Aquí
me tienes otra vez ¡Querido Paco!, para que sepas que fueron varias
las veces que me dirigí a los fantoches e inútiles que tenemos mal
gobernando España, respecto al grave problema de los emigrantes
que en rioladas han llegado y siguen llegando a nuestra Nación, sin
solución de continuidad.
Sobre todo, por el
peligro que supone para todos, una llegada de gentes incontroladas
documentalmente, sin trabajo y gran parte de ellos sin un sitio en
el que vivir adecuadamente.
En primer lugar, por ser
inhumano dejarlos abandonados en esa situación de rabiosa necesidad
y en segundo lugar, porque es una invitación a delinquir y, por
tanto, un peligro para todos los ciudadanos del País receptor.
Grave problema al que se
ha de atender con autoridad, llevando a efecto -sobre todo- las
severas medidas que se han de tomar con los delincuentes
extranjeros que vienen y con los que va creando el podrido y falaz
sistema establecido, llamado ¡DEMOCRACIA!
Pues siempre apareció el
embrutecido e imbécil politicucho que para contradecirme, sacó a
colación la ley de vagos y maleantes franquista. ¿Qué te
parece? ¿A que dan ganas de soltar un taco?
Además, no sé como se
atreven a citar dicha ley; ya que nombrar la ley de vagos y
maleantes, es como nombrar la soga en casa del ahorcado. Vamos,
si se aplicara aquella ley aquí y ahora, tendríamos que importar
políticos y dirigentes sindicalistas.
¡Querido Paco!, de sobra
sabes que la ley de vagos y maleantes no la creaste tú. Es
decir, no es franquista como suelen decir los ignominiosos
analfabetos, que se han colado en la política para robar a dos
manos lo que no está en los escritos.
Ya digo, aseveración que
sólo sirve para que vomites cuando la oyes, ya que no conocen las
premisas que establecieron dicha ley. Y que lo único que hiciste fue
respetar y no abolir la vigencia de una ley que se aprobó en el
Parlamento republicano que teníamos en el año 1933.
Siendo ministro de
justicia en la segunda república el SOCIALISTA Fernando de los
Ríos, se elaboró por primera vez en España, una legislación
paralela a la penal que no castigaba conductas delictivas sino que
pretendía defender a la sociedad contra determinadas conductas
individuales consideradas peligrosas.
“Ley de vagos y maleantes
que se promulgó el 4 de agosto de 1933. Y que comprendía: vagancia
habitual; rufianes y proxenetas; posesión de medios económicos de
origen misterioso; mendicidad; ebrios y toxicómanos.
Desgraciadas criaturas,
necesitadas de internamiento en centros especiales y tratamiento
asistencial”.
Es decir, normas que
serían de justísima aplicación a las indecentes y ladronas pandillas
de políticastros y sindicaleros que tenemos en la actualidad. ¿A qué
sí?
Da la sensación de que
aquella ley de vagos y maleantes la ideó el SOCIALISTA
Fernando de los Ríos, para combatir a sus coleguillas de partido.
Esta clarísimo que los conocía como si los hubiera parido él.
¡Cosas veredes, amigo
Sancho!
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