El
tripartito PSOE, ETA y Garzón.
Por Jakim Boar.
Desde la vuelta a la Audiencia Nacional del juez
Baltasar Garzón y la sustitución del juez Grande-Marlaska se ha
completado la hoja de ruta que la ETA tenía preparada para esta
legislatura. Y es que el juez Grande-Marlaska, a pesar de ser un
juez denominado “progresista”, era una auténtica china en el
zapato para el gobierno de la Nación. Seguramente porque Marlaska
es un verdadero juez que jamás ha estado implicado en la política
y su imparcialidad ha sido clamorosa. En la otra cara de la moneda
tenemos a Garzón que es un juez que perteneció a la lista
electoral del PSOE y que demuestra cada día más aún su
imparcialidad y su incapacidad para ser juez.
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Un
juez no puede ser político, al igual que un militar tampoco puede
serlo. Estamos ya acostumbrados a las sanciones desmedidas y
desproporcionadas que el gobierno a impuesto a militares por sus
manifestaciones públicas, que nunca se refirieron a la política y
sí a la unidad de España, algo que incumbe mucho a los militares
ya que son los encargados de defenderla. No se entiende como la
Audiencia Nacional sigue permitiendo que un juez implicado en la política
y que no cesa en sus declaraciones políticas demuestre cada día más
su parcialidad en diversos temas que incumben a su trabajo. Este
juez está totalmente incapacitado para la judicatura ya que ha
demostrado firmemente que sus ideales políticos son totalmente
afines al PSOE y sus últimas sentencias son todas acordes en esta línea.
El
juez Garzón apareció incomprensiblemente por el lugar de los
atentados el día 11 de Marzo sin que tuviera ningún tipo de
jurisprudencia para estar allí. Declaró en la Comisión del
Congreso del 11M que ETA no tenía ningún tipo de conexión con Al
Qaeda, ni con los autores del atentado sin ser él quien instruía
el caso y por tanto sin pruebas para sostener sus tesis. Pero
sospechosamente Garzón había ordenado, días antes del atentado
del 11M, la intervención de los teléfonos móviles del
“Tunecino” y de Jamal Zougam ambos implicados en la masacre
terrorista. Por tanto, Garzón si está implicado en las
investigaciones de la trama del 11M que se llevaron los días
anteriores al atentado y aún no ha quedado claro porqué intervino
esos teléfonos y cual fue su papel esos días. Lo que sí está
claro es que él y los cuerpos de seguridad del estado tenían
controlados a los terroristas del 11M y no detuvieron la masacre. A
pesar de estar advertidos por confidentes como Lavandera, que les
avisó de la preparación de bombas con móviles.
Para
mayores sospechas el juez Garzón pocos días después del atentado
decide tomarse unas vacaciones a Estados Unidos. Y sólo decide
volver un año después cuando la hoja de ruta de las conversaciones
entre ETA y el PSOE se ha puesto en marcha. Su sustitución por
Grande-Marlaska había sido impecable, Marlaska había prohibido
todas las manifestaciones relacionadas con Batasuna. Además ordenó
detenciones durante la mal llamada tregua, a pesar de las presiones
de la fiscalía y el gobierno para no hacerlo. Llegó a descubrir un
todavía supuesto chivatazo a ETA antes de una detención. Dicho
chivatazo está siendo investigado por la Audiencia Nacional y el
jefe de Seguridad del PSOE está siendo también investigado por
este asunto.
Pero
la decisión del juez Garzón más sospechosa y delirante nos llega
hoy, imputando a tres peritos policiales un delito de falsedad
documental. Estos peritos descubrieron una sustancia “explosiva”
que conectaba directamente los atentados del 11M con ETA. Entregaron
un informe pericial a sus superiores y este fue manipulado
claramente mutilando su versión e incluso modificando con tipex los
datos de registro y firmándolo un policía que no había sido el
autor de dicho informe.
Es
desalentador que un juez de la Audiencia Nacional como Garzón, ante
las evidencias del tipex y otras irregularidades impute de un delito
a los tres policías que únicamente se dedicaron a realizar su
trabajo. Pero esto demuestra la línea que sigue Garzón y es la
marcada por ETA y el PSOE. Una trama planeada desde el 2002 que dio
su pistoletazo de salida el 11M de 2004 y que quieren culminar
cuanto antes cediendo a las pretensiones terroristas. El PSOE parece
que debe un gran favor a la ETA y tiene que pagárselo cuanto antes.
La justicia estaba siendo un impedimento para ellos, pero ahora con
Garzón parece que todo vuelve a su cauce. Ya no se toman medidas
contra Batasuna y el juez dice que “hay que hablar hasta con el
diablo”.
No
sabemos en donde desembocará todo esto, pero si sabemos a las
presiones que están sometidas las personas que no quieren callar y
ocultar la verdad, que se niegan a ser desleales con su país y que
por su valentía están a punto de perderlo todo. Están sufriendo
desde intentos de asesinato y amenazas de muerte como las que ha
sufrido Lavandera, hasta delitos imputados y amenazas de expediente
a policías o guardias civiles, como los peritos policiales, que han
sacado a la luz el intento de ocultación de datos al juez.
A
ellos les debemos nuestra gratitud y nuestro aplauso, debemos
defenderles y apoyarles tanto públicamente, en manifestaciones e
incluso si fuera necesario económicamente para que tengan una buena
defensa. Estos son los verdaderos patriotas que están defendiendo
nuestra libertad. No deben desalentarse estos héroes porque el
futuro de nuestra Nación depende de ellos, y si callan por temor,
España se convertirá definitivamente en una dictadura socialista,
con la policía, jueces y militares como funcionarios políticos y
los terroristas campando a sus anchas por donde quieran.
Garzón
ha completado el tripartito entre ETA y PSOE, y se ha implicado de
lleno en esta causa. Veremos que tal le sale la jugada pero ante las
evidencias del tipex igual acaba borrado de la Audiencia Nacional y
perderá el Nobel a la Paz que tanto ansía:
http://www.nobelgarzon.org/
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