
importantísima Alianza de Civilizaciones. Esa mandanga. ¡Vaya trío!
Menos mal que en esa reunión no estaban sus íntimos Mohamed VI, el
venezolano Chavez y Fidel Castro. Otro trío de tiranos de toma pan
y moja.
Por cierto, ¿por qué no deja en paz a los afganos y
aprovechando la amistad y su admiración por los tres, intenta
introducir la libertad que pregonan en Marruecos, Venezuela y Cuba,
comenzando por sacar de las cárceles a los que están presos por
utilizar la libertad de expresión?
Señor, para un ciudadano corriente como yo, los
americanos ni fu ni fa; pero usted es el Presidente del Gobierno de
un país al que representa, llamado España; mi país. Y tiene la
obligación de comportarse debidamente en relación con los
gobernantes de otros países. Usted no puede mancillar con su
estúpida actitud los distintivos de otras naciones. Ha de ser
correcto, por mucho que le duela hacerlo. Para eso le pagamos.
Porque lo que usted ha hecho con la bandera de los Estados Unidos,
no es propio ni de un presidente de comunidad. Sería propio del cojo
mantecas, si viviera.
En cuanto al trato de favor que les dedica a los
terroristas buscando el diálogo con ellos, ¡dígame la verdad!
¿Sería usted tan abierto a esa gente si le hubieran asesinado a una
de sus hijas o a las dos? ¿A qué no? Pues no olvide nunca a las
víctimas del terrorismo, por si un día se encuentra entre ellos.
Algo que no deseo ni por pienso.
Por tanto, señor, en vista de todo lo expuesto como
de la batería de justas protestas que quedan por exponer, desde que
subió al poder pisando los escalones ensangrentados de la escalera
que el destino o quien fuere puso a su disposición el 11M, le voy a
recomendar de bona fide que por el bien suyo y de los
españoles desaparezca de la escena haciendo mutis por el foro.
Por favor, Señor, no se meta en más belenes, tome a
su querida esposa del brazo y a sus hijas de la mano y márchese a su
pueblo a gozar de la prebenda que agenció su colega Felipe González
para todos los ex presidentes.
Sablazo económico que nos clavo a los contribuyentes
españoles de por vida. Ya sabe, un sueldo bruto de más de 36.600
euros anuales a lo que hay que añadir una indeterminada pensión
compensatoria de derechos pasivos, más otros 90.000 euros –unos
quince millones de pesetas- para el “funcionamiento de su oficina”,
en la que dispondrá de un asesor particular –funcionario de alto
nivel- y secretaria, así como coche oficial y escolta. Y todo eso
lo instituyó, como he dicho, su coleguilla Felipe González, el que
cambió el tó par pueblo de “Arfonso” Guerra,
por el tó pa mí.
Le comunico –debe saberlo por el anterior escrito
que le envié- que hice el servicio militar en la Gloriosa Legión,
donde alcancé la categoría de suboficial como sargento. Ya sabe,
estuve con los de la cabra, como los denomina el graciosillo y
televisivo ministro de defensa.
Y muy orgulloso que me siento cuando me acuerdo de
que cualquier legionario de los que conocí cuando estuve allí, era
un ser con más vergüenza, honradez, hombría, pundonor, decencia,
amigo y compañero de sangre que la mayoría de los políticos que
tenemos en España. Y más íntegro que todos y cada uno de vosotros.
¡Amén!
¡Ah!, le doy mi palabra de que si yo fuera hoy un
alto mando militar, emularía a su abuelo en cuanto a hacer
proselitismo en los cuarteles; pero no para acabar con la República,
sino con la basura que habéis hecho los políticos de este sistema al
que denomináis falsamente democracia.
Posiblemente, este escrito no llegue a sus manos,
pero si llegara, no pierda de vista que vivimos, según usted, en un
Estado de Derecho, en el que la libertad de expresión es la vida del
sistema; pero si fuere olvidado ese derecho, no se preocupe, tengo
anchas las espaldas.
Hasta el próximo.
¿Cómo se te ha quedado el cuerpo, Paco? ¿A qué
mueve al llanto? Pues este es el molondro que mal gobierna a nuestra
querida España. ¡A qué vomito otra vez!
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