El
partido de los monstruos.
Juan Francisco Fernández.
02/06/2006.
La degradación moral que envuelve a toda Europa, impensable hace
pocos años, ha subido un nuevo peldaño en la perversión, que
imitarán otros países. Resulta que en Holanda hay un nuevo partido
político que contempla en su programa la legalización de las prácticas
sexuales con niños y con animales. El nuevo objetivo de las
perversiones será aprobar la pedofilia.
NVD son las siglas de éste partido, cuyo dirigente, Van den Berg
declaró "seguro que hay personas de 10 años deseosas de
experimentar". Asimismo, reivindican caminar desnudos por la
calle, legalización de drogas blandas y duras, inclusión de
pornografía en programas de televisión diurnos, participación de
niños en películas pornográficas... es decir, la bestialización
de la condición humana en una propuesta política aberrante, propia
de monstruos faltos de escrúpulos y moralidad, que incluso
encontrará adeptos en una sociedad enferma y falta de valores éticos
como la que vivimos.
Cuando la sociedad no defiende la vida humana desde su inicio hasta su
final natural, la televisión inculca principios contra la dignidad
humana, la familia deja de ser referente de educación y cariño
desinteresado y la escuela no educa en valores, el campo es
propicio
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Campaña
contra el Papa.
Isabel Bermúdez. 02/06/2006
Una
injuriosa campaña de ofensas, pintadas y carteles calumniosos se
está orquestando en Valencia y otras ciudades contra el viaje apostólico de
Benedicto XVI el próximo mes de julio.
Se
trata de grupos marginales vinculados a movimientos activistas de
ultraizquierda y de promoción de la homosexualidad, junto a
la "Federación Internacional de Ateos", cuyo blanco, como
siempre, es la iglesia Católica y los cristianos, acusando a ésta
religión de todos los males del mundo. Esta campaña está siendo
alentada por algunos medios de comunicación afines al radicalismo.
Carteles,
pintadas amenazantes y blasfemas son su "carta de presentación",
demostrando su talante demócrata y tolerante con la fe que profesa
la mayoría de la población.
Todo
ésto, nos refuerza aún más a los católicos a amar más al Papa,
seguir el Evangelio de Cristo e ir a contracorriente de los valores
que pregonan el mundo, que no son los de Dios.
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