Carta
al Sr. Pablo Gasco de la Rocha.
Por
Jaime Pérez. 18/12/2007.
Estimado
d. Pablo Gasco:
En
primer lugar, quiero decirle que me alegra mucho que haya hecho una
excepción para contestar
a los argumentos que mencioné en mi
carta.
Tengo
que decirle que ha empezado a leer su contestación asustándome. Me
asusta cuando me dice que respecto a la afirmación que hago de que
“Vd. sostiene argumentos que son totalmente equivocados” no
tiene nada que decirme porque es solo mi opinión. Tengo que decirle
que si realmente piensa esto, vd. ha caído en el prejuicio del
relativismo. Afirmar que no hay nada que argumentar sobre las
opiniones de los demás es lo mismo que decir que la verdad es
subjetiva y que, en consecuencia, existen tantas verdades como
personas.
Aprovecho,
Sr. Gasco, que en su carta pone de manifiesto su condición de católico
practicante, para recordarle que el combate a este relativismo es
uno de los ejes del “programa de pontificado” de Benedicto XVI.
Y esto es así porque el relativismo es muy peligroso, sobretodo
cuando hablamos del relativismo moral. El mismo relativismo moral
que, entre otras muchas barbaridades, permite que en nuestro país
se produzcan abortos con impunidad.
Tengo
que decirle que me parece muy interesante la comparación que hace
entre la pena de muerte y el aborto. El Estado, habida cuenta de que
la mayoría de los abortos se hacen en clínicas privadas, no
participa en el asesinato de la mayoría de estos fetos pero
consiente cometiendo una vulneración del Derecho natural. ¿Responderán
algún día nuestros gobernantes, nuestros legisladores y nuestros
jueces ante un tribunal como el de Nuremberg?
Pasando
a comentar otro tema, el de los movimientos pro-libertades, tengo
que decirle que en España antes del asesinato de Miguel Ángel
Blanco no eran solo los “fachas” los que se manifestaban contra
el terrorismo. Otra cosa es que, en esto si que estoy de acuerdo con
Vd., en estas manifestaciones participase mucha menos gente que en
las posteriores a el mencionado asesinato.
En
lo que respecta a la petición de endurecimiento de las leyes no me
consta que ninguno de estos movimientos hayan solicitado nunca la
implantación de la cadena perpetua ni de la pena de muerte. Pero
estará de acuerdo en que el impulso de estas asociaciones ha sido
decisivo a la hora de promulgar la reforma para el cumplimiento íntegro
de las penas en caso de terrorismo o para la promulgación de la
nueva ley de partidos.
En
su carta también me dice que el actual texto constitucional
representa para Vd. una involución en la medida que permite la
desmembración de España. Nada más lejos de la realidad. El texto
constitucional que está vigente en la actualidad es la primera
constitución de todos los españoles. Es un texto que nos ha
permitido vivir más de 30 años en paz y en continuo progreso. Y no
me malinterprete, yo no soy de los que entienden que el
“matrimonio gay”, las operaciones de cambio de sexo y otras
cosas contrarias a la naturaleza humana son el progreso.
La
democracia no es un régimen perfecto, ningún sistema creado por
las personas lo es, pero estoy convencido de que es el mejor para
organizar la vida en sociedad. Vd. dice que su voto no vale igual
que el de un “asesino, un estafador, un maleante, un maltratador
de mujeres, un pederasta o el de un egoísta”. En lo que respecta
a los cinco primeros, yo estaría de acuerdo en que se les privase
del derecho a voto mientras estuviesen en la cárcel pero una vez
reinsertados se les tendrían que devolver sus derechos. En lo que
respecta al egoísta, como buen liberal, creo en la “mano
invisible” de Smith. Mientras cada uno defiende sus intereses
–yo nunca me haría socio de un hombre que no lo hiciese- esta
mano invisible se encarga de que todos estos intereses converjan en
el interés común. Se que esto del liberalismo no era lo que más
le gustaba a José Antonio pero… que le vamos a hacer.
Hablando
de José Antonio, me pregunta que si se lo que decía “sobre los
que atacan a España en su unidad y justicia”. Le diré la verdad,
no puedo presumir de conocer la obra de este patriota. ¿Pero acaso
he pretendido yo en algún momento darle a vd o a alguna otra
persona lecciones sobre el pensamiento “joseantoniano”? Lo único
que he leído de él son algunos trabajos de sus tiempos de
estudiante de Derecho –casualidades de la vida- creo recordar que
en uno de ellos su firma estaba junto con la de otro estudiante
llamado Ramón Serrano Súñer.
