Carrillo: sin causa de
honor. José Gabriel.
¡Pobre diablo! Nunca mejor
dicho. El decrépito genocida fue investido como doctor «Honoris causa»,
mientras un grupo de jóvenes "ultras", con banderas
"preconstitucionales", trataban de boicotear tan egregio
acto.
A estas alturas, seguir
denominando preconstitucional al escudo con el Águila de San Juan,
responde a una ignorancia supina o a una mentira simple, no
mereciendo por lo tanto mayor reseña.
Se le ha concedido tan magno
reconocimiento por su «contribución a la reconciliación entre los
españoles». Entre los españoles que se le escaparon vivos, diría
yo.
Se podría objetar a este
reconocimiento su actitud en la guerra, su posterior colaboración
con Stalin, su constante conspiración contra los intereses y la
vida de los españoles, sus amistades con hombres tan ejemplares
como Chauchescu o su nulo arrepentimiento. Los generosos
homenajeadores, o no reconocen estas facetas, o las consideran
propias de un pasado superado. No les importa que nadie haya matado
tanta gente, tan inocente y en tan poco tiempo, como su senil
genocida.
Le ensalzan su comportamiento
en la Transición. Imagino que verán correctas sus constantes
burlas y menosprecios al Jefe del Estado, así como sus constantes
amenazas durante tan cacareada época. Hay declaraciones que ofrecen
pocas dudas de la catadura moral del personaje; como lo son las que
hizo a la periodista Oriana Fallaci en 1975, en las que el angelito
declaraba: "no sé si me gusta matar, pero no me arrepiento de
haberlo hecho" ¿Es ésta su contribución a la reconciliación?
La Universidad Autónoma de
Madrid, obra del Caudillo como casi todo, se ha convertido en la
"Uniberzidaz dependiente de Polanco". No es casualidad que
el primer homenaje, con retirada de estatua incluida, se lo
organizara Iñaki Gabilondo, mientras que el actual lo haya
realizado el rector Ángel Gabilondo, hermano del "célebre"
periodista.
Debemos de estar asistiendo a
la particular manera que tiene el Gobierno de reconciliarnos a
todos. Como no encuentran mucho cadáver que desenterrar, sacan de
la fosa al genocida insultando así la memoria de sus asesinados ¿Quiénes
van a ser los próximos? ¿Ternera, Otegui, ...?
El comportamiento de ésta
canalla es el mismo que el de los etarras: llaman fascistas a las víctimas
y héroes a los asesinos. Curiosa coincidencia en el lenguaje.
Estoy seguro de que saben que
se recoge lo que se siembra, y siembran muy bien. Lo mismo cuando
Dios, en su infinita misericordia, nos prive de la presencia de éste
asesino, el inefable Zapatero lo homenajea con una estatua; lo mismo
lo entierran a la entrada del Valle de los Caídos, con un letrero
que diga: "No Pasarán" y una pala de enterrador por si
acaso.
También sugiero a Gallardón,
que ponga el nombre de Carrillo al campo de tiro de Paracuellos ¡Nada
más apropiado! Total que más da, ni pueden caer más bajo, ni
pueden provocar más. ¡Qué gentuza lleva mi carro!
El desalmado Carrillo debería
dejar de reverdecer rencores y reflexionar sobre todo el daño que
ha hecho, porque en esta vida Garzón no le juzgará, pero ante
Dios, de nada sirven los camaradas jueces.
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