Ya
dije en otra ocasión que tras los muchos años que tengo vividos en
esta España de nuestros dolores; conozco a un zanguango, hasta por
los andares. Y cuando oigo hablar por primera vez a un nuevo
hispano, a los tres minutos de estar oyéndolo, si es un mangante,
una vocecita interna me avisa diciendo: ¡Apunta a este!
Algo que se debe admitir -lo dije en otra ocasión-, aun estando
fuera de mi alcance hacerlo creíble. Por la sencilla razón de que no
es un concepto adquirido a través de los cinco sentidos y pueda
demostrarse con una ecuación aritmética o sentar una premisa
conducente a un silogismo exacto, ya que forma parte de los
conocimientos intuitos.
Que
penetran en nuestro espíritu sin necesidad de razonamiento; pero que
al tornarse conscientes vienen a servir de fundamento a la razón
pura, para darnos la percepción extraordinaria de la cosa en sí,
que dirían esos tíos que saben una jartá de la enigmática
cosa trascendental.
Es
para llorar a moco tendido, cuando te das cuenta, de que los
españoles tras unas hazañas tan extraordinarias de conquistas a lo
largo de la historia; civilizando a esos pueblos semisalvajes;
conquistados con la aportación de la entereza y valor de hombres
luchadores; para que los seguidores de la cosa divina llevara -con
arrojo y sacrificio-, el conocimiento de su Dios; no hayamos
conseguido convertirnos en seres rabiosamente libres y honrados.
Siendo de penosa aceptación, el pésimo comportamiento de la clase
política que nos mal gobierna -gentuza forrada de títulos
universitarios-, cuyo caudal actual es el propio de los zánganos,
mentirosos, indolentes, rateros, perezosos, holgazanes, chorizos,
gandules, randas, nulos, estafadores, torpes, ineficaces, trincones,
incompetentes, ignorantes, ineptos, incapaces, negados, obtusos,
inhábiles, bajamaneros, rufianes…
Los
mismos que critican, en una falsa estratagema, al inútil ZP; tras
dejarnos en las manos de esa cosa desechable casi dos legislaturas;
para que repita; y sea en el tercer mandato legislativo, cuando
consiga hundir del todo a la economía del país, llevándonos a la
indigencia total. Y ellos puedan acceder sin contratiempos al
codiciado poder. Único fin.
Pero lo peor de todo, lo que más duele, es saber que esa inutilidad
llamada Zapatero, es el fiel reflejo de nuestro pueblo. Ese es el
molondro que nos esta representando a todos los españoles. Está
diciéndole a los extranjeros, como somos nosotros. Si es el
presidente de España, es porque lo hemos tolerado y seguimos
tolerándolo.
Tras la situación del hundimiento económico que ha propiciado este
negado; tiene a su favor, cerca de un cuarenta por ciento de los
votos que entrarán en las próximas urnas. ¿Cómo es posible?
¿Alguien lo puede explicar? ¿Qué clase de ciudadanía es la nuestra?
El
partido en la oposición sabe de sobra, todos los desmanes económicos
que se vienen cometiendo con nuestros impuestos, sin solución de
continuidad. Conocen que la Junta de Andalucía ha adquirido 234
coches oficiales; posiblemente blindados para todos los mindundi que
comandan en la susodicha Junta. Oneroso abuso incalificable.
Así
como los desmanes de Carol Rovira abriendo embajadas y colocando a
su hermano como Embajador catalán en París. Y que la tal Leire Pajin
está cobrando 20.000 euros mensuales; en el momento de quiebra
económica que estamos pasando; sin haberlo denunciado.
Estuve viviendo y trabajando en varios países de Europa; en los que
pude comprobar, que a los españoles no nos quieren en ningún sitio.
Y si es claro, que el mero hecho de nacer, es ya un castigo; nacer
en España, es una feroz, lacerante y bestial condena perpetua.
La
formación mental a la que ha llegado la sociedad hispana, desde su
arranque con tartessos, íberos, celtas, celtíberos, fenicios,
cartagineses, griegos, romanos, vándalos, godos, visigodos, árabes y
las distintas casas reales que nacieron para partir el bacalao, tras
la salida de estos últimos; es de imposible entendimiento.
Y
es que todo el tinglado lo tenemos montado sobre una serie de
paridas mentales; que nos llevan a un desencuentro de imposible
solución. España, jamás será capaz de constituir una sociedad de
ciudadanos libres y unidos en la aceptación del bien común;
colocando cada cosa en su sitio.
Es
nuestra obligación cuidar con celo enfermizo el proceder de los
gobernantes que tengamos. No es posible soportar, en un silencio
cobarde, todos los latrocinios que vienen cometiendo. Se ha de
cortar de raíz la manera de robarnos los impuestos que pagamos.
Tampoco debemos soportar a los abogados, fiscales y jueces que
tenemos en la justicia española, de los que hay que huir como de la
peste; a tenor de las execrables noticias que leemos y oímos en los
medios de comunicación día tras día.
Ni
tolerar que rebajen de las pagas de los jubilados ni un solo
céntimo, como han hecho en esta ocasión. O que el deterioro que han
causado en la economía, sea subsanado en parte por subidas de coste
en los productos necesarios para poder vivir.
Malos procederes, latrocinios que dan pié a que nazcan
organizaciones que busquen ayudarse; ayudando a los necesitados en
el nombre de Dios; pidiendo contribuciones económicas a las personas
sensibles que aún puedan cooperar. Es decir, utilizando a Dios como
banquero y tendero.
Es
una vergüenza; es infamia, recurrir a Dios por la barriga y el
bolsillo. La única relación que se debe tener con Dios, es la de
llegar a ÉL, sólo por el intelecto. Es decir: por el entendimiento;
la inteligencia; la mente y la razón.
Nuestros problemas de convivencia terrenal hemos de subsanarlos
nosotros. Para eso nos ha sido dada la potestad de razonar. Únicos
seres de la creación que poseen ese divino DON. ¡Está claro! |