No
se os puede dejar solos.
Por Jaime
Martínez.
Yo alucino cada día más con lo que pasa
con ciertas personas en este país. Ya no es solo aberrante, que lo
es y mucho, sino que llegamos a unos extremos de ridiculez, más
propios de esas, por otro lado geniales, historias que escribiera en
tiempos el gran Vizcaíno Casas (caso de la autodeterminación y
"Las autonosuyas").
Me refiero a noticias
como la de la prohibición de celebrar la Navidad en el colegio
Hilarión Gimeno de Zaragoza,
a la que se le une en grado superlativo de tontuna la de otro
centro escolar, el Juan XXIII de Barcelona al que le quieren cambiar
el nombre por el "menos ofensivo" Rosa de los Vientos. Ya.
Y por qué no Capullito de Alelí que es más alegre.
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¡Por Dios señores! esto ya no es
política, ni confrontación de ideas, ni nada, es lo absurdo, lo
ridículo. Y lo que es peor, HAY GENTE QUE LO DEFIENDE al amparo de
la políticamente correcta multiculturalidad. Pues conmigo que no
cuenten.
Añadiendo más ridículos ¿qué
me dicen de las proposiciones del Instituto de la Mujer sobre la
petición a la RAE de eliminar el masculino genérico, según tan
alta instancia “ladrillo simbólico del patriarcado” y
todavía afirman "Queremos abrir un horizonte nuevo
en el que la mujer se apropie de la lengua, porque nombrar en
femenino y masculino es ya una necesidad existencial de las mujeres".
No tengo palabras para tan altas deducciones.
Desde hace 30 años vamos de mal
en peor, esto es un "sindios", y perdón por la expresión,
aunque hoy día a muchos le gustaría.
Volviendo a Vizcaíno Casas, en
concreto a su libro, "...Y al tercer año resucitó",
viendo la situación general de la España actual, en todos los ámbitos,
bien puede estar diciendo desde el Cielo aquel que tanto se
develó por encauzar a España y hacer del español una de las pocas
cosas serias que se pudiera ser en este mundo, aquello de: NO SE OS
PUEDE DEJAR SOLOS.
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