Cartas al director, 21 de Junio de 2007.

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Cartas al director.

Sí a la vida.
Estorba la voz del Evangelio.
30 años: Con la democracia, nada que celebrar.

Sí a la vida.

Por Iván Santa Cruz. 21/06/2007.

Sr. Director:

Miguel Delibes, miembro de la Real Academia, escribía sobre el contraste entre el progresismo que defendía al débil, al obrero o al emigrante pero veía como "derecho" el eliminar embriones o abortar. Seguimos igual, no, aún peor. Ahora son 100.000 bebés no-nacidos anuales a los que no se les concede el derecho más elemental de todos, la vida. Todo un genocidio con aprobación gubernamental.

Los mismos que se manifiestan contra la guerra, aprueban leyes para proteger animales, bosques y plantas, son los primeros en defender a capa y espada el aborto. Recordemos que desde la misma fecundación existe un ser humano nuevo, con caracteres genéticos propios únicos e irrepetibles.

La vida humana, actualmente, está más desprotegida que nunca en países dónde se les llena la boca hablando de derechos y democracia. Paradojas de éste mundo.

A qué espera éste Gobierno para fomentar la vida y no subvencionar la muerte mediante el aborto, el juego con embriones humanos que son auténtica vida humana en estado germinal, o propagar desde su enorme entramado mediático-propagandístico lo bueno que es matar viejecitos inservibles mediante la eutanasia.

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Estorba la voz del Evangelio.

Por Alberto Heredia. 21/06/2007.

Sr. Director:

La fe auténtica de un creyente católico consecuente con ella es un bien común. En la misa dominical se empapará de la predicación del sacerdote que pide -siguiendo las palabras de Jesucristo- limpieza de corazón, mansedumbre, ayudar a los más necesitados, trabajar por la paz...

En cuanto a obras de caridad que revierten en el bien social, podrá auxiliar a inmigrantes, toxicómanos, prostitutas, ancianos, tanto personalmente, con su tiempo y esfuerzo, como económicamente.

Entre los católicos practicantes, comprometidos en su vida con el Evangelio es improbable que surjan maltratadores, violadores, pervertidos, ladrones o criminales de cualquier tipo. El católico aporta a su comunidad instrumentos morales eficaces para la convivencia ciudadana.

La contribución del cristianismo a la sociedad europea y sus valores es inmensa. La ola de laicismo que envuelve el viejo continente pretende reformas legislativas para eliminar del espacio y pensamiento público lo religioso.

El laicismo excluyente se empezó a fraguar en el siglo XVIII, unido al anticlericalismo exacerbado y un rechazo ideológicamente sectario hacia todo lo que significa la Iglesia Católica y sus dos milenios de historia . El culto, para el parecer laico se le debe al Estado y a las ideologías nihilistas. Estorba la voz interpeladora del Evangelio.

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30 años: Con la democracia, nada que celebrar.

Por Ana Alicia Santamaría. 15/06/2007.

Sr. Director:

Mucha pamplina celebrativa con ésto de celebrar el 15 de junio el 30 aniversario de los votos que nos llevaron a la ¿democracia? ¡si, esa democracia que apoya los abortorios, el porno en las teles locales en abierto a la vista de todos, las leyes contra la familia, el resquebrajamiento de la unidad de España, la tergiversación maliciosa de la historia, y los ataques despiadados hacia el general Franco entre otras miles de bazofias! Democracia que consiente que toda una señora, la hija del Caudillo vea, lea y escuche perrerías sobre su padre, y calle por no ofender. Cómo ha debido sufrir la hija de Franco. Gran dama cristiana. Mi homenaje, así como a todos los perseguidos por ser del bando de Franco y reafirmarnos en los ideales del 18 de julio.

Seguimos con lo de los treinta años de democracia.

El analfabetismo político de las gentes hizo que por escaso margen y un enorme aparato propagandístico, ganara la democracia. Poco después se legalizaría el macabro PCE. Se abrieron las puertas, igualmente, al troceamiento, envenenamiento y otros métodos asesinos para acabar con los bebés en el vientre de sus madres y presentarlo como "un derecho". Se crearon 17 autonomías y gobiernos propios estatutarios, concediéndoseles todo y más a los separatistas Vascos y Catalanes.

