El intelectual de izquierdas es un rara avis en España. Si la
izquierda española se ha caracterizado por algo a lo largo de su
truculenta historia en comparación, por ejemplo, con la francesa, es
por no haber generado ningún intelectual de prestigio.
La decadencia en España ha sido abono de prosperidad cultural. A un
políticamente glorioso siglo XVI le sucedió un siglo XVII políticamente degenerado
pero sin parangón intelectual en nuestra Historia. A la pérdida de
las últimas colonias de ultramar, le siguió una regeneración
intelectual que dio lugar a la inigualable generación del 98.
El siglo XX ha sido el siglo de Ortega y Gasset, Marañón, Menéndez
Pidal, Menéndez Pelayo, Vázquez de Mella o Madariaga, unos
vinculados al conservadurismo más tradicional y otros a sectores más
liberales o de centro, pero ninguno de izquierdas.
En épocas de crisis el intelecto español se crece y así hoy vuelven
a surgir escritores, filósofos e historiadores que claman por la
regeneración, pero ninguno de ellos de izquierdas y todo es porque
la izquierda española basa su poder en la ignorancia, en la
manipulación y el sectarismo.
Los autodenominados "intelectuales" que representan a la izquierda
española son todos personajes de la farándula y el artisteo, muchos
de los cuáles los únicos textos que escriben son los de sus
canciones y los que leen son los de sus guiones. Si Unamuno o
Baroja, Menéndez Pelayo o Marañón pudiesen ver qué es a lo que hoy
desde el poder en España se denomina "intelectual", renegarían de
forma inmediata de tal calificativo aplicado a ellos mismos.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define "intelectual"
como "dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las
letras", por lo cual podríamos aplicar el término a personajes como
Ana Belén y Víctor Manuel, Miguel Ríos, Bosé o Fran Perea porque se
dedican al cultivo de las letras, las de sus canciones (cuando
no son plagios o remasterizaciones), pero ¿y Pilar Bardem? ¿se
dedica preferentemente al cultivo de las ciencias o de las letras?
La última concentración "intelectual" celebrada en España no fue un
congreso para el estudio de la lengua Castellana en el Siglo de Oro,
o de evolución de la historiografía en la etapa de entreguerras,
sino una manifestación en favor de "Hamas", grupo terrorista
palestino y en contra del bombardeo israelí de la franja de Gaza. A
esta, como es ya habitual, acudieron notables pensadores y filósofos
como Pilar Bardem o Ana Belén. También estuvo presente Saramago, una
importación intelectual de la izquierda para dar cierto toque
"culto" al artisteo farandulero de los social-comunistas españoles.
Siempre son y serán los mismos y siempre contarán con la habilidad
característica de la manipulación mediática que tan bien ha manejado
la izquierda radical en España desde que nació hace poco más de cien
años.
Nunca se verá a uno de estos "intelectuales" de izquierdas en una
concentración contra el terrorismo de ETA y eso es, o por miedo a
estar en su punto de mira como tantos miles de españoles de a pié o,
porque los terroristas también son de izquierdas y no está en sus
libros de estilo lo de manifestarse en contra de aquellos
que abanderan las ideas de uno mismo. Tampoco se les ha visto
acudir a concentraciones de apoyo a los intelectuales cubanos
exiliados o encarcelados, pero sí recorrer España a alguno de ellos
del brazo de individuos como Pablo Milanés, bardo del castrismo que
en sus conciertos solía vitorear a Fidel Castro y dedicarle
canciones.
Es sinceramente esperanzador que, ante la tremenda decadencia
política que sufre España, con una izquierda analfabeta gobernando y
una derecha que vuela como un helicóptero sin rumbo dando vueltas en
torno a sí mismo, surja la luz de verdaderos intelectuales y
regeneracionistas que desde las tribunas de algunos periódicos y las
páginas de muchos libros nos recuerden lo que somos e intenten
espabilar el ser de una España a la que se pretende borrar el camino
pasado en pro un incierto futuro. |