Soile, la novia de
Satanás, y los 7 leones de Tsavo
Sin duda que se
podría argumentar sobre el fallo dictado por la Corte de Derechos
Humanos de Estrasburgo que da la razón a Soile Lautsi contra la
presencia del "crucifijo" en el colegio de sus hijos. Pero prefiero
empezar afirmando, que comprendo perfectamente la inquietud de la
señora Soile: "el crucifijo tiene detrás muchas
significaciones", así como el argumento dado por los siete
magistrados de tan insigne Tribunal que consideran, que la presencia
del Crucifijo constituye: "una violación de la libertad
religiosa de los alumnos", de cuya ofensiva y argumento ya
nos advierte el Señor en el Evangelio de San Juan:
"Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían
culpa; pero ahora no tienen excusa para su pecado. El que me odia a
mí odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho ante ellos obras que
nadie ha hecho, no tendrían culpa. Pero han visto esas obras y, a
pesar de todo, me odian a mí y a mi Padre. Para que se cumpla lo que
está escrito en su ley: Me han odiado sin motivo". (Jn 15,
22-25).
"Sin motivo", o
mejor dicho, porque odian al Señor Jesús y a Dios Padre, ya son
muchos los que en diferentes países de Europa vienen sosteniendo y
luchando por la no presencia de los crucifijos, es decir, del Señor,
en las aulas de nuestros hijos, en los hospitales o en cualquier
otro centro público, incluso privado, con el argumento falaz de que
tal presencia es un símbolo: "ofensivo para la sensibilidad de
los no cristianos y de los ateos".
Con todo, "ellos"
están en su papel dentro del contexto del devenir de la Historia,
pues siendo los servidores de Satán, de "sus pompas y de sus obras",
se constituyen en vanguardia aguerrida, aprovechando todos los
resquicios que las legislaciones les permiten y que sus pasivos
oponentes les garantizan. Por eso están venciendo, porque los
argumentos que se les oponen, carentes de Fe, son débiles y
fácilmente desmontables desde los principios y valores que se
proclaman y sostienen universal y globalmente: "el crucifijo
es un símbolo profundamente ligado a la identidad histórica y
cultural de la naciones de Europa".
Argumento pueril
sostenido incluso por las altas jerarquías católicas de Europa
(absolutamente anti-partidarias del Estado confesional católico),
que no son capaces de afirmar, que el símbolo es, antes que nada, el
Significado, Cristo mismo. Cuya Encarnación tuvo una incidencia
extraordinaria en la Historia humana, cuyo resultado fue que la
Bestia desatase todo su poder maléfico sobre la sociedad cristiana.
Pues impresiona contemplar de qué manera se avanzó por el camino de
la instauración de una convivencia social inspirada básicamente en
los preceptos del Decálogo y en las enseñanza del Evangelio, que,
pese a todo, siguen marcando el campo del derecho y de la
sociología occidental.
Como tampoco es
casual que la ofensiva venga de Roma y que la sentencia-argumental
venga dictada por la última instancia judicial de Europa, la Corte
de Derechos Humanos de Estrasburgo, pues ofensiva y
sentencia-argumental pretenden actuar como resortes, que a modo de
palanca instaure el nuevo Orden Mundial: la New Age: La era de
Satanás.
Modernidad.
Apertura al mundo. Laicismo positivo. Son las tres etapas que los
enemigos de Cristo han marcado desde el comienzo de la Historia para
el logro de su fin. Un fin cuyos frutos ya estamos padeciendo.
Siendo el más espantoso de todos la muerte de los inocentes en el
vientre de sus madres. Pues nada se parece tanto a Jesús como la
inocencia sufriendo. Aunque desde las Conferencias Episcopales de
Europa, y en el caso que nos compete desde la Española,
contraviniendo todas las normas del Derecho Canónico y las
advertencias de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ninguno
de nuestros Monseñores sean capaces de abogar por la Excomunión del
Rey, al menos de negarle la Comunión como procede, por cuanto es
evidente, mediante su firma imprescindible, su "cooperación formal y
manifiesta para la realización de abortos".
No obstante, aunque
los siete jueces de Estrasburgo, cuan míticos leones de Tsavo, hayan
hecho ganar la primera batalla a Soile Lautsi, la novia italiana de
Satanás, sabemos, porque el Señor nos lo ha dicho, que Él estará con
nosotros "hasta la consumación del mundo". Que es,
frente a todo derrotismo, claudicación y persecución, lo que nos
sostiene firmes. |
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