Y ha sido la lectura de estos trabajos la que me ha impulsado
a afirmar que José Antonio defendería, al igual que vd, el Estado
de Derecho. Un Estado de derecho en el que no cupiesen las fosas
rellenas de cal viva del felipismo.
En
lo que respecta a la frase "esto nos hace recordar tiempos muy
lejanos en los que se ejecutaba a las personas sin juicio
previo", dicha en alusión a sus “fusilamientos al
amanecer”, tengo que decirle que la indeterminación
espacio-temporal de la misma es intencionada. Vd. sabe que el
derecho a tener un juicio justo que la constitución vigente nos
garantiza no ha estado siempre vigente a lo largo de la historia
española.
Ya
que menciona la guerra del 36, vd sabe que mientras duró este
conflicto este derecho no fue respetado por ninguno de los dos
bandos, al igual que sucedió en la mayoría de las guerras del
siglo XX.
Termino
esta carta diciéndole que he leído su último
artículo con atención y que estoy de acuerdo en que nuestro
gobernantes no han estado siempre a la altura de las circunstancias
en lo que respecta a política anti-terrorista. A cambio espero que
Vd. convenga conmigo en que la
muerte no es el final.
Subir.
Sin
que sirva de precedente.
(Carta
respuesta a Jaime Pérez)
Por
Pablo Gasco de la Rocha. 13/12/2007.
Estimado don
Jaime Pérez:
Sin
que sirva de precedente, como encabezo esta carta que le dirijo a raíz
del comentario que hace sobre mis últimos artículos, entiendo
que alguna explicación debo darle, pues es evidente que no ha
entendido mis argumentos. Unos argumentos que, por otra parte,
siempre he sostenido. Es decir, que yo no he ido variando en función
del discurso que han impuesto todos los negociadores con ETA, esto
es, los diferentes gobiernos del Rey que se han sucedido.
Referente
a que "sostengo argumentos equivocados", nada tengo que
decirle, habida cuenta que, como usted mismo dice, es su opinión.
No obstante, sí debo hacer una precisión conceptual referente a lo
que usted llama movimientos "pro-libertades", pues yo no
he dicho en primera instancia, que buscasen obtener ayuda pública o
tuviesen la intención sus dirigentes de la promoción social,
aunque deberá coincidir conmigo que ambas cosas se han dado. Lo que
he dicho, y sostengo, es que esos movimientos surgen como
"setas" a raíz del asesinato del político del PP Miguel
Ángel Blanco, y no antes. Lo que para mí, y siento que no lo sea
para todos los españoles, ha sido una prueba del bajísimo nivel
moral y cívico de nuestros compatriotas, que han necesitado, no me
lo niegue, el impulso de los políticos. Lo que no quiere decir, y
yo no he mantenido nunca, que no busquen como primer objetivo la
lucha contra ETA. Por eso, señor Pérez, admitiendo que no comparta
mis argumentos, pues puede que no siempre hallamos estado en el
mismo bando, lo que no puedo aceptarle es que diga, que "el
argumento se cae por su propio peso". Pues objetivamente no es
verdad: aquí, en España, nadie se ha movido salvo los llamados
fachas hasta que el PP decide motorizar a la AVT a raíz de la
muerte de difunto Miguel Ángel Blanco.
Por
otra parte, señor Pérez, cuándo consideran
"conveniente" estos movimientos pro-libertades pedir la
promulgación de leyes más duras. Pongamos, y sin ofender a nadie,
la cadena perpetua.
No
es cierto, señor Pérez, y usted lo sabe, que la pena de muerte se
haya abolido de nuestro ordenamiento jurídico, pues es legal para
matar en cualquier tiempo de su gestación al nasciturus, a
ese proyecto de hombre que ya es, por cuanto se considera que el
fruto de la concepción es una mera parte del vientre de la madre y
no una verdadera criatura de Dios, que es, realmente lo que es. Lo
que no quiere decir que tal pena, la pena de muerte, se aplique a
los asesinos en serie, al menos mientras los citados asesinos no
sean de la extrema derecha.
Decididamente,
señor Pérez, usted y yo no podríamos coincidir nunca, ni siquiera
en lo fundamental, pues usted parece que defiende la Involución que
mediante "engaño" se le hizo al pueblo español para
terminar elaborando una Constitución que es hoy el problema
fundamental de España, en cuanto que reconoce a las regiones que la
forman, capacidad jurídica suficiente para desmembrarse de la
unidad.
A
tenor de lo cual, estimado amigo, mucho podríamos hablar de la
"honradez" de quienes así procedieron. Honradez de la que
nada tengo que decir respecto de los engañados, pues el pueblo votó,
como generalmente hace, al dictado de lo que se le dijo... ¡Loada
sea siempre la partitocracia!
