Quiero mostrar a los dirigentes de Melilla, al parecer Ciudad
Autónoma, mi más profundo desprecio por la retirada de la estatua
del Comandante Franco. Sólo gentes de espíritu ruin y cobarde, como
el que tenemos la desgracia de soportar en esa y en otros "taifas",
ciudades autónomas o patios regionales, pueden eliminar el recuerdo
de uno de los jefes militares que expuso hace casi un siglo su vida,
precisamente, para salvar la de miles de melillenses. Buscando en el
Diccionario de la Lengua Castellana, idioma con el que un niño
melillense no podría estudiar en Barcelona, circunstancia que a esa
clase política, ciudadana autónoma, le importa una higa, no he
encontrado el calificativo idóneo para definir esa retirada de una
estatua. Habrá que inventarlo.
Cuando pasen los años, no muchos, el nombre del comandante del
Tercio que salvó a Melilla, quedará en la Historia; el de los
miserables que ordenaron quitar la estatua, no la recordarán ni las
cucarachas de las Hemerotecas.
Jesús Flores Thies
Coronel de Artillería-retirado |
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