Cartas al director, 15 de Diciembre de 2006.

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Cartas al director.

¿Memoria histórica?.
Laicismo beligerante.

¿Memoria histórica?.

Por Juan Ismael Fernández. 15/12/2006.

Sr. Director:

Estamos en pleno proceso de recuperación de la memoria histórica. Todos los socios parlamentarios del PSOE piden la revisión de los juicios franquistas. Estupendo. Puestos a recuperar, hagámoslo sin amnesia o sectarismo alguno. Que se abran también los miles de juicios con sentencia de muerte y sin garantías procésales obra del bando republicano-frentepopulista, el genocidio, con 8000 víctimas de Paracuellos, los miles de casos de tortura en las "chekas" republicanas, el asesinato de casi 7000 religiosos y miles de católicos por odio a la fe, así como la quema de iglesias y conventos en un exterminio sin precedentes para instaurar la "dictadura del proletariado", el llamado socialismo real por parte de un amplio sector republicano-comunista.

Otros puntos interesantes de "memorizar" ahora que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero quiere sacar adelante en su Ley de la Memoria Histórica serían el asesinato del líder de la oposición derechista Calvo Sotelo que dió el pistoletazo de salida al alzamiento, así como el oro del Banco de España que los republicanos mandaron a Rusia.

La Memoria Histórica ha de ser integral e imparcial.

Muchos pensábamos que con la Transición llegó la reconciliación, pero si el Gobierno piensa que no, a recuperar la memoria se ha dicho.

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Laicismo beligerante.

Por Josefa Bustamante. 15/12/2006.

Sr. Director:

Como anunció el Papa Benedicto XVI, la laicidad respetuosa degenera muchas veces en el laicismo beligerante. Eso está pasando en España.

El manifiesto laicista del PSOE ha sido una ofensiva hacia el documento de los obispos y las palabras del Papa sobre los males que padece nuestra sociedad actual, recreándose en una ilusoria república de 1931 que fue todo un alegato anticlerical que atacaba a los católicos, muy lejos de la constitución conciliadora de 1978, que consagra la neutralidad aconfesional.

El Pontífice romano acaba de denunciar el "nuevo laicismo" que excluye lo religioso hostilmente.

La Iglesia católica tiene todo el derecho a pronunciarse sobre los temas morales que interpelan al hombre de hoy.

El manifiesto socialista no habla del respeto a las convicciones de los padres para elegir la educación de sus hijos, hace un alarde exaltatorio hacia Educación para la Ciudadanía, y hasta llega a legitimar como un "bien del laicismo" el aborto, la producción y destrucción de embriones humanos y las uniones esponsales entre parejas del mismo sexo.

El laicismo es un autoritarismo que va contra los derechos humanos y la libertad de culto propios de una nación democrática.

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