Vasconia no tardó en pedir más (así sigue), y los etarras, salidos de la cárcel gracias a la amnistía democrática, mataron sin piedad hasta el día de hoy. Franco fue acusado de asesino porque mandando él, un par de ellos tuvieron sentencia de muerte. Franco fue el asesino, no las bestias etarras. Bonita paradoja democrática.

Después el Duque de Suárez, el idolatrado (junto a otro no menos idolatrado, el Duque de Paracuellos, como se conoce popularmente a Carrillo) y otros renegados del franquismo, aprobaron el divorcio como aperitivo. Después vendría Felipe González que aprobaría el aborto (más de un millón de asesinados en el vientre materno a fecha de hoy en España), así como, -entre otros- la pornografía, empezando por revistas y películas pseudopornográficas o eróticas (clasificadas "S"), para acabar después con las netamente obscenas, las "X", donde hombres y mujeres aparecen como bestias irracionales, incitando al sexo salvaje, promiscuo y desesperado.

Treinta años de políticas anti-familiares han dado con unas espantosas cifras de separaciones, divorcios y convivencias dónde no hay compromisos, sólo sexo, atracción y fuera, como un "clinex" de papel cuando el furor desaparece.

Tres décadas destruyendo el legado patrio, humano, moral y social que elevó históricamente a España con Francisco Franco, el gran Caudillo libertador.

La Constitución española, llamada "prostitución" por algunos habla del respeto a la vida. Ya saben cómo se respeta en España.

La derecha, cagona, acomplejada y políticamente correcta sigue los pasos de la izquierdona, que con su desmemoria histérica quiere ganar la guerra (Cruzada) que perdió gracias a Dios. El centro-reformismo de Gallardón en Madrid, reparte píldoras del días después a menores, además de preservativos con dinero público. Díganme en qué se diferencian una ideología y otra.

Juventud perdida y pervertida por culpa de políticos y medios afines, es decir, la inmensa mayoría, empezando por Prisa, Zeta y Vocento. Jóvenes sin valores, en manos de descerebrados políticos.

"Habla, pueblo, habla, no dejes que nadie opine por ti". Referendum Nacional para la reforma política. Esa era la frase-engaño de hace 30 años nos llevó a la democracia que criminaliza a los que estamos con Franco y exalta a los que están contra él y contra la España eterna, la que heredamos de Francisco Franco Bahamonde. Mis recuerdos cariñosos a su excelsa señora, doña Carmen Polo, a la que tanto apreciamos.

Moralmente, España está mortecina, se ha pervertido a jóvenes y menos jóvenes. La blasfemia, el anticatolicismo y la anti-España reinan a sus anchas.

Izquierda y derecha, laicistas, tirando por la borda la herencia del humanismo católico, de bimilenaria tradición. Y su fe, la que Cristo y su Sagrado Corazón instauró. Gloria a Nuestro Señor, sin él nosotros nada, decían los Carlistas: "Nada sin Dios". Que tenga misericordia de nuestros pecados, y seamos Evangelios vivientes para la sociedad, testimonio de su Reinado Social.

Nuestra Patria necesita una revolución moral, no como la sanguinaria que el comunismo intentó imponer hace 70 años.

Izquierda y derecha: en Italia, la democracia cristiana legalizó el crimen del aborto, en Francia, el "católico" Giscard fue el artífice. Qué pena de democracia cristiana. Ni democracia, ni mucho menos cristiana. Matar seres inocentes es de asesinos, no de cristianos.

La España de Felipe González abrió la veda del asesinato, el aborto, la de Aznar no hizo nada por evitarlo. La matanza continúa. Sólo queda la voz que quieren amordazar, la única, la Iglesia Católica, pequeños grupos pro-vida y algunos partidos políticos autodeclarados católicos, sin representación parlamentaria. Hace 30 años de democracia: no tengo nada que celebrar, como no sea mi cumpleaños, que es el 15 de junio.

La fe se enfría, se cierran colegios religiosos, muchos seminarios, al mínimo, faltan vocaciones. Pocos jóvenes y muchos viejos en las misas dominicales. Oremos al Señor de la mies para que envíe obreros santos.

Ser católico está mal visto, objeto de desprecio y burla democrática. Cristo, nuevamente sólo y crucificado.

Viva mi España, Una, Grande y Libre.

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