Por
eso sostengo que "mi voto vale más que el de otros
muchos". Acaso usted no ve perverso qué el voto de una persona
normal y responsable valga igual que el de un asesino, un estafador,
un maleante, un maltratador de mujeres, un pederasta o el de un egoísta
que no busque más que su propio y particular beneficio. Pues ese es
el sistema que parece defender, lo que sin duda nos separa
definitivamente para llegar a cualquier acuerdo, salvo que no sea un
pacto de convivencia.
No
sé a qué se refiere con esa expresión de "esto nos hacer
recordar tiempos muy lejanos en los que se ejecutaba a las personas
sin juicio previo", por cuanto la expresión queda colgada en
una indeterminación espacio-temporal que sin duda puede dar pie a
cualquier suposición que se haga, incluso la más perverso e
injusta. Si bien, yo quiero entender, aunque simplemente sea por la
página en la que escribe, que se refiere al tiempo de la II República
y en los periodos que gobernó la izquierda, y fundamentalmente a
los años de nuestra Guerra de Libración en el bando rojo. Con
todo, señor Pérez, tan sólo recordarle que en época del Caudillo
se "fusilaba al alba" a los terroristas como método
efectivo del Estado de Derecho, y que tal ajusticiamiento no lo ponía
en tela de juicio la mayoría de los españoles. Naturalmente que
tras un juicio justo, conformado por todas las garantías jurídicas
y procesales. Dándole, pues, al reo, toda la capacidad de defensa
del Estado de Derecho, y condenándole o absolviéndole si no
constaba la comisión del delito que se le imputaba y por el cual se
le estaba procesando. Es decir, justo lo contrario que la democracia
de partidos que soportamos, al menos algunos, ha hecho respecto a
quienes torturo cruel y sádicamente, y finalmente quemó en cal
viva. ¿Se acuerda, señor Pérez?
Pues bien, porque soy católico practicante, porque efectivamente creo
en el Estado de Derecho y porque alguna formación jurídica tengo,
nunca he pedido el indulto del coronel Galindo, pese a la forma que
tuvo de intentar confundirnos a los "franquistas",
procesado y sentenciado por los execrables actos a los que antes me
he referido.
Por cierto, señor Pérez, sabe usted lo que dice José Antonio sobre
los que atacan a España en su unidad y justicia... No intente,
pues, darle lecciones, al menos en esta cuestión.
Me
alegro que coincidamos en algo, en admitir que Reconocer,
Negociar y Ceder al terrorismo conculca
todo principio de legalidad, y es, como bien dice usted, don Jaime,
"renunciar al Estado de Derecho". Pero, acaso no es lo que
se ha hecho por parte de todos los Gobiernos del Rey con el respaldo
de todas las instituciones del Estado y el apoyo entusiasta o
resignado del pueblo.
Finalmente
decirle, que no pongo en tela de juicio que para la inmensa mayoría
de los españoles supone un gran dolor la presencia de ETA, yo no
discuto eso. Lo que sí discuto es la forma en qué se ha procedido
contra ese terror que viene imponiendo ETA desde hace treinta años.
Y para determinar tal cuestión, que sin duda lleva aparejada una
actitud, sí digo que no todos los españoles pueden opinar, pues
hace falta haber sido coherente siempre y en la actualidad, tener
memoria histórica. Algo de los que los españoles de este tiempo
estamos muy necesitados.
Sin
otro particular, rogándole disculpe la extensión de esta carta
respuesta y remitiéndole a mi último
artículo
publicado en esta misma "Página" con fecha 10 del
presente, s. affmo. y s. s.
Subir.
Defensa
de Pío Moa.
Por
Miguel Ángel Lacoma. 13/12/2007.
Sr. Director:
Aprovecho
la sección de “Cartas” que
ofrece este periódico digital para hacer lo que el título
de la carta reza, una defensa del señor Moa, ante los injustos
ataques que está sufriendo estos días, todos ellos a raíz de la
denuncia puesta por unos impresentables. Hemos salido muchas
personas en su defensa, sí, pero han salido otras tantas denigrándole,
acusándole de propagandista, sensacionalista, terrorista y un
variado elenco de insultos que no voy a transmitir al completo.
