Un año más, y ya
son 71, la efeméride del 18 de Julio vuelve a interpelar en la
conciencia de España el inicio de una gesta con contados
precedentes. Y digo con contados precedentes, porque la fecha histórica
que recordamos, conmemoramos y celebramos, que las tres cosas son
importantes, es uno de los grandes hitos no sólo de nuestra
historia, la historia de España, sino de la historia de Europa, de
Occidente y del Mundo.
Celebramos, porque alabamos y aplaudimos a
aquella generación que al mando del Caudillo se alzó contra la
tiranía roja que quería trocear España y conculcar su ser. Y, al
mismo tiempo, recordamos, para que nadie olvide, a aquella generación
con cuyo ejemplo contaremos siempre. Pues esa fue su gran lección
histórica en el devenir del tiempo que le toco vivir.
La fecha del 18 de Julio no es una conmemoración de muerte,
sino de vida. Pues no celebramos el triunfo de un bando sobre otro,
sino el triunfo de España; de España entera que se une contra la
anti España, como reacción ante un proyecto siniestro que a punto
estuvo de ejecutarse y cuyo punto de inflexión, luego felizmente
también de inició, marcó el 18 de julio de 1936; trayendo como
resultado, después de tres largos años de contienda, el periodo de
paz y prosperidad más largo nunca antes conocido en España, el Régimen
del 18 de Julio. Un régimen que les sirvió a los franquistas
de la transición para poder dar el salto a lo que hoy es España.
Ya que el pueblo, confiando en sus dirigentes, pues fueron los
llamados franquistas, confió plenamente en que lo que se le proponía
era una reforma y no una ruptura.
Hoy, a setenta y un año de la gesta que emocionadamente
celebramos, conmemoramos y recordamos, convendría que mirásemos a
España en toda su intensidad y constatásemos sin otro bagaje que
el sentimiento, en qué se nos ha convertido. Y al mismo tiempo, y
que en comparación a lo que hoy es, recordásemos a aquella
generación de hombres y mujeres de toda edad y condición social
que no se resignaron a aceptar el estado de completa putrefacción a
la que la canalla roja intentaba abocar a la patria, y en un acto de
auténtica dimensión metafísica por lo que en esa hora se
ventilaba en España, tomaron las armas y luchando consiguieron
darla fin.
Esto es lo que hoy recordamos, conmemoramos y celebramos.
Por eso, ante el 18 de Julio, nuestra actitud ni puede ser otro que
firmeza en las convicciones, coherencia en las actitudes y
generosidad en la entrega. ¡Todo por España!
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Ante
el 18 de Julio, por Pablo.
De
la Tradición a la Salvación, por Almirante.
La
Memoria histórica y el 18 de Julio, por Miguel
Ángel.
El
error de Franco, por Rafael.
Con
valentía y honor, por Pituca.
El
18 de Julio y el « espíritu de Ermua», por
Condottiere.
Memoria Histórica, por Godofredo.
La
vigencia del 18 de Julio, hoy. por Fernando.
18
de Julio, ¿un golpe de Estado?, por Falangista.
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