¿De
qué se sorprenden algunos?
Por Fernando
González de Canales.
Hace
unos días, y con motivo de la muerte de Augusto Pinochet Ugarte,
Santiago de Chile se convirtió en uno de los centros de la
información del planeta propiciando la presencia de innumerables
medios de comunicación de todas las naciones para retransmitir en
directo los últimos momentos del general
y sus exequias.
Es
de sobra conocido, por las reacciones de indignación que provocó
en algunos, el incidente entre un grupo de seguidores de Pinochet y
la enviada especial de TVE en Santiago de Chile, la reportera María
José Ramudo, durante una conexión en directo en la que
ella sufrió el lanzamiento de objetos, algunos de los cuales
impactaron directamente en su cara, e incluso, uno de los asistentes
le agarró de la mano en la que sujetaba el micrófono para
dirigirse a las cámaras y referirse a los españoles como
"hijos de puta". Esto provocó que la conexión
en directo se tuviese que interrumpir.
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Parece
ser que esto de que se refieran a los españoles como “hijos de
puta” no les gustó nada a los medios de comunicación de nuestro
país, que indignados, no se cansaron de denunciarlo por todas las
partes. Verdaderamente les había dolido ese insulto.
Mi
pregunta es la siguiente: ¿de qué se sorprenden ustedes?
No
hace falta irse a Santiago de Chile para escuchar ese calificativo
de “hijos de puta” cuando se refieren a los españoles. No muy
lejos de aquí, en provincias como Cataluña o Vascongadas hay
ciudadanos españoles viviendo diariamente con ese calificativo tan
fino, y además muchos de ellos bajo amenaza de muerte. Su delito:
no ceder ante la mentira.
Esto
parece que ya no llama la atención a los “ofendidos” medios
de comunicación españoles que hasta tuvieron que recibir una
disculpa formal del embajador chileno en España por el incidente
entre Maria José Ramudo y los violentos seguidores de
Pinochet.
Que
doble rasero... y mientras aquí algunos viven con escolta y con la
amenaza de muerte diaria gracias a la connivencia de sus vecinos por
ser eso... unos españoles “hijos de puta”.
Además,
y para más inri, yo no me considero para nada insultado ni
dentro de ese grupo a los que califican como “hijos de puta”.
Entiendo perfectamente a ese chileno enfurecido. Yo habría dicho lo
mismo.
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