La
muerte de Pinochet.
Por José Gabriel.
La muerte del
General Pinochet ha vuelto a poner en evidencia el “talante” de
sus detractores. Impúdicamente las plañideras del comunismo han
saltado a la calle, a la prensa y a la televisión, para mostrar su
odio y crueldad. Tratan, con una falsa alegría de celebrar la
muerte del ex Presidente de Chile; mientras, por dentro, la
impotencia acrecienta sus algaradas que no hacen sino poner de
manifiesto la frustración de ver como el General se les ha muerto
anciano y en la cama.
En España, los de
siempre, en un ejercicio coherente con su ausencia de valores,
tratan de aprovechar el viaje. Así, reverdece la polémica
“memoria histórica” y las exigencias de reparar “moral” y
económicamente a los que ellos denominan “victimas de la
dictadura franquista”. Intentan golpear a Franco a través de
Pinochet y realizan permanentemente peyorativas comparaciones.
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Pinochet y Franco
son personas de orígenes y épocas muy distintas. Ciertamente, no
obstante, existen muchos paralelismos entre la situación de la España
de Franco y el Chile de Pinochet.
En Chile hubo un
gobierno que traicionó sus leyes, adulteró elecciones y asesino
con impunidad, pretendiendo realizar una revolución marxista
subvencionada y dirigida desde el extranjero y camuflada de
legitimidad democrática; Chile, vivía además en una ruina económica,
social, moral y patriótica, absoluta.
Pinochet logró
derrotar al comunismo en América del Sur, frenado así sus planes
de expansión y, ¡encima tuvo éxito! Demostró que no eran
necesarias falsas revoluciones para lograr que su país saliera
adelante y progresara como ninguna nación hispana del continente lo
ha hecho después.
Hasta aquí, están
más que claras las coincidencias con la situación española en la
era de Franco.
Pinochet tuvo en
cambio una gran ventaja respecto a nuestro Caudillo, ya que logró
evitar la guerra civil. Años después
queriendo y pudiendo homologar el sistema político chileno
al de los países desarrollados, hizo una constitución, y en
cumplimiento de ella, entregó el poder. A continuación, vino una
transición, que al igual que la española se disfrazó de reforma
reconciliadora, para después transformarse en ruptura resentida. A
medida que el General perdía poder, se orquestó
en Chile y a nivel internacional, una campaña de
desprestigio a todos los niveles; tuvo que presenciar las
deserciones de los que siempre saben colocarse, y soportar el
bochornoso capítulo protagonizado por nuestro indescriptible Garzón.
Nuestro peculiar juez, miembro de un gobierno con desaparecidos y
terrorismo de Estado, trató de secuestrar a Pinochet mientras en
España se homenajeaba a Fidel Castro.
Esto coincide en el
tiempo y desde luego no por casualidad, con otra campaña: La
restitución de la imagen pública a nivel mundial de Salvador
Allende.
Da vergüenza ajena
ver como se hacen cánticos de alabanza a un sujeto tan mediocre,
vil, cruel y cobarde. Allende, entre otras muchas cosas era un
aprendiz de dictador que terminó sus patéticos días suicidándose,
eso sí, gracias, todo hay que reconocerlo, a la inestimable
colaboración de Fidel Casto, que le regaló un entrañable fusil
con el cual puso fin a su vida.
En la actualidad
nadie habla de la militancia de Allende en
la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), grupo
de carácter marxista-leninista que tenía la declarada intención
de conquistar el continente; se ignora la existencia de las milicias
populares que actuaban con total impunidad o las acciones del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); se oculta la
existencia del plan Z, que pretendía la eliminación física de los
mandos militares para sustituirlos por elementos al servicio de la
revolución. Todo esto es, al parecer, propaganda fascista; por lo
visto, hay que creerse que lo que de verdad ocurrió, es que un
mediocre militar ávido de poder y sed de sangre, terminó de manera
cruel con la pacífica, próspera y ejemplar democracia de
Allende...... Ciertamente se parece mucho la reciente historia de
Chile a la de España.
A los chilenos les
espera una nueva hora de los enanos; les tocará ver como se burlan,
los que disfrutan de los logros realizados por su General; tendrán
que presenciar como arruinan su legado y su memoria …… Espero,
eso sí, que no tengan que vivir como vivimos los españoles, la
vuelta al terrorismo marxista, la ruina moral y la desmembración de
su Patria. Todavía están a tiempo de no parecerse en eso a
nosotros.
La obra política
del General y ex Presidente Augusto Pinochet, estará siempre en los
corazones de los hijos de la Hispanidad. Descanse en paz.
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