Hace bastantes años, tras rebasar los cincuenta, observé, que
cuando oía hablar por primera vez a un individuo, a los cuatro o
cinco minutos de su alocución, si era un mangante, una vocecita
interna me decía: ¡apunta a este!
Sin
embargo, pasados los años, y sin saber el porqué, no necesito oír a
nadie mas. Para conocer a un chorizo, con verlo me sobra.
La
expresión facial, la mirada, las sonrisas, la verborrea, los gestos,
el movimiento de las manos e incluso los andares, son más que
elocuentes para determinar la clase de pájaro que tengo delante. De
ahí el que me pase el mayor tiempo posible en la divina soledad.
Oyendo deliciosas melodías y escribiendo lo que me peta. Ya que el
salir a la calle, es un martirio para mí.
Y
si sigues el quehacer de los políticastros ladrones, trincones y
rateros que mantenemos y soportamos en esta España de nuestros
dolores; oyendo el inmundo baboseo e indignas falsedades que de
continuo salen de sus pútridas bocas, ganas te dan de vomitar y de
pedir la tercera guerra mundial.
Políticos que malversan y roban los caudales públicos, como han
hecho en la Comunidad de Castilla la Mancha, y resulta que siguen en
sus puestos del Parlamento cobrando de nuestros impuestos, en vez de
ser juzgados y llevados a la cárcel, como se hace con cualquier
delincuente que no sea político.
Como el Jefe del Estado su Majestad el Rey D.Juan Carlos I, que
jamás ha protagonizado un recuerdo público en agradecimiento al
Generalísimo Franco; que fue el que lo sacó de la indigencia para
traerlo como Jefe Superior del Estado Español. A más, cuando sí
abrazó y besó en público al conocido criminal Santiago Carrillo, en
un día de su cumpleaños.
Sin
olvidar a un medio televisivo que, debido a la protección que
encuentra en los chorizos políticos que tenemos, ha decidido
utilizarlo para convertir a nuestro País, en un estercolero de
primera categoría.
Traen a españoles invitados de todos los lugares del País para que
aplaudan cuando les encienden una luz de color rojo; dando al
televidente la certeza de una superior importancia.
Y
me estoy refiriendo a Tele5 en su programa SÁLVAME. En la que vemos
a una pandilla de viejas zorras criticando e insultando sin
consideración a todo bicho viviente, incluidos sus compañeros y
compañeras. Así como a un par de mariconas casadas, como está
mandado. Y echando pestes por la boca -una de ellas- contra su
infame marido.
Gentuza que no guarda silencio cuando alguno de ellos expone su
alegato; sino que interrumpen al exponente gritando desaforadamente,
todos y todas a la vez, como es costumbre.
Sabido es, que cuando un español expone cualquier parida, lo hace a
grito pelado; se desgañita el tío, por creer firmemente que lo que
él dice, es el no va más de los razonamientos. Solo hay que entrar
en el programa titulado De Buena Ley, de la misma emisora
televisiva, para entender lo que acabo de exponer.
Es
decir: la cochinería, grosería, villanía, marranada, porquería,
impudicia, deshonestidad, desvergüenza, liviandad, cinismo, embuste,
engaño, falsedad, argucia, patrañas, con lo vergonzoso y
vituperable, forman parte de la indecencia mental que reina
actualmente en España. |
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