Un año más los sindicatos y partidos de
izquierdas, han celebrado el día del trabajo, como propietarios y
dueños de los trabajadores, han salido a las calles para
“supuestamente” reivindicar los derechos de los trabajadores.
Decimos “supuestamente” porque estos individuos que viven a
consta del obrero, sólo defienden sus intereses, los que no se
identifican en ningún momento con las necesidades de los
trabajadores.
Sus manifestaciones
por las calles de España, nos lo demuestran. Personas con “tratos
rojos”, símbolo de la dictadura soviética, dónde el trabajador
no tenía ningún tipo de derecho y el estado era quién le manejaba
como un robot. Otra de las muestras exteriores fue la existencia de
“trapos republicanos”, trapo que representa una de las etapas más
sangrientas y caóticas de la historia de España. La existencia de
estos trapos anti-constitucionales en las manifestaciones del 1 de
Mayo, nos indican una vez más, la intención de estos individuos en
volver a tiempos pasados, dónde el trabajador no tenía ningún
tipo de derecho y era una parte más de la maquinaria del estado.
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Otro claro
ejemplo de lo que persiguen estos “supuestos” defensores del
trabajador, han sido las consignas coreadas en sus
manifestaciones. Lejos de defender al trabajador han cargado contra el Partido
Popular "a la derecha ni agua"; "si no nos hacen
caso volvemos otra vez"; "ESPE-culación";
"no hay dos sin tres, república otra vez"; "dónde
están, no se ven, los pijos del PP"; "paguen los
terroristas y los que nos llevaron a la guerra de Irak";
"con su obra Gallardón al cielo envía al peón".
Lo que nos demuestra una vez más que los sindicatos y
partidos de izquierda, no buscan defender los derechos de los
trabajadores, sino crear un ambiente de crispación y
enfrentamiento con esa media España que odian y no piensan como
ellos, la cual quieren eliminar a toda consta, y una muestra de
ello, son sus trapos y sus consignas.
En este día los
supuestos dueños de los derechos del trabajador, se han
olvidado de las exageradas subidas de las hipotecas, de los
trabajos estables y dignos, de los mismos derechos salariares
entre los hombres y las mujeres, de una vivienda digna, etc...
para quedarse anclados en tiempos pasados y gritar consignas que
nada más representan en el día del trabajo a cuatro energúmenos.
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