Indecencia mental
Por Jaime Miguel Tur, antiguo Sargento Legionario. 16/09/2011.
Hace bastantes años, tras rebasar los cincuenta, observé, que cuando oía hablar por primera vez a un individuo, a los cuatro o cinco minutos de su alocución, si era un mangante, una vocecita interna me decía: ¡apunta a este!
Sin embargo, pasados los años, y sin saber el porqué, no necesito oír a nadie mas. Para conocer a un chorizo, con verlo me sobra.
La expresión facial, la mirada, las sonrisas, la verborrea, los gestos, el movimiento de las manos e incluso los andares, son más que elocuentes para determinar la clase de pájaro que tengo delante. De ahí el que me pase el mayor tiempo posible en la divina soledad. Oyendo deliciosas melodías y escribiendo lo que me peta. Ya que el salir a la calle, es un martirio para mí.
Y si sigues el quehacer de los políticastros ladrones, trincones y rateros que mantenemos y soportamos en esta España de nuestros dolores; oyendo el inmundo baboseo e indignas falsedades que de continuo salen de sus pútridas bocas, ganas te dan de vomitar y de pedir la tercera guerra mundial.
Políticos que malversan y roban los caudales públicos, como han hecho en la Comunidad de Castilla la Mancha, y resulta que siguen en sus puestos del Parlamento cobrando de nuestros impuestos, en vez de ser juzgados y llevados a la cárcel, como se hace con cualquier delincuente que no sea político.
Como el Jefe del Estado su Majestad el Rey D.Juan Carlos I, que jamás ha protagonizado un recuerdo público en agradecimiento al Generalísimo Franco; que fue el que lo sacó de la indigencia para traerlo como Jefe Superior del Estado Español. A más, cuando sí abrazó y besó en público al conocido criminal Santiago Carrillo, en un día de su cumpleaños.
Sin olvidar a un medio televisivo que, debido a la protección que encuentra en los chorizos políticos que tenemos, ha decidido utilizarlo para convertir a nuestro País, en un estercolero de primera categoría.
Traen a españoles invitados de todos los lugares del País para que aplaudan cuando les encienden una luz de color rojo; dando al televidente la certeza de una superior importancia.
Y me estoy refiriendo a Tele5 en su programa SÁLVAME. En la que vemos a una pandilla de viejas zorras criticando e insultando sin consideración a todo bicho viviente, incluidos sus compañeros y compañeras. Así como a un par de mariconas casadas, como está mandado. Y echando pestes por la boca -una de ellas- contra su infame marido.
Gentuza que no guarda silencio cuando alguno de ellos expone su alegato; sino que interrumpen al exponente gritando desaforadamente, todos y todas a la vez, como es costumbre.
Sabido es, que cuando un español expone cualquier parida, lo hace a grito pelado; se desgañita el tío, por creer firmemente que lo que él dice, es el no va más de los razonamientos. Solo hay que entrar en el programa titulado De Buena Ley, de la misma emisora televisiva, para entender lo que acabo de exponer.
Es decir: la cochinería, grosería, villanía, marranada, porquería, impudicia, deshonestidad, desvergüenza, liviandad, cinismo, embuste, engaño, falsedad, argucia, patrañas, con lo vergonzoso y vituperable, forman parte de la indecencia mental que reina actualmente en España.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com