Le
acusan también, de que en sus libros no aparecen referencias, ni
fuentes, con lo cual, alguien que lea esas acusaciones, sin pararse
a contrastarlas, creerá que el señor Moa, se inventa la Historia a
su gusto y gana. Y yo, mientras leo semejantes estupideces
–que
sin duda lo son, a no ser que prefieran ustedes llamarlas
mentiras interesadas, que seguramente también lo son– me pregunto
desinteresadamente si todos aquellos que realizan este tipo de
afirmaciones, han tenido la oportunidad no ya de leer, que lo dudo,
sino de tener en sus manos un libro del señor Moa. Si lo han hecho
podrán llegar a entender la veracidad de sus acusaciones, ninguna.
Pío
Moa aporta sus fuentes, como todo historiador que de ello se precie,
y una que hasta el momento nadie había consultado, o lo había
ocultado, él la ha consultado, y ha publicado lo que allí aparece.
Esta fuente a la que me refiero, es el Archivo de la Fundación
Pablo Iglesias, fundamental para conocer la historia del PSOE, y que
como ningún socialista, o izquierdoso, se atreverá a negar la
veracidad del propio archivo, se dedican a negar la existencia de
referencias, mucho más fácil y mucho menos embarazoso. Y no sólo
aporta sus referencias, sino que denuncia la manipulación que otros
hacen de las fuentes históricas, en concreto, en “Los Mitos de la
Guerra Civil”, denuncia la labor de un hispanista británico de
cuyo nombre no quiero acordarme, que quita palabras de un discurso
de Gil Robles para indicar que él, representaba al fascismo español,
lo cual no deja de ser una mentira histórica. ¿Qué ocurriría si
esto lo hiciese Pío Moa? Quizá pedirían la pena de muerte para él.
Desde
aquí, una vez más todo mi apoyo para Pío Moa, ¡POR LA LIBERTAD,
CHEQUISMO NO!
Subir.
En
relación con el artículo del Sr. Pablo Gasco.
Por
Jaime Pérez. 10/12/2007.
Sr. Director:
Le
escribo esta carta para comentar los dos
últimos artículos que ha publicado en su página web D. Pablo
Gasco. En ellos, se sostienen argumentos que, en mi opinión, son
totalmente equivocados.
Empiezo
comentando la opinión que el Sr. Gasco expone sobre los movimientos
pro-libertades que surgieron a raíz del asesinato de Miguel Ángel
Blanco. Para el Sr.
Gasco, estos movimientos habrían surgido con profusión con el
ánimo de obtener ayudas públicas o formas de promoción social.
Creo que este argumento se cae por su propio peso. Hace poco, el
Gobierno socialista decidió retirar la subvención económica a la
AVT y, en contra del argumento del Sr. Gasco, esta no se disolvió.
Estas
organizaciones pro-libertades, por mucho que se diga lo contrario,
tienen como fin la lucha contra el terrorismo mediante la acción cívica.
Y este concepto de acción cívica no se limita a la petición de
que ETA deje de matar, también abarca la petición de que a los
terroristas se les aplique de forma estricta la ley o de que, si es
conveniente, se promulguen leyes más duras.
Continuo
esta carta hablando del método que el Sr. Gasco nos propone para
acabar con el terrorismo en su artículo titulado «Totalmente
de acuerdo con Zapatero ... "el PP, correa de transmisión de
la AVT"». La
solución para acabar con esta lacra consistiría en un “fusilamiento
al alba para todos los terroristas, cómplices, instigadores y
encubridores de ETA”.
Sr. Gasco, le
recuerdo que la pena de muerte ha sido abolida en nuestro país con
la aprobación del texto constitucional de 1978. Vd. dice que no es
demócrata porque cree que “su voto no vale lo mismo que el de
otros muchos”. Siguiendo este mismo argumento, si yo le digo que
la mayoría de las personas que ratificaron este texto en
referéndum era gente honrada, vd. aceptaría su contenido, ¿no?
Pero lo más
peligroso de su solución es la utilización de la expresión “fusilamiento
al alba”. Esta, nos hace recordar tiempos muy lejanos en los que
se ejecutaba a las personas sin juicio previo. Estoy seguro de que
José Antonio, abogado, no estaría de acuerdo con la utilización
de esta expresión. En todo caso, él nos diría que el reo debe de
ser ejecutado cuando y como dicte el juez y, lo que es más
importante, que si no consta la comisión de ningún delito, el reo
debe de ser absuelto.
Termino diciendo que, personalmente, convengo
con el Sr. Gasco en el hecho de que ningún Gobierno democrático
debería de mantener contactos con grupos terroristas porque esto
sólo sirve para “Reconocer, Negociar y Ceder”. Pero esto no significa que renuncie al Estado de Derecho como solución
del problema. Y es que la solución a todo tipo de terrorismo solo
puede venir de una adecuada aplicación de la ley.
Subir.
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