Banderas
y manifestaciones.
Por Jesús Flores
(Coronel de Artillería-Retirado
).
En muchas de las manifestaciones que organizan la derecha, el PP, la
AVT, Pro-Vida, etc. parece que molestan las banderas de España con
el escudo en el que ondea el águila de San Juan. Los detentadores
de la pureza política no se recatan en denominar al águila como
“pollo”, “gallina” y otros originales desprecios. Ya van
retirando aquello de la bandera anti-constitucional, incluso lo de
pre-constitucional, dejándolo simplemente en “bandera con el
escudo franquista”. En la última manifestación anti-ETA y en
contra de las conversaciones de paz, hubo un incidente, uno más,
entre unos exquisitos demócratas de la derecha que se enfrentaron a
unos jóvenes que llevaban esta bandera. Incluso llegaron a ondear
su pancarta para tapar la “vergüenza” de esta denostada bandera
“franquista” ante las cámaras de TV.
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Aunque es inútil
tratar de meter en las duras testas de estos exquisitos la realidad
histórica y sentimental de esta Bandera, lo hemos intentado en
varias ocasiones sin recibir respuesta alguna, cosa lógica porque
no hay respuesta a tanto sectarismo.
Antes de que muchos
de los que asistían a la última manifestación hubieran nacido,
morían en España policías, guardias civiles, militares y paisanos
por defender esa Bandera. Miembros de la AVT sirvieron con honor a
España bajo los pliegues de esa Bandera. Pero, es más, esa ikurriña
que aparece en estas manifestaciones sin que despierte la ira o el
rechazo de los exquisitos, fue creada por un enemigo de España,
sabino Arana, contra España. Y esa bandera fue utilizada como
trampa mortal para varios guardias civiles que volaron por los aires
por cumplir las órdenes del mismo que un día dijo que la bandera
separatista ya era legal. Y si un día apareciera en estas
manifestaciones una bandera tricolor de la segunda república, sería
recibida con plácemes y entusiasmo ya que ese grupo republicano
“tampoco acepta pactos con etarras”.
La Bandera con el
escudo del Águila de San Juan fue la de España durante casi
cuarenta años, de los cuales, seis después de la muerte de Franco
y tres con la Constitución aprobada sólo por la mitad de los españoles.
Una demostración de
la inconsistencia de sus argumentos (¡¿) es que jamás aceptan una
discusión ni pública ni privada sobre este tema.
Con estos exquisitos
amigos de la derecha ya no necesitamos enemigos.
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