La
"X" en la declaración de la Renta.
Por
Juan Francisco Fernández. 10/05/2007.
Sr. Director:
La Iglesia Católica española
tiene repartidos por el mundo 17000 misioneros por todos los
continentes, trabajando gratis, entre los más pobres, en escuelas,
leproserías, hospitales, predicando el Evangelio de Cristo.
Necesitan oraciones y ayuda económica para su desinteresada labor
humanitaria. El gran tesoro artístico, acumulado por legados y
herencias durante siglos es para uso y disfrute de católicos o no,
y supone un gran mantenimiento económico.
Los gastos de
las parroquias, que no reciben subvención alguna, supone
un gran gasto. Los sueldos de los sacerdotes apenas
sobrepasa los 700 euros mensuales. Es vocación lo suyo, no afán
económico. Marcar la "x" en la declaración de la renta
es una obra hacia una institución atacada injustamente y que hace
una gran labor social y espiritual.
La Iglesia enseña caridad,
concordia, generosidad, amor hacia los demás, respeto a la vida
desde su inicio a su final biológico, trascendencia, que después
de ésta vida estamos llamados a la eterna, valores nobles para ser
más personas integralmente.
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La
moda de atacar a los Católicos.
Por
Rosendo Alcaraz. 18/05/2007.
Sr.
Director:
Mientras Zapatero pide en
Turquia no ofender a los musulmanes y la Ministra de Cultura habla
de tolerancia, nos encontramos con un nuevo ataque hacia los
cristianos, algo que en España se está poniendo "de
moda".
La alemana
Josephine Meckseper expuso en la Bienal de Arte Contemporáneo de
Sevilla una imagen de Jesucristo en la cruz, colgado de prendas íntimas
femeninas. La exposición, todo una mofa hacia la fe católica está
financiada en gran parte con dinero público, al igual que los
sociatas extremeños, que blasfeman con pornografía pagado encima
todo con nuestro dinero. Eso por contar alguna de tantas ofensas.
La
oleada de ataques hacia la fe católica que ocurren en nuestro país no
tiene similar en ningún otro. Es degradante que los símbolos de
nuestras creencias se degraden impunemente, una vez tras otra,
siendo los católicos los únicos que recibamos tanto escarnio sin
motivos.
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Ilegalizar
partidos de izquierdas.
Por
César España. 18/05/2007.
Sr. Director:
El
martes 16 pedía el gratuito pro-socialista "20 minutos"
en uno de sus artículos, ilegalizar al PP por "no condenar el
franquismo". Resulta que el autor está mal informado, ya lo
hizo a propuestas de la izquierda hace unos años, gobernando Aznar.
Cobardemente, el centro-reformismo accedió a condenar el régimen
del Caudillo sin pedir igual trato al republicanismo.
La
izquierda española tiene el "don" de ver la paja en el
ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Todavía no ha condenado
(ni lo hará) el genocidio de Paracuellos, donde fueron fusiladas
casi 8000 personas, varios cientos de ellos, niños, sin juicio
sumarísimo previo, por los "delitos" de ser derechista,
católico o monárquico. Tampoco han condenado los socialistas,
comunistas y demás partidos de izquierda las torturas a que fueron
sometidas miles de personas en las famosas chekas, los asesinatos de
casi 7000 sacerdotes por el "delito" de serlo, el envió a
Moscú del oro del Banco de España, la quema de miles de iglesias y
conventos con una pérdida incalculable de obras de arte
irrecuperables... todo, obra de la izquierda revolucionaria
republicana, desde 1931 hasta acabada la guerra civil. Se pretendía
imponer el comunismo marxista a sangre y fuego. Por la misma regla
de tres, pido la ilegalización de todos los partidos de izquierda
que no condenen aquella abominable época. Tampoco estaría de más
que ZP se desmarcara de las dictaduras caribeñas o bananeras y del
marxismo que infecta aún hoy día algunas naciones.
La
Iglesia Católica sigue siendo el blanco predilecto de la izquierda.
Durante
el viaje del Papa a Brasil, "El Papa amenaza" o"
arremete" son las palabras predilectas del diario de Polanco,
el que se hizo rico durante el franquismo editando libros de texto,
y ahora sigue en las listas de los hombres más ricos del mundo, sin
repartir nada de su fortuna con los pobres, algo que tanto critica
desde sus medios, sobre todo la Ser y El País. Benedicto XVI, como
Sumo Pontífice, explica -como es su deber- los principios católicos,
ni amenaza ni arremete. Se expresa con todo el derecho del mundo y
con mucho amor y respeto, lo que le falta a los medios del Sr.
Polanco.
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