Sentencia sobre el crucifijo


Por Pablo Gasco de la Rocha. 16/11/2009.


Soile, la novia de Satanás, y los 7 leones de Tsavo

Sin duda que se podría argumentar sobre el fallo dictado por la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo que da la razón a Soile Lautsi contra la presencia del "crucifijo" en el colegio de sus hijos. Pero prefiero empezar afirmando, que comprendo perfectamente la inquietud de la señora Soile: "el crucifijo tiene detrás muchas significaciones", así como el argumento dado por los siete magistrados de tan insigne Tribunal que consideran, que la presencia del Crucifijo constituye: "una violación de la libertad religiosa de los alumnos", de cuya ofensiva y argumento ya nos advierte el Señor en el Evangelio de San Juan:   

"Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían culpa; pero ahora no tienen excusa para su pecado. El que me odia a mí odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho ante ellos obras que nadie ha hecho, no tendrían culpa. Pero han visto esas obras y, a pesar de todo, me odian a mí y a mi Padre. Para que se cumpla lo que está escrito en su ley: Me han odiado sin motivo". (Jn 15, 22-25).

"Sin motivo", o mejor dicho, porque odian al Señor Jesús y a Dios Padre, ya son muchos los que en diferentes países de Europa vienen sosteniendo y luchando por la no presencia de los crucifijos, es decir, del Señor, en las aulas de nuestros hijos, en los hospitales o en cualquier otro centro público, incluso privado, con el argumento falaz de que tal presencia es un símbolo: "ofensivo para la sensibilidad de los no cristianos y de los ateos".

Con todo, "ellos" están en su papel dentro del contexto del devenir de la Historia, pues siendo los servidores de Satán, de "sus pompas y de sus obras", se constituyen en vanguardia aguerrida, aprovechando todos los resquicios que las legislaciones les permiten y que sus pasivos oponentes les garantizan. Por eso están venciendo, porque los argumentos que se les oponen, carentes de Fe, son débiles y fácilmente desmontables desde los principios y valores que se proclaman y sostienen universal y globalmente:  "el crucifijo es un símbolo profundamente ligado a la identidad histórica y cultural de la naciones de Europa".

Argumento pueril sostenido incluso por las altas jerarquías católicas de Europa (absolutamente anti-partidarias del Estado confesional católico), que no son capaces de afirmar, que el símbolo es, antes que nada, el Significado, Cristo mismo. Cuya Encarnación tuvo una incidencia extraordinaria en la Historia humana, cuyo resultado fue que la Bestia desatase todo su poder maléfico sobre la sociedad cristiana. Pues impresiona contemplar de qué manera se avanzó por el camino de la instauración de una convivencia social inspirada básicamente en los preceptos del Decálogo y en las enseñanza del Evangelio, que, pese  a todo, siguen marcando el campo del derecho y de la sociología occidental.

Como tampoco es casual que la ofensiva venga de Roma y que la sentencia-argumental venga dictada por la última instancia judicial de Europa, la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo, pues ofensiva y sentencia-argumental pretenden actuar como resortes, que a modo de palanca instaure el nuevo Orden Mundial: la New Age: La era de Satanás.  

Modernidad. Apertura al mundo. Laicismo positivo. Son las tres etapas que los enemigos de Cristo han marcado desde el comienzo de la Historia para el logro de su fin. Un fin cuyos frutos ya estamos padeciendo. Siendo el más espantoso de todos la muerte de los inocentes en el vientre de sus madres. Pues nada se parece tanto a Jesús como la inocencia sufriendo. Aunque desde las Conferencias Episcopales de Europa, y en el caso que nos compete desde la Española, contraviniendo todas las normas del Derecho Canónico y las advertencias de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ninguno de nuestros Monseñores sean capaces de abogar por la Excomunión del Rey, al menos de negarle la Comunión como procede, por cuanto es evidente, mediante su firma imprescindible, su "cooperación formal y manifiesta para la realización de abortos".  

No obstante, aunque los siete jueces de Estrasburgo, cuan míticos leones de Tsavo, hayan hecho ganar la primera batalla a Soile Lautsi, la novia italiana de Satanás, sabemos, porque el Señor nos lo ha dicho, que Él estará con nosotros "hasta la consumación del mundo". Que es, frente a todo derrotismo, claudicación y persecución, lo que nos sostiene firmes.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com